Cuando Destiny llegó hace casi dos años fue un poco difícil de entender su concepto; a muchos de los que acostumbraban jugar en consolas y no habían probado un juego social con la escala de Destiny se les hacía difícil entender el concepto, mientras que los veteranos de los MMO en PC lo veían como un intento muy simple de equiparar la magnitud de dichos juegos. La verdad es que Destiny no es ni un simple shooter ni tampoco un MMO como tal, sino una experiencia que independientemente de sus aciertos y sus limitantes marcó algunas tendencias, por lo que no nos sorprende que otros juegos tengan fórmulas similares.
El resultado de esa confusión inicial respecto a lo que pretendía el FPS social de Bungie provocó reseñas apresuradas que quizá no le hicieron suficiente justicia al juego, a tal grado que hubo medios que meses después de la llegada del juego cambiaron las calificaciones y hasta generaron contenidos especializados que se dedicaron a cubrir la manera en que iba evolucionando un juego que estaba en boca de muchos.
La semana pasada llegó Tom Clancy’s The Division después de varios años de su primer ventana de lanzamiento anunciada, y a pesar del gran retraso sorprendió cumpliendo las expectativas de usuarios que llevan ya una semana jugándolo y medios que se han tomado el cuidado de publicar las reseñas apresuradas, pues son abundantes los contenidos que tienen que revisarse antes de poder dar un veredicto.
Resulta inevitable la comparativa entre Destiny y The Division porque ambos juegos tienen mucho en común, sobre todo en su estructura general y la manera en que atrapan al jugador para que siga sumergido en la experiencia de juego, pero por otro lado también muchas comparativas podrían ser sumamente injustas. ¿Es verdaderamente The Division el “Destiny” de 2016 ante la sequía por la que pasa el juego de Bungie? ¿Qué comparativas son justas? ¿Qué camino sigue cada juego? Estamos muy cerca de publicar nuestra reseña con el veredicto final sobre el juego de Ubisoft Massive, antes reflexionamos en torno a estos asuntos con algunos puntos que tocaremos en este artículo.
En una época en la es prácticamente inconcebible estar desconectado del mundo, las experiencias sociales son una fuente de ganancias que está en la mira de los publishers, quienes con juegos que van desde pequeñas experiencias de móviles hasta inmensas super producciones por las que pagas suscripciones buscan la preferencia de sus clientes. Varios productos han sobrevivido por varios años generando bastantes beneficios gracias a su experiencia social y no se descarta que los juegos que hoy ponemos sobre la mesa pretendan volverse experiencias memorables que no sólo vivan fuertes durante su lanzamiento.
Es en este sentido que podemos colocar a Destiny y The Division en el mismo barco y entender las inevitables comparativas. Ambos son shooters independientemente de su perspectiva, y ambos buscan, ante todo, que disfrutes en compañía el superar distintos retos que implican la complementación de los miembros de un equipo con el uso de distintas habilidades especiales, mismas que se definen por las clases en el caso de Destiny y por el equipamiento de habilidades que se desbloquean gradualmente en el caso de The Division.
Otro elemento que hace que la comparativa de The Division con Destiny sea inevitable es un sistema de progresión proveniente del género RPG que implica el subir de nivel con puntos de experiencia para mejorar tus estadísticas que deriva en el hecho de enfrentarse a enemigos que son evaluados también por esa escala de niveles. Al mismo tiempo, también se hereda del RPG un sistema de personalización de tu personaje con piezas de equipo y armamento que cambian tus estadísticas de manera que tú tengas la libertad de jugar completamente a tu manera.
Quizá lo que más ata a The Division y Destiny en las comparativas es el hecho de la motivación que le ponen al jugador una vez que ha conquistado todas las misiones principales, y es básicamente superarse con misiones que quizá ya ha jugado varias veces pero cada vez se te presentan más difíciles. Una vez que has llegado al tope del nivel tu objetivo es cazar los mejores botines en los retos más fuertes para seguir creciendo.
Tanto en Destiny como en The Division tenemos objetos de diversas rarezas que se gradúan con la misma escala de color –en orden de rareza ascendente: blanco, verde, azúl, morado, amarillo– y el end game básicamente consiste en superar retos difíciles en equipo para obtener cada vez mejores armas y armamento.
Puesto que lo que hemos planteado en este apartado son elementos básicos de la experiencia a largo plazo no suenan extrañas las comparativas ni que Ubisoft pretenda conquistar a los usuarios de Destiny que en este momento se han acabado los contenidos del juego que pareciera estar en una pausa en lo que se estrena su próxima expansión para finales de año, o bien, su nueva entrega para inicios del siguiente.
Una vez que hemos comprendido la comparativa es tiempo más bien de evaluar lo que podría resultar injusto cuando ponemos frente a frente estos dos proyectos y me parece que gran parte se debe al presupuesto invertido en uno y otro que se deriva en sus objetivos.
Destiny desde un principio se manejó como un juego con planes para 10 años, y aunque hasta el momento ha experimentado algunas dificultades respecto a sus propuestas iniciales parece que Bungie y Activision tienen pensado seguir inyectando presupuesto a una franquicia que se reavivará próximamente con una nueva expansión premium y el próximo año con un nuevo juego.
¿Qué hay de The Division? Aunque es un título triple A su presupuesto quizá no se acerca ni en lo más mínimo al que se le inyecta a la franquicia Destiny, por lo que llega al mercado como una franquicia nueva que por el momento no ha mostrado querer convertirse en lo que el juego de Bungie ha prometido. Hasta el momento The Division se ve como un experimento por parte de Ubisoft en el mercado de este tipo de experiencias sociales; vivirá fresco todo este año con un par de actualizaciones gratuitas que integran incursiones y otras actividades para la Dark Zone además de los contenidos del Season Pass que con tres oleadas mantendrán vivo y fresco el juego; fuera de ello su futuro es completamente incierto.
Puesto que The Division parece ser un éxito para Ubisoft, al menos por lo que nos indican sus récords iniciales de ventas, podemos inferir con base en la manera en que suele actuar el publisher francés que no se desaprovechará la ventana de oportunidad que se ha abierto para la nueva franquicia y es muy posible que veamos secuelas, echando a volar la imaginación pensamos en nuevas ciudades por explorar con el mismo detalle que tiene Nueva York en este primer título. Todo lo que comentemos aquí son simples espepeculaciones pues el futuro del juego es impredecible y aunque sus mecánicas están muy bien planeadas para darle al jugador al menos un centenar de horas de diversión en compañía ¿realmente su ambición es la de atar por completo al jugador y crear una comunidad como lo ha hecho Destiny?
El juego de Bungie sí está planeado para ser un juego al que su comunidad regrese una y otra vez a lo largo de varios años, el de Ubisoft sólo nos pone frente a un shooter social cuya fecha de caducidad desconocemos. La diferencia de presupuestos es muy grande y desconocemos si Ubisoft querrá generar una experiencia para varios años o sólo se quedará con uno o varios mundos abiertos que exploraremos en compañía sin tantas ambiciones.
Aquí es donde los juegos se separan, y quizá incluso no se le pudiera exigir a The Division que tuviera las mismas ambiciones que Destiny si la intención explícita no es esa y sólo busca entregarnos un juego “normal”. En caso de querer seguir expandiendo sus propuestas, me gustaría que The Division no siguiera el camino fácil de muchos juegos del publisher que tienden a evolucionar muy poco en su estructura –por ejemplo Assassin’s Creed– por el contrario en este caso sí sería bueno romper moldes y aprender del feedback aunque desemboque en actualizaciones con tantos cambios estructurales como lo fue Taken King para Destiny.
Es pronto para medir la magnitud del proyecto de The Division, después de una semana con el juego considero que es un buen producto pero no me atrevería a decir qué hay respecto a su end game sin sumergirme primero por varias semanas o meses en el juego.
Hay quienes han dicho que The Division cumplirá llenando el hueco que Destiny está dejando entre su comunidad por su falta de contenidos, principalmente entre el círculo de jugadores de consola que pudieran migrar de una experiencia a otra, pero ¿será realmente un sustituto que dure todo el año?
Vuelvo a lo que decía en el punto anterior, la moneda está en el aire y depende de qué tanto interés le ponga Ubisoft a la serie como una experiencia a largo plazo; también sus expansiones deberán ser lo suficientemente frescas para que el jugador compre el Season Pass y regrese a lo largo del año a probar todos los contenidos. Es pronto para medir qué tan bien servirá el sistema de loot a largo plazo y actividades como las incursiones todavía ni siquiera están disponibles, por lo que el desempeño del juego de Ubisoft en sus primeros meses será realmente crucial para “llenar los zapatos” que está dejando, al menos temporalmente, Destiny.
Yo les puedo decir como jugador de Destiny desde su primer día y hasta sus últimos contenidos que la manera en que funciona The Division podrá resultarle placentera y sumamente atractiva para el jugador promedio del título de Bungie, pero ya hablar de suplir completamente una experiencia por la otra es comprensible actualmente ante la sequía de Destiny, pero cuando este último vuelva a todo su esplendor más bien será cuestión de combinarlas, cada una tiene sus propios aciertos y puntos destacables.
La respuesta la tienen ustedes jugadores; difícilmente The Division va a sustituir a Destiny por completo, más bien yo lo colocaría a su lado como una opción más para darle variedad a tu sesión de juego diaria.
En una semana es muy difícil analizar cómo se transformará eventualmente un juego de la naturaleza de The Division y más bien dentro de unos meses podríamos volver a revaluar muchas de estas interrogantes, pero también podemos apreciar que si bien muchas comparativas con Destiny son completamente válidas por la manera en que funcionan ambas experiencias la intención de ambos proyectos quizá es distinta.
Muchas cosas están en el aire, no es lo mismo un FPS que un TPS, tampoco es lo mismo un shooter de ciencia ficción que uno “realista”. Hay muchos temas por discutir y los invitamos a hacerlo en la sección de comentarios.
Le seguiremos la pista a este proyecto y esperen muy pronto nuestra reseña completa.
