En 2016, Paramount Pictures convirtió la historia corta “Story of Your Life” de Ted Chiang en una película de Dennis Villeneuve llamada “Arrival”. La película combinaba alienígenas con lo desconocido, la ciencia y una protagonista femenina fuera de lo común: una experta en lingüística interpretada por Amy Adams. Antes de ello, Alex Garland nos presentaba a Alicia Vikander (la nueva Lara Croft de carne y hueso) en una película que enfrentaba la percepción de lo que es humano en Ex Machina, con un resultado que impresionó a la crítica. En esta nueva película llamada Aniquilación (Annihilation) Garland nos presenta a Lena, una bióloga enviada a una zona misteriosa del mundo de la que (casi) nadie regresa.
Aniquilación es una película arriesgada; no solo llega en un momento donde las películas de superhéroes abarrotan el mercado y son el tipo de cintas que más dinero generan en esa industria, sino que lo hace de una manera sumamente arriesgada. El concepto original de Aniquilación proviene de Jeff VanderMeer, quien escribió una trilogía de novelas soft science con elementos de horror en las que Alex Garland, su director, se ha inspirado vagamente. Quizás este sea el principal problema de la película: el hecho de que su director haya decidido no utilizar muchos de los elementos que le otorgaban solidez a esta trama, la cual es, a nuestros ojos, una película que no tenía ninguna posibilidad de ser comercial, a pesar de contar con el protagónico de Natalie Portman.
Lena (Natalie Portman) es una bióloga que ha estado a la espera del retorno de su esposo durante los últimos 12 meses; ambos fueron elementos del ejército y ahí se conocieron, pero tras una misteriosa misión, ella empieza a asimilar que esto quizás no suceda. Con esta breve introducción, procedemos a ver a Kane (Oscar Isaac, quien vuelve a trabajar con Garland después de Ex Machina) entrar a la habitación de Lena, para luego ser aislados por el gobierno. Cuando ambos se encuentran recluidos por las autoridades, la verdad aparece ante los ojos de Lena: su esposo se encontraba en una misión secreta en el Área X, una zona que ha comenzado a ganar terreno en el sur de los Estados Unidos. Este territorio tiene como peculiaridad que, mientras avanza, todo lo que entra a él nunca vuelve… hasta ahora; sí, Kane es el único que ha vuelto y desean saber cómo y por qué.
Por circunstancias personales, Lena se motiva e insiste en formar parte del nuevo equipo que se internará al Área X en busca de respuestas o al menos un poco de información que les dé una idea de lo que sucede ahí adentro. Nuestra bióloga hará equipo con Anya, una experta en Medicina interpretada por Gina Rodríguez (famosa por su rol en Jane The Virgin) la antropóloga Cass (Tuva Novotny) Josie, física con posdoctorado (Tessa Thompson) y la Dra. Ventress, líder del equipo y especialista en psicología (Jennifer Jason Leigh). Si crees que este se trata de un grupo que busca el empoderamiento femenino, Alex Garland se ha encargado de que sea en lo que menos pienses; todas ellas están enfocadas en su misión y, por más que quieran hacerlo, serán rápidamente atormentadas por lo que yace en el Área X.
El ambiente en general de la película es una especie de fantasía onírica; una vez que se adentran en el territorio misterioso, se encuentran con mucha vegetación, flores y formaciones de las mismas que no son comunes, pero son igualmente impresionantes y llamativas. Aquí lo tenebroso tiene un aspecto natural, pero con ciertas transformaciones que lo convierten rápidamente en una pesadilla que pronto habrán de enfrentar. Realmente es muy interesante la visión que el director tuvo para este lugar etéreo y de lo que simboliza para perturbar a nuestras exploradoras física y mentalmente hablando.
Como te imaginarás, Lena y compañía pronto encuentran un punto de quiebre, ya que la película roza los 110 minutos de duración y asciende rápidamente a ese punto oscuro donde todo comienza a derrumbarse. Aniquilación está dividida en tres actos que Garland presenta de manera directa, con todo y su título según pasan los minutos, pero es en el último que vuelva absolutamente todo lo que habías visto del equipo de exploración; es como si tirara por la borda todos esos hilos que, a nuestros ojos, creíamos que confeccionarían un momento apoteósico de revelación en esta zona mortal.
Para entender mejor este aspecto, te contamos que Paramount Pictures lanzó la película en cines solamente en los Estados Unidos hace un par de semanas, enviándola directamente este 12 de marzo a Netflix. Ahora, ¿por qué hacer esto con una película que contaba no solo con un trasfondo de director, sino un enorme bagaje de su actriz protagonista? Precisamente por esta tercera parte que no habría tenido oportunidad, casi de ningún modo, respecto a otras como Arrival o Blade Runner 2049 que logran entregar historias de ficción, con una dualidad ética y humana que se puede percibir a final del día. Lo que Garland hizo fue lo siguiente: no abandonar su visión caprichosa como director, dejando muchísimos elementos al aire debido a la poca información que la misma película te da. Es decir, no se trata de una trama intrincada en sí, sino de una historia que no te da los elementos para que, como espectador, puedas unir los puntos por ti mismo. ¿Cómo hacerlo cuando la trama es tan vaga y ni siquiera los personajes saben qué es lo que sucedió?
Si bien la trama decae en esta parte, lo que sí se eleva es la parte artística en la película. Como te platicaba, Aniquilación (Annihilation) logra combinar de una forma sensacional la ambigüedad de lo singular de este fenómeno que azota al Área X y del cual nadie había regresado, pero con un sentimiento familiar por tener flores, árboles, bosques, pantanos, lagos y un hermoso cielo azul que adorna a todas las construcciones humanas ya abandonadas. Como peculiaridad, Garland incluyó un tono prismático en el Área X y que lo convierte en ese escenario de ensueño, pero que también aloja a criaturas y situaciones de pesadilla. Nuestras exploradoras enfrentan la verdad de maneras distintas, aunque con muy poco tiempo y que siempre regresan a los recuerdos y flash-forwards de Lena, quien cuenta su historia al gobierno.
Desde que supimos de esta adaptación de Alex Garland con Natalie Portman al frente del elenco, era difícil no emocionarse; tanto el director se ha ganado un lugar por ExMachina como la talentosa Natalie, quien es sinónimo de películas arriesgadas y de mucho potencial. Pero lo cierto es que ambos elementos no funcionan de la manera en que lo esperábamos y no porque la trama sea mala, sino por el capricho de Garland de no darle al espectador las herramientas necesarias para comprender su visión de Aniquilación.
Estamos frente a una película de ciencia ficción que no es “una más”, pero tampoco es que Arrival o Blade Runner 2049 lo sean; ambas logran ese equilibrio en el que, sin darte una respuesta precisa a todos los misterios en pantalla, alcanzan ese punto en que comprendes la visión y propósito del director, sin abandonar ese aire de lo insólito. En esta aventura, Garland se toma tantas libertades que su tercer acto se vuelve en algo prácticamente incomprensible y cuyos personajes se encargan de dejarte muy en claro con sus “no lo sé” una y otra vez.
El hecho de que la película se haya inspirado vagamente en una novela soft science, que a su vez es un subgénero que no se enfoca en dar respuestas muy elaboradas a la ficción que ves en pantalla, sino al aspecto de misterio y que solo te lleva un poquito de la mano en la historia, también ejerce una clara influencia en toda Aniquilación. Tenemos que aclarar que Garland ha declarado que la novela apenas y le sirvió para confeccionar el guion de su obra más reciente.
Aniquilación (Annihilation) es arriesgada y roza tanto en la ambigüedad que, al final, no te culpamos si te deja con una sensación extraña de vacío. La película ya se encuentra disponible a partir de este 12 de marzo en Netflix.