El 7 de noviembre será un día muy especial para la industria de los videojuegos; sí, Microsoft lanzará su tercera versión del Xbox One llamada Xbox One X que, aunque no lo creas, todavía está creando confusión en la comunidad. La compañía de Seattle promete que esta será la consola de mayor poder gráfico en el mercado hasta el momento, pero esto podría significar poco para un gran sector de jugadores, situación que se encuentra totalmente justificada debido al enfoque de la consola. Si a estas alturas del partido te estás preguntando qué hace especial al Xbox One X no solo en comparación a sus antecesores, sino al PS4 Pro, estas palabras con base en nuestra experiencia con la consola son para ti.
Quizás el mayor error de muchos es creer que Microsoft ya saltó a la novena generación de consolas, pero realmente la única compañía actual que lo ha hecho es Nintendo con el Switch. El Xbox One X es, precisamente, una edición renovada del Xbox One que llegó a los aparadores en 2013, pero que ofrece un poderío gráfico todavía más adelantado al Xbox One S, la consola más pequeña, delgada y con nuevas opciones gráficas que se comercializará al mismo tiempo que el X. Así como Apple ha hecho revisiones de sus modelos, digamos el iPhone 6 y el 6 Plus, las compañías de videojuegos solo están adoptando el mismo modelo de negocio.
Muchos se preguntan si sus juegos físicos y digitales de Xbox One seguirán funcionando en esta edición o tendrán que desembolsar un extra para reproducirlos en el X; lo cierto es que no existe ningún impedimento para hacerlo, ya que la consola cuenta con una arquitectura de software que continúa la línea de desarrollo de Microsoft. Es decir, que si tienes un Halo 5: Guardians, lo jugarás de la misma manera en tu Xbox One X, al menos en teoría, pues existe una lista extensa que la compañía ha lanzado en su sitio oficial y que aclara cuáles son los títulos que recibirán actualizaciones específicas para la nueva versión de su sistema.
El Xbox One X tiene una tarjeta de memoria, procesador y velocidad de procesamiento muy superior al primer modelo de Xbox One, prácticamente es un 76% superior en estos términos gracias a su CPU de ocho núcleos a 2.3GHz, 12GB de RAM GDDR5 y un GPU a 1,172MHz con seis teraflops. Los números pueden sonar complicados para el usuario promedio, pero lo cierto es que las especificaciones técnicas son más que un número; es decir, quien adquiera un Xbox One X tendrá HDR (High Dynamic Range) que no es más que una gama de colores más parecida a la realidad y juegos con más cuadros por segundo (que se ven reflejados en la fluidez del juego) así como una mayor resolución, alcanzado el 4K (3840 x 2160p) que no es más que la claridad de la imagen en pantalla. Cerca de 100 títulos recibirán distintas actualizaciones con una o varias mejoras de este tipo y todas se pueden consultar en esta liga.
Asimismo, la arquitectura del Xbox One X permitirá que los juegos disponibles en Xbox 360 para el One, así como los primeros 13 del Xbox original, sigan siendo jugables, también con uno que otro retoque gráfico. Así, la colección de títulos de este sistema será bastante robusto para todos aquellos que deseen desempolvar sus viejos juegos o simplemente deseen adquirir aquellos que, en su momento, no pudieron disfrutar. Y si eres de los que también juega en PC con Windows 10, recuerda que podrás continuar tu progreso en títulos selectos bajo el sello Xbox Play Anywhere.
Si bien Phil Spencer, el jefe de Xbox, ha dicho que ningún juego será exclusivo de Xbox One X, se tiene planeado que en algún punto se reproduzcan títulos de Realidad Virtual, pero ya que la compañía no ha comercializado ningún visor propio, se cree que ésta podría llegar a través del Oculus Rift. ¿Será que esos sí serán exclusivos del Xbox One X? Hasta ahora, no podemos más que especular sobre el asunto.
Preocuparse por los cuadros por segundo de un título, así como la cantidad de píxeles que se tienen en pantalla, no son asunto que todo el público consumidor de videojuegos pueda dominar. Durante los últimos años, especialmente tras la llegada del Xbox 360 y el PS3, los usuarios comenzaron a tener cuidado en estas ediciones; después de todo, el precio era prácticamente el mismo, mientras que el trabajo de los técnicos e ingenieros de software empezó a estar bajo la lupa pública. Es por ello que Microsoft ha declarado que el Xbox One X no es una consola para todo el mundo; así como el año pasado lanzaron el control elite para Xbox One, el X es un producto para los jugadores que sí les importan estos detalles.
De la mano con la experiencia Premium que Microsoft pregona, el Xbox One X tiene capacidades que solo se podrán disfrutar de primera mano con los acompañamientos adecuados. Para tener 4K en tus videojuegos, necesitas que tanto el título esté trabajado en dicha resolución, el sistema sea capaz de enviar la señal en la misma definición y, por supuesto, una TV que soporte dicho formato. Es por ello que tener una televisión 4K forma parte fundamental de la experiencia y crea un ecosistema que, en teoría, es la experiencia ideal para el usuario que busca lo mejor en el mercado actual respecto a gráficos y labor de software.
La compañía de Seattle también se ha preocupado por la calidad del sonido y trabajó de primera mano con Dolby para seguir incluyendo Dolby Atmos en la consola; esto significa que el jugador que cuente con un sistema de sonido con la certificación Atmos, será capaz de contar no con un sonido envolvente, sino que tiene al usuario como el centro de toda la atención. Uno de los títulos que probamos de primera mano fueron Gears of War 4 y Forza Motorsport 7, por lo que podrías fácilmente considerarlos para tu biblioteca o el costo extra de tener la experiencia más digna en lo que respecta a este modelo de Xbox.
El primer rediseño del Xbox One llegó a las tiendas el otoño del 2016, sí, el Xbox One S, un sistema más pequeño, delgado y que gráficamente daba soporte al formato Blu-ray en 4K, así como al contenido que se puede consumir a través de Internet en el mismo y HDR 10. El Xbox One X retoma todo ello y lo profundiza, según el desarrollador y lo que se tenga en mente, pero sin duda expande los horizontes de la biblioteca para todos aquellos que cuenten con estos servicios, ya sea a través de plataformas como Amazon Prime Video y Netflix. Los mismos aparadores virtuales de estos creadores cuentan con una simbología que indica cuáles de las características están disponibles para sus contenidos, llámese House of Cards, Stranger Things, Patriot y The Man in the High Castle, por nombrar algunas. Recordemos que, en el caso de Netflix, acceder a estos contenidos conlleva un aumento en el pago de la suscripción, así que es otro aspecto a tomar en cuenta para el usuario.
Kinect, el dispositivo de reconocimiento facial, voz y movimiento que vimos por vez primera en el Xbox 360, también llegó al Xbox One, aunque actualmente se mantiene como una opción a todo el sistema operativo de la consola. Independientemente de las razones que hayan orillado a la compañía a dejar de otorgarle soporte con títulos exclusivos o presentarlo de origen en los paquetes de consola, desde el Xbox One S en 2016 se necesita de un adaptador especial para hacer uso de Kinect 2.0, pese a que solo una parte de estos paquetes de Xbox lo incluían en tu compra. Microsoft confirmó hace varias semanas que el Xbox One X no lo ofrecería ni siquiera en una porción pequeña de las consolas, por lo que esto orilla a los consumidores a realizar un pago extra si es que saltan de un Xbox One estándar a un X.
Cuando se trata de píxeles, espectro y calidad de imagen, el monitor o formato de la pantalla que utilices juega un papel fundamental; hardware y software están compenetrados y son un factor de costo a considerar en la gama Premium de las consolas. Pese a esto, si adquieres un Xbox One X y no cuentas con una pantalla que soporte el formato en 4K, Microsoft ha confirmado que se ajustará al espectro de imagen con el que cuentes, específicamente en 1080p y 1440p; sobre este último la información es reciente, pues se especificó que no se escalará la imagen de 1080p hasta 1440p, sino que el 4K nativo con el que cuenta el sistema se adaptará de raíz al monitor.
Cuando salió el primer modelo de Xbox One, muchos nos vimos en la necesidad de adquirir un adaptador especial para nuestros accesorios como headsets o simplemente adquirir uno con entrada específica para la consola. Las cosas no parecen cambiar demasiado en esta edición, pero sin duda es un punto a favor para todos aquellos que ya cuentan con varios aditamentos para el sistema, pues no se necesitará de otro adaptador además de los preexistentes. También es de notar que el control del X también tendrá funciones Bluetooth como el del Xbox One S, por lo que puede utilizarse de manera inalámbrica con una PC de Windows 10 sin necesidad de un engorroso proceso de reconocimiento, mientras que la fuente de poder del Xbox One S será compatible con el X. Tampoco dejamos de lado el hecho de que la primera edición de la X, denominada Project Scorpio Edition, incluirá una base para colocar la consola de manera vertical, misma que podrá adquirirse por separado en los empaques regulares.
Y tú, ¿estás listo para una nueva consola que te diga “Hello from Seattle”?
