Por: SoraSnd (@SoraSnd)
Son las 3:00am en un martes y sigo trabajando, me llega un mensaje inesperado de un amigo; la recomendación más extraña que alguien me haya hecho: “Si no estás viendo Regular Show en este momento, mejor vete a dormir”.
Primero, como buen millennial, fui a buscar algunos videos a Youtube, para irme dando idea de lo que trataba el show. Mi primer encuentro con Regular Show (Un show más), fue tan maravilloso, que no esperé a que terminara el video y ya estaba bajando la primera y segunda temporada de un torrent que me encontré, la mejor decisión antes de irlo a buscar a otra parte (Netflix o Cartoon Network local).
Es preferible ver el show en su lenguaje original, los chistes no están cortados o adaptados, no tienen censura y las voces son perfectas. El mismo creador, J.G. Quintel, hace la voz de uno de los 2 protagonistas, Mordecai, un pájaro azul de 23 años que está viviendo la peor crisis de su vida, la muy temida transición de ser adolescente a convertirte en adulto.
¿Cómo no iba a sentirme identificado con el show? ¿Cómo no iba a convertirse en uno de mis programas favoritos? Todas las referencias usadas para generar el plot del programa son referencias que me recordaban a etapas fantásticas en mi vida, la vida que ya estaba dejando atrás, porque al igual que Mordecai yo también tenía 23, la edad en la que a nadie le gustas, en la que eres como un monstruo descubriendo tu forma final.
Está escrito en el libro de las reglas de la adolescencia que siempre tienes que tener un cómplice, alguien “que te haga segunda”. Rigby, el mapache de 23 años, es quien acompaña a Mordecai en todas sus aventuras regulares, que de alguna forma terminan teniendo un final torcido pero muy divertido, vueltas creativas al mero estilo Cheech & Chong.
Las aventuras son tan regulares, tan cotidianas de esos años dorados, que posiblemente el show no hiciera mucho sentido para el público meta de Cartoon Network pero, como ocurre con Pokémon, nos llega lo que nos tiene que llegar, las referencias de videojuegos, la música Rock de los 80’s que perfectamente permeó a los niños de los 90’s, las computadoras antiguas, los celulares con antena, todo está perfectamente acomodado para que disfrutes de un bonito viaje al pasado, a recordar esos tiempos locos en los que tomar café de forma desmesurada podía ayudar a terminar el trabajo de todo un día, sólo para poder ir a un concierto, sólo para poder ver a esa chica que te traía loco, porque para qué más son los conciertos, ¿verdad?
El secreto está en la fórmula, el corazón de Regular Show, su creador. J.G. Quintel, quien creció en la época sagrada de los videojuegos en 8-bits, es la persona indicada para darle vida a esos personajes que representan la nostalgia de un niño que pasaba sus días saltando en tortugas y comiendo champiñones. Sus experiencias en la universidad, las cosas cotidianas son las que hacen del show algo especial, con insights tan divertidos como los que viviste con tus amigos.
Y así, como muchos en la universidad, Mordecai y Rigby han tenido muchas aventuras. Cada que vemos el inicio de un show más (literal), sabemos que en cualquier momento la cosa se va a poner muy loca.
La mayoría de la gente con la que he visto Regular Show me dice “no m%mes parece que andan bien drogados”, y a veces sí parece como si los dos amigos de 23 años estuvieran en un viaje de ácido, o por lo regular se encuentren bajo los efectos de la marihuana, porque seguido Benson, su jefe, les llama HOLGAZANES… ¿Habrá forma de confirmar lo anterior? ¿Es referencia al capítulo cuando toman los refrescos pasados de su caducidad y empiezan a alucinar? (ése es divertidísimo, se los recomiendo), a continuación les presento el corto animado que dio vida al programa, de donde viene la inspiración real para Regular Show:
Se la pasan jugando videojuegos, comiendo comida chatarra y metiéndose en problemas, despidiéndose de esa gran etapa de su vida, porque en cierto punto van a tener que crecer, o no.. digo, ash, nunca lo ha hecho 😉
Y ustedes ¿En qué etapa de su vida están?
Salomón Rodríguez Arámbula (Monterrey, México) es el creador de la revista digital de anime ARIGATO MAGAZINE, es publicista y fundador de Red Smile Co. Advertising. También es un ñoño de los videojuegos y la tecnología, 24/7.