Escapar del área, ésa fue la primera instrucción. Desde que tomé el control en mis manos, supe qué tenía que hacer por instinto. Alien: Isolation me recibió con un menú y una interfaz bastante ochentera con una tipografía de computadora prehistórica que le otorgaba bastante credibilidad a la atmósfera del juego. Unos filtros de cinta en VHS añadían realismo a la experiencia que, de por sí, destaca por seguir la línea canónica del filme original.
Una vista en primera persona me provocó desconfianza, la misma sensación que decenas de juegos de disparos me han dado. No obstante, al primer ruido de la criatura terrorífica acercándose a mí, me hizo olvidar cualquier experiencia del género que haya vivido en el pasado.
Objetivos secundarios que hacían de mi aventura una más retadora se sumaron a la interfaz de mi pantalla, indicándome que tenía la posibilidad de recolectar dos placas de identificación, bloquear una escalera de acceso y no utilizar el monitor de movimiento. Decidí ignorar esta última, ya que el dispositivo electrónico era indispensable para detectar la posición del alien, su cercanía conmigo. Alien: Isolation pasó inmediatamente de dar la impresión de ser un shooter a convertirse en un survival horror hecho y derecho. La tensión se sentía bastante densa debido al ligero fondo musical y a los huecos y metálicos efectos de sonido.
A mi alrededor, fui encontrando objetos simples que, en conjunto con otros, me ayudaban a crear herramientas que facilitaran mi avance. Esta fabricación de objetos se llevaba a cabo en un menú especial en el cual podía combinar distintos elementos para crear utensilios, como fabricantes de ruido, bombas molotov, botiquines y municiones para lanzallamas. The Creative Assembly se dio a la tarea de añadir someros elementos de RPG con un árbol de habilidades, en el cual la creación de objetos se podía mejorar para aumentar el rendimiento de las herramientas o reducir el número de piezas para su fabricación.
En el pequeño nivel dentro del que navegaba en el demo, un alien se encontraba merodeando y, evidentemente, buscándome, por lo que me tenía que mover con bastante cautela y utilizar ductos de ventilación para trasladarme de cuarto a cuarto ya que, en muchas ocasiones, utilizar la puerta principal era demasiado arriesgado. El mínimo movimiento o sonido dentro de su campo visual o auditivo representaba una muerte casi segura, a menos de que ahuyentara a mi atacante con el lanzallamas que realmente no le hacía ningún daño al alien, provocándonos la sensación de impotencia al no tener ningún poder sobre nuestro cazador.
Varios intentos fallidos más tarde pude moverme un poco más en la estación espacial en la que me encontraba, explorando un verdadero laberinto en el que, en cualquier esquina, podía encontrar mi muerte. Hablando de ello, las animaciones cada vez que termina el juego son bastante terroríficas, con la clásica criatura alienígena inmovilizándonos contra el suelo y apuñalándonos con su clásico ataque por la boca.
Era evidente que esta demostración se encontraba muy lejos de la versión final: varios de los menús se encontraban bloqueados y el nivel no era de grandes dimensiones. Sin embargo, la experiencia de horror es bastante efectiva y nos provoca brincos cada vez que el alien voltea desde lejos para perseguirnos incansablemente o sorprendernos al salir de algún ducto de ventilación en el techo.
