El pasado 7 de septiembre, los videojugadores estuvimos de fiesta: Final Fantasy VII cumplía 20 años de haberse lanzado en Norteamérica. El juego de la antología iniciada por Hironobu Sakaguchi tenía claros cambios respecto a sus antecesores, incluso al lanzamiento original en Japón, sin embargo, marcó a toda una generación de amantes del RPG, quienes se iniciaron en el género, reafirmaron su pasión por el JRPG o simplemente descubrieron la franquicia. En México, sentimos que es una de las entregas que han dejado huella en la cultura de los videojuegos, creando una tendencia interesante, divertida y emotiva que lo ha caracterizado del resto de la región.
Es por ello que recopilamos estas cuatro pruebas del culto a Final Fantasy VII en México, de los cuales muchos te resultarán familiares.
¡Ah! Uno de los villanos más emblemáticos de toda la franquicia es Sephiroth; su popularidad nunca ha decrecido y, por el contrario, se ha quedado en la memoria colectiva de jugadores veteranos y jóvenes, siendo especialmente los últimos a quienes busca apelar el sonado remake que se está preparando de Final Fantasy VII. Seamos sinceros, ¿cuántos Sephiroth_XxX_666_DaRkAnGeL no has conocido a lo largo de tu vida? Sí, ese momento en el que pedías el ID o Gamertag de tu amigo y resultaba estar relacionado con Sephiroth. ¿Cuántos se llamaban así en los foros de Atomix (¡Uuuh!)? ¿O la marca que alguien dejó en una arcade? Ese nombre, como ningún otro, ha trascendido y llegó para quedarse a este lado del mundo hace 20 años.
Los videojuegos, cuando van más allá de una simple satisfacción y crean una cultura en torno a ellos, elevan su estado gracias a las anécdotas; sí, un juego anecdótico es prueba fiel del poder del videojuego como un medio que combina arte y técnica. Final Fantasy VII lo logró y hace poco lo volvimos a ver tras recordarles su 20mo. Aniversario; las memorias fueron en su mayoría positivas, pese a que algunos aspectos como la dificultad se diluyeron y haya creado más series derivadas como Crisis Core y Dirge of Cerberus que otros considerarían “innecesarias”.
Sin duda uno de las características que nos marcaron giran en torno a Aeris y su muerte; ¿quién no creía que podría revivirla? Tampoco dejamos de lado la reunión con los Caballeros de la mesa redonda, la traición y el odio hacia Barret y el enorme crush hacia Tifa. Y cosplays de Cloud; sí, ¿quién no ha visto uno al menos en un evento como La Mole, EGS o TNT? Y como buen RPG, el hecho de que nos tuviera con un diccionario inglés-español en mano para saber qué diablos estábamos jugando, algo que las nuevas generaciones seguro desconocen por completo. ¡Qué tiempos aquellos!
Seamos honestos: tener artículos coleccionables originales o aprobados por Squaresoft hace 20 años era un lujo que muy pocos podían darse en México. Así que, gracias a las artes del mercado gris, muchos pudimos empezar a hacernos de una pequeña colección de “chacharitas” de Final Fantasy VII, muchas de las cuales no eran productos oficiales. Pero la información y documentación por esos años no era tanta como estos días, así que la mayoría de los objetos que teníamos eran réplicas a escala de la Masamune de Sephiroth (con todo y rebabas) otros eran dijes o collares (como gusten llamarlos) con el logo del lobo que hacía referencia a Cloud, en fin. Así como los fans de Dragon Ball llegan a tener su colección de esferas, ¡ey! Los de Final Fantasy teníamos algo así que prácticamente reivindicaba nuestra pasión. O eso nos parecía en la juventud.
Cuando se habla de Final Fantasy, seas fan o no de los videojuegos, existe un rasgo que de inmediato lo diferencia de otras franquicias: su música. El momento en que Square Enix decidió realizar sus conciertos presenciales y salir de gira por todo el mundo, ellos mismos sabían a dónde tenían que llegar: México. Nos costó algunos años, pero Nobuo Uematsu llegó en dos formatos diferentes, el de la orquesta con Distant Worlds y otro dedicado a melodías en piano, una colección que ha sido lanzada con el paso de los años como un complemento a la banda sonora de los juegos. Los que hayan asistido a Distant Worlds, recordarán cómo pedíamos a gritos el tema de la batalla contra Sephiroth, One-Winged Angel, que ya es un clásico entre el repertorio de la saga.
Y a ti, ¿qué más te parece que Final Fantasy VII le ha dejado a México?
