Es la tercera vez que armo este texto. Te voy a ser muy honesto, las veces anteriores se parecía a un texto académico. Y, vamos, llenar de palabrería teórica un texto sobre caballitos de colores suena a algo patético. Además, es ya un cliché para defender una serie y una franquicia ridiculizada a lo largo y ancho de internet. Aunque, a veces, la serie y sus fans se lo ganan a pulso.
Este texto, además de contar sobre los corceles que habitan la mágica tierra de Equestria, es el relato de una idea muy personal. Más allá de los juguetes, de los colores y las enseñanzas para niñas acerca de la amistad, también da lecciones para los adultos acerca del respeto y la tolerancia. Sólo asómate afuera: verás que dicho aprendizaje es urgente.
Al respecto platiqué con Fabián Bonilla, catedrático de la UNAM y especialista en comunicación emergente. Y, como te decía, más que un pastiche de conceptos teóricos y palabrería dominguera mejor te cuento algunas anécdotas disfrazadas de ensayo.
Y sí, me queda claro que vas a tirar hate. Qué se la va a hacer.
Hasbro, como seguramente sabes, es una de las compañías jugueteras más importantes en el planeta. En 1981 tenían un concepto medianamente exitoso, My Pretty Pony. Dirigido a niñas pequeñas, les permitía a las chicas peinar a los ponis, tal y como lo harías con una muñeca humana. En 1983, con la participación de la ilustradora Bonnie Zacherie, el concepto fue dotado de una historia, así como mayor identidad para sus personajes. Pasó a llamarse My Little Pony y, tan exitoso ha sido que lleva 30 años en el mercado.
¿Qué haces cuando llevas casi ocho años con una coleccionista de Ponis? ¿Con alguien que poseen cantidades infames de muñecas desde la primera generación? Reírte, tal vez. Así era yo, un sujeto que se burlaba de una de las franquicias de juguetes más parodiadas y ridiculizadas en la historia. No era para menos: hablamos de una época en que hacer cosas para niñas representaba vomitar miel y flores sobre las chicas. Basta ver un trozo de su primera serie de televisión, estrenada en 1984.
Con todo y la diabetes visual, mi novia ama esa primera generación.
Suena a algo que diría un hipster cualquiera, pero qué le vamos a hacer si es la realidad. Yo no conocí Friendship is Magic hasta que se hizo insanamente popular en 4chan. Cuando tu novia está al pendiente de la nueva serie de juguetes y animación, es imposible no enterarte. Lo interesante, en este caso, es la transformación de concepto que tendría esta generación. La cuarta, tomando en cuenta la evolución que han tenido las muñecas.
Lauren Faust es uno de los nombres más grandes en animación occidental de nuestros días. Parte del equipo detrás de Las Chicas Superpoderosas y creadora de personajes para la Mansión Foster, en 2010 creó los personajes que darían origen a una de las encarnaciones más exitosas de la franquicia.
Twilight Sparkle, estudiante bajo la tutela de la princesa Celestia, llega Ponyville a concluir su aprendizaje. Dichas enseñanzas son acerca de la magia de la amistad, así como del valor que tienen los elementos de la armonía. La honestidad, la generosidad, la lealtad, la risa, la bondad y la magia son valores que aprende de las amigas que conoce en el pueblo, al tiempo que son los recursos con los que derrota a enemigos como Nightmare Moon.
Antes de ver la serie hacía lo que mucha gente. Reírme. ¿Qué valor podría tener una serie para niñas de seis años? Bueno, bastó ver un par de episodios para enamorarme de la serie y dejar de trolear a mi prometida. ¿Por qué? Porque no sólo rompía la monotonía de las series vendejuguetes al presentar un conflicto por resolver y enemigos por vencer. También presentaba un mensaje de respeto y tolerancia, en una época donde los países industrializados comienzan a lidiar con los descendientes de inmigrantes ya nacidos en el país, así como con hijos de familias alternativas. El llevar a las niñas, e incluso a los adultos, dicha lección es un logro de valor incalculable.
Con el fin de crear este texto, tuve la idea de entrevistar a un especialista acerca de la manera en que una serie para niñas puede hacer que los adultos aprendan. Ya saben, cosas acerca de la narrativa, el arte, los conceptos y más cosas. Incluso por ello propuse un título bien intelectual y así. Pero luego, al darme cuenta de lo forzado que era, mejor te cuento que pasó.
¿Por qué acudir con un catedrático de la UNAM? Bueno, cuando alguien como Fabián puede enseñarte a decodificar elementos comunicacionales en temas como el anime y al arte de protesta, quizá pueda ayudarte con una opinión fundamentada acerca de lo que podría aportarle una serie tan polémica como Friendship is Magic. Más allá del fenómeno Brony, dado que no hay intención de ser sectarios al respecto.
Para tener más certeza, tuve a bien pasarle algunos episodios pertenecientes a las diversas temporadas de la serie.
La primera pregunta, claro, era si encontraba en la serie contenido dirigido a un público adulto. Obviamente la respuesta fue que, en un primer plano, no. “Sin embargo los temas y la forma en que son elaborados recrean personajes o situaciones, lo que diríamos como puestas en escena, que pueden ser significados por los adultos”. Es decir, los relatos que puedes encontrar en la serie, así como la tensión en los mismos, están creados para que un público compuesto por niños y adultos pueda encontrar en ellos un significado particular.
¿Qué factores podrían ayudar a que una serie así sea apreciada de manera tan peculiar por un público adulto? De acuerdo con el profesor Bonilla, son varios. “Uno es que la serie se basa en un juguete o concepto que ha estado en el mercado desde hace años; otro puede ser la idea de acompañamiento, es decir, que lo padres deben de darle seguimiento a lo que ven sus hijos y la otra es el propio formato del relato”, nos comentó.
Dicho formato, de acuerdo con el catedrático, consiste en un relato con un inicio y final en el que la historia se condensa en un mismo episodio. Asimismo, la estructura con la que se cuenta se relaciona con una fábula sin interpretación definitiva, pues el espectador coopera para interpretar el mensaje.
¿Cómo puede ayudar esto a que se envíen mensajes para un público adulto en una serie infantil? Bonilla nos indica que esto se da en dos planos: en la forma del contenido y en la forma de la expresión. En el primero se juega con las voces de quienes participan en el relato, las cuales pueden hacer referencia a historias infantiles con las que creció el público, así como posibles parodias y guiños a la cultura popular.
Un ejemplo de ello que tocó a la comunidad Gamer, por ejemplo, es la referencia a los Gemelos Lutece de Bioshock Infinite. También ha sido altamente popular Dr. Hooves, la versión en el universo de un ícono televisivo como Dr. Who, o parodias que se han realizado hacia personajes como el diseñador John Galliano.
Acerca de la forma, se puede lograr que los dibujos y la forma en que son presentados apelen a un imaginario más amplio, jugando con las preocupaciones y los asuntos que atañen a los adultos.
Con todo eso como referente, ¿qué tanto está presente el mensaje de amor y tolerancia? Digo, al final fueron esos conceptos los que me engancharon a la serie.
“Son formas de amor y tolerancia particulares, vinculados a una idea cultura particular”, nos indicó. “No sé qué tanto pueden ser universales, pero en la serie queda clara la idea de inclusión”.
Es comprensible, hasta cierto punto, el desprecio que la serie genera en internet. Principalmente por la ubicuidad de las referencias a la misma a lo largo y ancho de la red. Del mismo modo, lo heteronormativo de nuestra cultura (O sea, definir que algo es para niños o niñas nada más. Disculpa la palabrota, ja, soy tremendo) convierte en algo polémico el que un público masculino adulto le tenga cariño a un concepto para niñas.
Sin embargo, existen elementos serios para entender por qué este cariño existe. Realmente hay formas en que la historia lleva lecciones y contenidos, filtrados entre el relato para niñas pequeñas, de auténtica valía para un público adulto.
Al final del día, si algo se puede rescatar es el amor y la tolerancia que esta generación ha propuesto. Insisto, basta salir a la calle. Si algo necesitamos aprender como adultos para hacer de este mundo un sitio donde valga la pena venirse a parar por lo menos, es justamente eso.
No extraña, al final del día, que haya llegado a la cultura brony por mi novia. Y que, por los amigos que he hecho aquí, haya decidido quedarme.
