5 razones por las que amamos Turok

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En la época del Nintendo 64, si hablas de un FPS lo más seguro es que recuerdes GoldenEye: 007, un juego que cambió el panorama del género en las consolas. Pero si haces un poquito más de esfuerzo, también te sonará el nombre “Turok”. ¿Lo recuerdas? La franquicia llegó al mercado en marzo de 1997 y desde entonces, tuvo muchos altibajos hasta que a principios de la década pasada desapareció del mapa, hasta hace poco. Con la llegada de sus primeras dos entregas remasterizadas a Xbox One, quisimos recordar por qué nos gustaba tanto hace 21 años.

ES COMO DOOM… CON DINOSAURIOS

Como ya te contábamos, en el Nintendo 64 tenemos a GoldenEye: 007 como uno de los mejores exponentes del género de disparos en primera persona, pero también en la consola podías jugar Doom 64 y, por supuesto, Turok: Dinosaur Hunter. Aunque es difícil alejarse de la fórmula que juegos como Quake y Doom manejaban, Dinosaur Hunter estableció sus propias reglas: un arsenal impresionante, velocidad vertiginosa y, por supuesto, enemigos sedientos de sangre que querían arrancarte la cabeza. Asimismo, su diseño de niveles dejaba de lado los pasillos que, hasta ese entonces, eran el estándar en los juegos de su tipo, pues podemos ver escenarios más abiertos, con verticalidad, monolitos listos para ser explorados, cavernas y, claro, objetos y más debajo del agua, que le añadían ese toque especial y fluidez que le hacía falta a los FPS.

NO ERA EL FPS TRADICIONAL

Puede que uno que otro no lo sepa, pero es importante saber que Turok tiene sus raíces en la serie de cómics Turok: Son of Stone de mediados de los años 50, en el cual conocimos a un personaje nativo americano que luchaba contra, bueno, dinosaurios. En Turok: Dinosaur Hunter, tomamos el papel de un guerrero de las mismas características llamado Tal’Set, quien debía mantener el equilibrio entre nuestro mundo y el de la Lost Land, por lo que viaja para recuperar una serie de piezas de un arma legendaria (el Chronoscepter) y evitar que caiga en las manos equivocadas, es decir, que los dinosaurios y demás enemigos de esa tierra nos puedan invadir.

Pero las cosas se ponían más interesantes al ir descubriendo las capas de complejidad de Turok, pues cada nivel te solicitaba recolectar ciertas llaves y piezas para continuar tu avance; los enemigos soltaban cantidades mínimas de salud y el arsenal iba incrementando de manera exponencial, por lo que ser rápido y letal era todo un reto para la época. Técnicamente hablando, Turok era un juego que ponía a prueba las capacidades del Nintendo 64 debido a lo abierto que eran sus escenarios, algo que de hecho se comprueba con las versiones posteriores del juego y que llegaron al mercado en 2015, remasterizadas para PC.

SUS CONTROLES FUERON UN SUCESO

Para su época, Turok: Dinosaur Hunter acaparó las miradas debido a que se podía apuntar con la palanca análoga del control del 64, sus jefes y las animaciones que se incluían para varios enemigos. En su momento, el hecho de dispararle a un enemigo en cierta parte del cuerpo y que éste se retorciera del dolor, no solo era impresionante, ¡sino visceral! Estas animaciones eran todo un suceso y le otorgaron parte de la magia en la que Turok te sumergía, mientras que tu arsenal te daba un montón de ideas diferentes para acercarte a uno u otro enemigo. Y es aquí donde surgía la estrategia; si tenías pocas vidas, era una obligación eliminar a todos con armas de corto alcance y, si te sentías lo suficientemente confiado (y tu barra de vida lo permitía) podías irlos “llamando” poco a poco para limpiar el escenario.

ERA DE IGUANA Y ACCLAIM ENTERTAINMENT

El año pasado, se cumplieron 30 años del nacimiento de Acclaim Entertainment, la compañía que ayudó a publicar y distribuir esta joya de Iguana, una de las divisiones del primero y que se caracterizaría no solo por Turok, sino por otros juegos de deportes; prácticamente, el equipo se daba el lujo de hacer dos franquicias tan diferentes. La filosofía de Iguana Entertainment iba de la mano con Acclaim; eran entretenidos, divertidos y con personalidad, pues como ya te contábamos, incluir escenarios más abiertos le daba una identidad entre otros como Quake, Doom y GoldenEye: 007, ya que había niveles laberínticos y, por lo demandantes de sus escenarios, también haría que el Nintendo 64 sufriera con la capacidad de memoria que podía procesar en esa época.

Turok no era un juego fácil de llevar y mucho menos si eras un niño en aquellos tiempos, pues no solo se trataba de sobrevivir a los enemigos, sino a sus portales, coleccionables, llaves y, claro, usar uno que otro truco para ayudarte en tu agonía. ¿Recuerdas esos trucos para que los enemigos bailaran frente a ti? Esto te daba prácticamente todo el tiempo del mundo para eliminarlos de cerca, mientras que otros como la invencibilidad, todas las armas, munición infinita y cabezas gigantes (para un tiro muy certero) también se podían desbloquear.

LO PUEDES JUGAR REMASTERIZADO

¡Que los dioses bendigan a los amantes de lo retro! Y esto incluye a Night Dive Studios, un equipo que desde 2013 ha devuelto el brillo a juegos que difícilmente se pueden conseguir o prácticamente olvidados, como fue el caso de System Shock, el precursor de BioShock. Hace tres años, el equipo pulió Turok: Dinosaur Hunter y Turok 2: Seeds of Evil, secuela del primero y que saldría apenas un año después de Dinosaur Hunter, agregando elementos que le permitirían a los jugadores apreciar la geometría del terreno que Iguana Entertainment logró en 1997, una resolución más alta (y que alcanza el 4K) por lo que su llegada al Xbox One ha sido recibida con mucho cariño por los amantes de la franquicia.

La versión para Xbox One se puede jugar a 60 cuadros por segundo, algo que le queda como anillo al dedo a este juego FPS tan frenético y brutal. Si buscas revivir viejas glorias, poner a prueba tu memoria o simplemente jugarlo por primera vez, las versiones disponibles para Xbox One son un port de las que Night Dive Studios realizó para PC, nacidas del código original para el Nintendo 64.

¿Qué otras cosas recuerdas de Turok? Compártelo en la sección de comentarios.