Un juego que terminó sucumbiendo a su propia oscuridad

En México existe un gran estigma hacia el desarrollo de juegos que se hacen en nuestro país, uno en el cual se les suele criticar fuertemente y hasta catalogar como pésimos a los títulos que aquí se producen. Si bien es cierto que ha habido casos impresionantes en los cuales algunos estudios sorprenden al medio con interesantes y divertidas propuestas, por lo general los proyectos que se hacen en nuestro territorio no suelen cumplir con los estándares que se esperarían; mucho menos si nos referimos a los juegos dirigidos para las consolas.

En esta ocasión me tocó toparme con Murasaki Mist: Akara’s Journey, título desarrollado por los estudios mexicanos Hollow Games y Onirik Game Studios quienes intentaron demostrarnos por medio de éste que los juegos hechos en nuestro país pueden ser proyectos grandes, ambiciosos y sumamente importantes. Por desgracia dichas intenciones se quedaron solamente en eso ya que, tras adentrarme en su propuesta, pude percatarme de los motivos que han hecho creer a la gente en esta injusta, pero de cierta forma verdadera, mala fama.

Ahora cuéntame una con demonios, cultura mexicana y anime

¿De qué trata Murasaki Mist? Visto de manera sencilla consiste en un título de acción con elementos de RPG, Hack & Slash y perspectiva isométrica, situado en un mundo en el cual se combinan aspectos de la cultura mexicana con la japonesa y en donde su narrativa busca llevarnos a vivir una historia lúgubre y un tanto desoladora.

La trama del juego nos llevará a conocer un mundo fantástico que, tras un conflicto suscitado hace miles de años, cayó en manos de los demonios y terminó viéndose sumergido en la oscuridad. Dentro de éste tomaremos el control de Akara, una valiente guerrera que, ante la inminente extinción de la raza humana, ha decidido proteger a sus amigos y a lo que resta de nuestra especie de sucumbir ante las garras del mal.

Aunque la historia en sí parecería ser un tanto sencilla y hasta cliché, conforme vayamos progresando iremos descubriendo que cuenta con varios personajes entrañables, secretos y vuelcos que intentan hacer de ésta algo más profundo. No obstante a ello, su estilo narrativo se siente un tanto flojo, forzado, inconsistente y hasta confuso; en varias ocasiones será fácil perderle el hilo a lo que acontece debido a la exposición de sucesos repentinos que el juego da por hecho que los personajes saben (pero nosotros no) o por lo manera incongruente en la cual se muestran los eventos. Acaba siendo compleja no tanto por la temática que aborda, sino por la forma desordenada y poco cohesionada en la que fue estructurada.

Gameplay sencillo, muuuy sencillo

Comparado con su historia, los controles de Murasaki Mist resultan ser de lo más sencillos que hay dentro del género, situación que lo convierte en un proyecto accesible para todo tipo de jugadores. Al ser éste un título de acción con tintes de Hack & Slash y elementos de RPG, tendremos a nuestra disposición un par de comandos simples con los que podremos realizar nuestros ataques y que, de combinarse con las demás movimientos disponibles como lo son la evasión, el lanzamiento de dagas, la magia o los ataques especiales, pueden generar algunos combos sumamente poderosos.

La jugabilidad del título podría ser fácilmente uno de los puntos más fuertes de Musasaki Mist si no hubiese sido por el simple pero notorio detalle de que se siente completamente inacabado. Pese a lo sencillo que es tomar el juego y ponerte a jugarlo, resulta imposible ignorar el hecho de que su gameplay no fue pulido, está repleto de bugs y errores, es impreciso y muy limitado; en prácticamente todo momento, incluso en los que todo lo que aparece en pantalla luce bien,  verás salir a la luz muchos de sus desperfectos. Y si a eso le aumentamos el hecho de lo monótono y repetitivo que puede llegar a convertirse, la experiencia termina volviéndose una de la que creerás haber visto todo lo que ofrece en cuestión de un par de horas.

Presentación llamativa pero muy inconsistente

Las cosas tampoco mejoran mucho en su presentación, rubro que al igual que los otros demuestra tener varias ideas interesantes pero muy mal trabajadas o pobremente implementadas.

Para empezar la ambientación del juego se torna inconsistente dada la combinación de conceptos y estilos que convergen en su de por sí ya perdida historia. La aventura la viviremos en un mundo donde se combinan elementos que hacen alusión a la cultura mexicana o prehispánica con cinemáticas e ilustraciones con un diseño de arte similar al anime. Aunque la idea resulta ser creativa, ésta de poco ayuda cuando los modelos de los personajes que vemos en pantalla durante el gameplay se ven muy genéricos y poco apegados a este genial concepto; vaya, no reflejan fielmente lo que sus desarrolladores intentaron plasmar desde el inicio.

Pero el elenco de personajes no es el único que sufre por este tipo de errores. Los enemigos también terminan sintiéndose genéricos debido a la poca variedad que hay de ellos en los niveles y de los cuales apenas y se diferencian unos de otros, ya sea o por contar con un color diferente al de los demás o por un arma distinta que cambia el patrón de sus ataques. De hecho, cabe mencionar que en muchas ocasiones percibimos que la inteligencia con la que fueron programados algunos de ellos resultó ser demasiado injusta puesto que hubo momentos en los cuales se nos complicó enfrentarlos debido a que éstos sabían cómo trabarnos con sus ataques. Esto último,  sumado con la constante presencia de glitches y bugs de la física, tornaba los combates en algo tedioso y hasta frustrante.

Todo lo anterior empeora más cuando vemos a dichos elementos desenvolverse dentro de escenarios vacíos, con pocos elementos de interacción, caminos mal estructurados y patrones y texturas mal trabajadas. Es más, aunque el título nos ofrece un puntero que nos indica hacia dónde debíamos de ir, en más de una ocasión terminamos perdiéndonos debido a lo incongruente y extenso de las rutas o por la aparición de paredes invisibles que bloqueaban el supuesto camino a seguir.

Los menús de interacción son otro punto afectado por la poca atención con la que fueron trabajados. Por un lado y salvo por la interfaz de equipamiento de Akara que es la que luce más completa, todos se ven vacíos y mal aprovechados, con unos cuantos botones con los que podemos interactuar pero solamente mediante el uso de un puntero que funciona a manera de mouse de PC, mismo que hace de la navegación en ellos en algo muy lento y mucho más complicado de lo que debería ser. Aunado a ello casi todas las opciones, textos  y objetos que se exponen en éstos son tan pequeños que se vuelven complicados de leer, al punto de inclusive rayar en lo ilegible. Quizá esto último no sea tan notorio en la versión de PS3 pero, al menos en la que reseñamos (PS Vita), fue uno de los aspectos con los que más nos dimos de topes, más aún teniendo en consideración lo reducido de la pantalla de la portátil.

Música adecuada y execesivos tiempos de carga

Si hubo algo de lo cual no percibimos tantos errores eso fue su música y diseño sonoro. Aunque éstas no son nada de lo cual te vas a acordar toda tu vida, debemos de admitir que al menos cumplen con su objetivo de ambientar cada uno de los momentos o niveles de manera adecuada. Sí, llegó a haber situaciones en las que sentimos que alguna melodía se salía del contexto (como que transmitían alegría en aparentes momentos de tristeza), pero aún así estos detalles no afectaron de manera tan drástica la experiencia a como lo hicieron otros rubros como el apartado visual o el propio gameplay.

Finalmente no podíamos dejar de hablar de la fastidiosa pantalla de carga presente en el título. Si hay algo que en definitiva puede terminar por dañar terriblemente a un juego, sin importar si se trata de un proyecto triple AAA o indie, eso es el tiempo que le toma a éste poder leer y colocar todo lo que aparecerá en pantalla. Murasaki Mist tiene tiempos de carga muy largos, incluso algunos de casi un minuto, y los ilustra con una pantalla tan fría y vacía donde lo único que podemos ver es la barra de descarga. Obviamente esto termina por romper aún más un ritmo de juego fluido que de por sí ya se ve afectado fuertemente por otros apartados.

Lo intenté, pero no pude enamorarme de Murasaki Mist

Seré sincero, cuando vi Murasaki Mist y supe un poco de su trama y del estilo que tenía, sentí que el juego podría convertirse en una interesante propuesta con la capacidad de demostrar el enorme talento que existe en nuestro país para el desarrollo de videojuegos. Cual ha sido mi sorpresa al darme cuenta de que, en su lugar, lo que obtuve fue un título que da la impresión de que fue hecho a la carrera y que quiso abordar muchos aspectos de un proyecto triple AAA pero que al final no supo aterrizar ninguno.

Un gameplay simple y muy impreciso, una historia sin pies ni cabeza, diseños de personajes genéricos, escenarios vacíos y sin personalidad, enemigos torpes pero con la facultad de trabarte con sus ataques, compañeros con una inteligencia artificial cuestionable, tardadas y tediosas pantallas de carga, y bugs y glitches en cada momento, son parte de esa terrible lista de errores que terminaron opacando un concepto que prometía para mucho más. Quizá si el juego hubiese tenido un poco más de tiempo para su desarrollo la historia podría haber sido un tanto distinta y más positiva. No obstante y considerando lo ambicioso que resultó el proyecto, dudamos que éste pudiese haber sido posible si tomamos en cuenta las limitantes que suelen tener los estudios indie.

Murasaki Mist no es un buen juego por donde se le vea. Por más que intenté tomarle cariño y darle una oportunidad para que me atrapara (más aún teniendo en cuenta su origen mexicano), me resultó imposible encontrar divertido un título que ni siquiera supo aterrizar bien sus simples y sencillas mecánicas de juego.

Es digno de notar que tanto Hollow Games como Onirik Game Studios realizaron un proyecto muy creativo y original que, desde su presentación, denota todas esas buenas ideas e intenciones que tuvieron al momento de crear al juego. Por desgracia, Murasaki Mist acabo volviéndose en un juego que, dado su limitado presupuesto, no pudo terminar por consolidarse de la manera que muchos hubiésemos esperado.

Sabemos que el talento mexicano está ahí y que éste puede ser capaz de crear cosas increíbles si tan sólo se les brinda la oportunidad y recursos necesarios. Sin embargo también debe hacerse hincapié en las limitantes y facultades que deben de tener en mente los desarrolladores al momento de hacer sus proyectos ya que, si optan por querer abarcar más de lo que pueden manejar, pueden terminar por darle al traste a todo su valioso esfuerzo. Murasaki Mist es un buen ejemplo de ello.