TRENDING
Con sus altas y bajas, Dragon Ball se ha mantenido a flote durante más de 30 años, convirtiéndose en una de las franquicias de animanga más importantes de todos los tiempos. Akira Toriyama, su creador original, decidió crear un cómic de aventuras, que al poco tiempo cambió al darse cuenta de la popularidad de las batallas que había imaginado. Dado el potencial de la franquicia, su llegada a los videojuegos era más que natural, pasando por varias generaciones de consolas y cambiando de rumbo una que otra vez, aunque su esencia ha permanecido: las peleas.
Fue durante el 2017 que Bandai Namco y Arc System Works se robaron las miradas con su próxima entrega, Dragon Ball FighterZ, un juego que asombraría debido a su calidad gráfica y un sencillo esquema de batalla, pero que acompañado de la nostalgia representada en sus ataques finales y una historia original (donde Toriyama creó a la Androide No. 21) ya se posiciona como uno de los mejores juegos del 2018.
A continuación, rescatamos algunos de los títulos en la historia de Dragon Ball. ¿Son lo mejores? ¿Los peores? No exactamente, pero sí momentos brillantes y oscuros.
Por alguna extraña razón, Dragon Ball siempre ha tenido exponentes muy dignos dentro de las portátiles. Ejemplo de esto es el maravilloso Dragon Ball: Origins, título lanzado para el Nintendo DS en 2008 que nos contaba todas las aventuras de Gokú cuando apenas era un niño. El combate y exploración usando el stylus funcionaba de muy buena forma, asunto que se vía resaltado por un bello arte en 3D y música extraída directamente de la serie que vimos en televisión hace muchos años.
Dimps, el equipo que venía de desarrollar los juegos más recientes para Saint Seiya en consolas (Sanctuary Battle y Brave Soldiers) retomaron su experiencia con Dragon Ball en Xenoverse, una perspectiva distinta a los juegos de Dragon Ball. En esta ocasión, el juego se parece más a un RPG de peleas en la que puedes crear tu propio personaje, quien recibirá la ayuda de Trunks para detener a dos enemigos: Towa y Mira. La idea no era mala y, de hecho, la combinación de poderes y aspectos RPG del juego, así como la unión de personajes de varias etapas de Dragon Ball, daban una experiencia interesante para el jugador, al no tener que ser desafiada por el canon de la franquicia; bueno, en la mayor parte del título. Además, es uno de los que tienen un combate más abierto, algo que puedes amar u odiar fácilmente.
El género de peleas siempre ha sido el camino lógico que ha tomado la creación de Toriyama en los videojuegos. Los intentos han sido por demás variados, unos buenos y otros no tanto. Dragon Ball Z: Budokai 3 fue de aquellas entregas que le llenaron el ojo a todo el que le puso las manos encima. Además de expandir la cantidad de peleadores disponibles, este título lanzado en 2004 para PS2, afinó de manera importante el tema del gameplay que había sido tan criticado en la serie.
Después de una primera parte muy buena, nos llegó Dragon Ball Z: The Legacy of Goku II en 2003 para el maravilloso Game Boy Advance. Este título retomaba los elementos RPG y narrativos de su predecesor, para hacer un juego más épico y sólido en todo sentido. Su muy adictivo gameplay y hermosos sprites, lo convierten en un indispensable para todos los fanáticos de Gokú y compañía, sobre todo si eres de los que quiere descansar de las peleas sin sentido.
El Game Boy Advance siempre ha sido terreno fértil para Dragon Ball. A pesar de no ser tan querida como la serie Z, la realidad es que la historia original de Gokú y Bulma, es por demás memorable. Dragon Ball: Advanced Adventure de 2004 captura de manera magistral todo el sentimiento de la saga, presentándonos un videojuego muy bueno en todo sentido. El título contenía escenas de acción y combate, mientras que en otras, se pone a prueba nuestra habilidad en las plataformas. No te puedes perder de esta maravilla si eres de los que ha seguido a la creación de Toriyama desde sus inicios.
El PS2 es una de las consolas que más tiempo de vida han tenido en toda la historia. En 2006, cuando incluso el PS3 ya era toda una realidad, se seguían haciendo importantes lanzamientos para la exitosa máquina de Sony. Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 2 fue uno de los juegos que llegaron a seguir enriqueciendo el catálogo del PS2. Este título es uno de los más queridos de toda la saga anime, pues presenta un gran roster de peleadores y un gameplay bastante aceptable para el género.
La premisa de Fusions era bastante interesante; poner a un montón de personajes en una historia original (sí, al estilo de Xenoverse) la creación de personajes y la búsqueda por las esferas del dragón, que a su vez desarrollarían un torneo con personajes que han pasado por la historia de Dragon Ball. Sin embargo, el que se haya lanzado para una portátil (el Nintendo 3DS) le daba ese toque especial que muchos esperaban desde hace años: la opción de Gokú para llevar en occidente. Ganbarion, sus desarrolladores, hicieron la contraparte para Xenoverse, sin embargo, todo el modo de juego se sentía más encasillado debido a las limitaciones técnicas del 3DS. Por otro lado, lo más interesante eran sus fusiones, hechas tanto con la danza de la fusión, como con su propio sistema: las Ultra y las Ex. El problema en general con Fusions es que, a pesar de todo el contenido de fanservice, la historia se caía desde las primeras horas, mientras que los detalles técnicos como los subtítulos y el audio tenían fallas en las que no terminabas de escuchar o leer los diálogos. Asimismo, la inclusión de personajes se desbordó cuando unos como “Mecha Goku” aparecen en pantalla.
A mediados de los noventa, resultaba muy complicado encontrar algo que levantara más pasión que Dragon Ball Z. A pesar de que ya teníamos varios juegos basados en la famosa serie de anime, Dragon Ball Z: Ultimate Battle 22 llegó al PlayStation con la promesa de cambiarlo todo. Para infortunio de los fanáticos, esta entrega resultó ser toda una decepción, pues presentaba mecánicas mal logradas y gráficas que daban pena desde que uno veía las primeras imágenes en pantalla.
La idea de ver una serie o película live action basada en Dragon Ball, ha sido una de las más recurrentes dentro de las mentes de los fanáticos más apasionados de Gokú y compañía. En 2009, el sueño que rápidamente se convirtió en pesadilla, se hizo realidad con Dragon Ball: Evolution. La terrible cinta fue un verdadero insulto para todos los seguidores del trabajo de Toriyama. No contentos con eso, se lanzó una verdadera aberración de juego para el PSP. El título de peleas del mismo año que el filme, era un desastre en todo sentido, tanto gráfico, como en términos de gameplay.
Cuando hablamos de Dragon Ball en Game Boy Advance, normalmente nos encontramos frente a cosas muy buenas, sin embargo, también existen los tropiezos importantes. Dragon Ball Z: Taiketsu es ejemplo de ello. El título lanzado en 2003 llegó con la promesa de entregarnos una sólida experiencia portátil muy al estilo de lo que habíamos disfrutado en la franquicia de Tekken. Por desgracia, el resultado fue muy malo en todo sentido. Los controles simplemente no funcionaban, mientras que la parte visual dejaba mucho que desear. Título que debes evitar en todo sentido.
Tener un juego de aventura sólido y bien logrado de Dragon Ball Z en 3D, siempre ha sido uno de los mayores anhelos de los fanáticos del anime. Dragon Ball Z: Sagas llegó en 2005 para Xbox, GameCube y PS2, con la promesa de ser una experiencia verdaderamente épica. Para nuestra desgracia, el trabajo de Avalanche Software fue muy malo en todo lo que intentaba. Gameplay aburrido, niveles sin vida y gráficas bastante medianas, lo convierten en un juego que todo el mundo debería de evitar.
A pesar de que la serie de anime ha encontrado un camino decente dentro del género de peleas a través de cosas como Tenkaichi o incluso Budokai, se ha intentado que otros estudios prueben suerte. En 2008 tuvimos el terrible infortunio de encontrarnos con Dragon Ball Z: Infinite World, título desarrollado por Dimps que resultó ser un verdadero desastre. Controles imprecisos, animaciones torpes, pocos personajes seleccionables y peleas por demás aburridas, hacen que esta entrega sea una de las peores que jamás nos haya tocado ver.