Después de meses con expectativas muy altas, llegó el momento de subirse a los titanes y aprovechar las ventajas tecnológicas en una batalla como nunca antes la habíamos experimentado. Eso es Titanfall, obra de Respawn Entertainment, un estudio formado por exdesarrolladores de Infinity Ward, responsables de revolucionar el género de los FPS en series como Call of Duty, y que ahora crean un producto especial dedicado en específico a la competencia multijugador.
Titanfall no es sólo un FPS más en el mercado, es una fuerte apuesta en un género que tiene que renovarse ya que su mercado se ha vuelto muy popular y los fans exigen cada año productos más innovadores y, al mismo tiempo, balanceados; después de todo a este tipo de títulos muchos dedican millones de horas de juego para ser los más fuertes dentro del campo de batalla.
¿Qué resultó de la mezcla entre las clásicas batallas en primera persona y el uso de tecnologías, robots gigantes y jetpacks? Una experiencia muy divertida y adictiva.
Cuando se nos prometió aporte al género de los First Person Shooters con Titanfall, quizá muchos estábamos incrédulos ante la propuesta de Respawn Entertainment. Después de invertir varias horas en el juego desde su etapa beta, en Atomix podemos decirles que el resultado fue muy atractivo.
Aquí tomas el papel de un piloto, un soldado de élite que no sólo combate en tierra, sino que cuenta con la oportunidad de que la facción te facilite un titán, un inmenso robot-vehículo que, más que sentirse como una máquina, se siente como una expansión de tu cuerpo, que te da una ventaja importante en el campo de batalla.
Lo anterior no quiere decir que los Titanes sean el único atractivo del juego. Cuando te toca luchar sin este tipo de ayuda serás un soldado de élite que posee ventajas tecnológicas, como el poder dar un doble salto, correr por las paredes y desplazarse de la manera más ágil que se ha sentido en un FPS competitivo.
Estar dentro o fuera de un titán tiene sus ventajas. Ambas experiencias en Titanfall logran un resultado mejor del que esperábamos y ese tipo de añadidos al gameplay hacen que sea una experiencia única y diferente a cualquier otra que hayamos jugado antes.
Los movimientos y animaciones, tanto de los titanes como de los pilotos, son muy buenas y nos sorprendieron en muchas ocasiones.
Lo más interesante de Titanfall es que todos estos añadidos fueron cuidadosamente colocados dentro del juego sin afectar su balance. El resultado es un título que bien se prestará para las competencias a largo plazo. Tanto en el suelo o a bordo de un poderoso Titán, ganar o perder depende de tus habilidades, no tanto de fallas en el balance del juego. Por increíble que parezca, un fuerte titán puede ser derribado fácilmente por un insignificante piloto; justo en este tipo de detalles brilla el juego.
Las partidas soportan hasta doce competidores en varios modos de juego, en los que también entran en la batalla personajes controlados por la computadora (los NPC). La manera en que se diferencian los humanos de los NPC es que estos últimos son sólo soldados con armas ordinarias; mientras que los personajes controlados por personas son los pilotos y, además de poder pedir un Titán, en algunos momentos de la partida, cuentan con movimientos especiales, como el doble salto y el poder correr por las paredes.
La inclusión de los NPC es un gran acierto: siempre sentirás apoyo en el campo de batalla mientras tienes delante un gran ejército por vencer. Las partidas se sienten dinámicas y son tan accesibles que incluso los menos aficionados al género de los FPS se adaptarán con facilidad y encontrarán una partida disfrutable.
Si lo anterior lo combinamos con un buen servicio de matchmaking, obtendremos partidas en las que tanto los jugadores hardcore como los casuales se mezclan en batallas multijugador que se sienten justas y divertidas desde el punto que las aprecies.
Las partidas no difieren mucho de lo que vemos en otros títulos del género. Uno de los modos más importantes es Atrittion, que se trata básicamente de un Team Deathmatch en el que se ganan puntos por eliminar a los rivales, a sus Titanes o incluso a sus soldados NPC. También están presentes modos clásicos, como el de Capturar Bandera o el de mantener el dominio de tres territorios distribuidos en el mapa. Como añadido está un modo parecido a Atrittion, pero ahí únicamente se suman puntos al eliminar a pilotos enemigos; o un modo en el que todos luchan con Titanes irremplazables, en éste se lleva la victoria el equipo que primero elimine a los contrarios.
Me pareció sorprendente el hecho de que las variaciones al gameplay, como las habilidades de los pilotos y la presencia de los Titanes, cambian mucho la manera de apreciar y jugar estos clásicos modos de juego que en Titanfall se sienten como una experiencia única.
A falta del modo para un jugador, Titanfall también presenta una campaña que consiste en una serie de partidas en diferentes mapas predeterminados con los modos Atrittion y el de Capturar los Fortines. La única diferencia a cualquier partida ordinaria es que al inicio del juego se muestra un cutscene que habla de la historia de la rivalidad entre las facciones Militia e IMC, dos grupos con perspectivas diferentes y no precisamente podemos señalar a alguno como “el bueno” o “el malo”. La historia que se nos cuenta, en realidad, no es algo que sobresalga, incluso sentí un poco forzado este modo campaña: para lo único que sirve es para presentarte la mayoría de los mapas y para que, al pasarla con ambas facciones, logres desbloquear a dos de los tres titanes disponibles en el juego.
Considero que Titanfall pudo haber prescindido de este modo, pero de alguna manera había que justificar el porqué de la existencia de dos facciones en guerra, aunque su historia no aporte mucho o que resulte atractiva. Al final, la campaña la sentirás simplemente como jugar más partidas rápidas en diferentes mapas y modos.
Por el momento están disponibles en el juego 15 mapas, número que seguramente irá incrementando con el paso del tiempo a través de contenidos descargables. Todos ellos están muy bien diseñados para que, tanto fuera de los Titanes como a bordo de ellos, tengas posiciones estratégicas para hacer frente a la batalla. Dependiendo del mapa, tendrás que adaptar tu forma de jugar. Existen espacios muy abiertos para dar prioridad al combate entre titanes, mientras que hay otros intrincados y con muchos edificios en los que, quizá, sientas un poco extraño estar en un Titán mientras alguien escondido te dispara con facilidad.
Considero que gran parte del balance del juego se debe al diseño de sus mapas, en los que siempre hay que pensar no sólo en usarlos de manera horizontal, sino también de forma vertical.
Los escenarios nos llevan a espacios urbanos, ruinas industriales, edificios corporativos, campos abiertos o incluso ¡un desierto inhóspito con criaturas voladoras! Todos ellos son especiales y adictivos.
Cabe señalar, también, que los mapas son interactivos, en el sentido de que podrás usar algunos elementos del mismo a tu favor, como es el caso de las torretas defensivas. Habrá casos en que haya robots dispersos que te ataquen o se unan a tu bando, así como criaturas voladoras parecidas a dinosaurios que ven en alguno de tus soldados o compañeros de equipo un sabroso bocadillo.
Dentro del arsenal disponible, tendrás muchas armas que podrían recordarte algunas de las que has visto en otros títulos del género. Ya sea que prefieras rifles de largo o corto alcance, con diferentes niveles de daño, retroceso y precisión, existe un gran abanico de opciones entre lo que puedes optar. Muchas de las armas poseen este toque futurista y de ciencia ficción propio del juego, lo que las hace muy particulares.
En general tienes a tu disposición un total de 10 armas principales que se irán desbloqueando de acuerdo a tus progresos: podrás personalizarlas en dos ranuras de accesorios, en las que podrás añadir elementos como mejores cargadores o miras especiales. Hay una pistola automática muy propia del juego que podrá ayudar a novatos y experimentados a mejorar su precisión; además contarás con tres armas complementarias, como pistolas de largo o corto alcance.
Adicionalmente, están presentes cuatro armas antititán que, al ser poderosos objetos, no podrás usar contra tus rivales humanos, únicamente contra los titanes. También los explosivos no podían faltar: tienes tres variedades a elegir.
Finalmente están presentes dos ranuras para kits de expansión que funcionan de forma similar a los perks, una serie de habilidades especiales que equipas en tu piloto y en tu robot. En cambio, los titanes se personalizan de forma independiente y hay tres tipos de ellos: Atlas-Asalto, Ogre-Tanque y Stryder-Artillería/Agilidad. Los tres tienen sus propias variedades de armas, explosivos y kits de expansión.
Todo lo anterior ofrece interesantes combinaciones tácticas que se irán desbloqueando con tus progresos y que te permitirán armar estrategias.
Para mejorar tus habilidades y armas, se cuenta con el clásico uso de puntos de experiencia que ganas con cada partida. También está la presencia de ciertos retos específicos, que consisten en acciones dentro del campo de batalla que debes cumplir. Al completar tus retos podrás desbloquear mejoras para las armas, mientras que al subir de nivel desbloqueas los objetos disponibles en tu arsenal.
Para balancear el juego, existe el sistema de Quema de Cartas. Conforme vayas jugando las distintas partidas irás ganando cartas especiales que proporcionan mejoras inmediatas en el juego. En cada partida, puedes tener hasta tres cartas, que podrán darte una arma muy poderosa, sentidos especiales para detectar a los enemigos o, incluso, habilidades sorprendentes si se trata de cartas muy raras. Al ser “quema” de cartas se infiere que se pueden usar sólo una vez y que su efecto únicamente está activo en una de tus vidas durante la partida; por lo que se convierte en un sistema interesante que te obligará a armar de mejor manera tus estrategias.
Por último, en este apartado conviene mencionar que las partidas que probamos corren de manera muy ágil y sin dificultades para encontrar con quién jugar, aunque hubo momentos en que, quizá, se saturaron los servidores y no nos dejaba acceder al juego. Sólo el tiempo dirá qué tan buen rendimiento tienen los servidores de Titanfall para soportar la demanda de los jugadores.
La presentación del juego es uno de los aspectos más llamativos. Su equipo de diseño logró, en realidad, llevarnos a un universo de ciencia ficción en un futuro cercano y que se disfruta con agradables diseños de máquinas y, sobre todo, de los titanes. Titanfall logra transportarnos a través de su diseño a una época que se siente muy apegada a una posible realidad futurista. Personalmente, disfruté mucho de un escenario que nos lleva a las instalaciones de la compañía ficticia Hammond Robotics, encargados del diseño de los titanes.
Gráficamente, el título en Xbox One no es una maravilla. Hay texturas bien cuidadas y en general luce bien. Aunque es un juego que por sus mecánicas se siente como next-gen, no podemos decir lo mismo por la manera en que se ve: su resolución nativa ni siquiera llega a 900p (y algunos otros títulos para la nueva generación de consolas se ven mejor).
Lo anterior no le resta mucho al juego, finalmente lo que más brilla son sus mecánicas. El título corre, por lo general, a 60 cuadros por segundo (con excepción de momentos en que hay muchos titanes en pantalla y cae ligeramente el framerate) para que no te pierdas el frenesí de la acción de sus batallas.
La banda sonora es adecuada al juego y a la acción que presenta. Algunos temas tienen toques épicos característicos de los juegos bélicos y otros experimentan un poco transportándonos a los universos que presenta el título.
La actuación de voz (en inglés) es buena, pero sin llegar a ser uno de los aspectos fuertes del título. En la versión que probamos, el doblaje al español es el europeo, y no cuenta con doblaje latinoamericano.
El frenesí y la diversión en las partidas de Titanfall crean una experiencia altamente divertida y adictiva, incluso si no eres parte del público competitivo que compra este tipo de juegos. Titanfall está bien diseñado y en general funciona muy bien.
Da la sensación, en cualquier partida, de tener en tus manos un personaje muy poderoso. En tierra, con el piloto, siempre tendrás agilidad y movimientos precisos con el control: te harán sentir imbatible; y no se diga cuando tomas al titán, en realidad te da esa sensación de poder.
Consideramos que Titanfall es tan sólo la punta de un iceberg de un proyecto que dará muchos frutos con el paso del tiempo. Al ser un juego diseñado exclusivamente para el modo multijugador, la intención es mantener entusiasmados a los jugadores por un largo periodo en el que el juego irá creciendo con nuevos mapas y contenidos descargables. A futuro, quizá veremos secuelas una vez que se haya exprimido por completo el potencial de esta primera entrega de la nueva propiedad intelectual de Respawn y Electronic Arts.
• Experiencia bien balanceada, tanto para usuarios hardcore como para jugadores causales será una experiencia frenética de acción muy divertida y adictiva.
• Controles responsivos y bien ejecutados.
• Buen diseño y variedad de mapas que dan dinamismo al gameplay.
• Buena presentación y diseño de titanes, armas y escenarios.
• Sistema de progresión justo, inteligente y retador. El sistema de mejoras con tarjetas da variedad a las partidas.
• Baja resolución.
• Campaña con pocos aportes y una historia muy poco atractiva.
• A pesar de su variedad de modos de juego y que funciona bien como experiencia multijugador, se extraña algún modo de juego para un solo jugador.
Muchas de las expectativas que se tenían de Titanfall finalmente se vieron materializadas en un producto final que cumple mucho de lo que se venía hablando. Con una experiencia balanceada y divertida tanto para los jugadores hardcore como para los casuales, se agradecen muchas de las mecánicas que introduce este título al género. Titanfall nos convenció incluso a muchos que dudábamos de un producto enfocado únicamente a partidas multijugador; cumple sus objetivos ofreciendo una experiencia fresca y con potencial a largo plazo.