El reciente lanzamiento de Final Fantasy XVI para PC por parte de Square Enix ha sido recibido con decepción debido a los problemas de rendimiento que muchos jugadores han experimentado. Aunque se esperaba que el título se posicionara como uno de los más destacados en la plataforma, la falta de optimización ha llevado a que gran parte de la comunidad de jugadores decida saltarse la experiencia. Este es un golpe considerable para un juego que debía consolidarse como un éxito técnico y visual.
Un análisis reciente revela que más del 90% de los jugadores no pueden ejecutar el juego a 1080p y 60 FPS con una resolución media nativa en sus PC. Para alcanzar estos niveles de rendimiento, se requiere al menos una tarjeta gráfica GeForce RTX 4070, que se encuentra en la gama media alta del mercado, y no está al alcance de todos los jugadores. En comparación, tarjetas más asequibles como la RX 6600 o la RTX 4060 apenas alcanzan los 40 FPS, lo que ha generado frustración en aquellos con equipos más modestos.
Este problema es particularmente grave cuando se compara con otros juegos gráficamente exigentes que no presentan tales dificultades. Un ejemplo es Alan Wake 2, que se lanzó el año pasado y sigue siendo uno de los juegos visualmente más impactantes, pero que funciona de manera mucho más fluida incluso en GPUs de nivel medio bajo. Esto destaca las deficiencias en la optimización, que incluso en la PS5 sufre caídas significativas de FPS, llegando a reducir su resolución a 720p en algunos momentos.
Para Square Enix, que busca ampliar su catálogo de juegos multiplataforma, la optimización será un aspecto crucial para futuros lanzamientos. La capacidad de un juego para correr sin problemas en una amplia variedad de sistemas puede determinar su éxito o fracaso. Si la empresa no ajusta su enfoque en este sentido, corre el riesgo de perder la confianza de su base de jugadores, lo que podría afectar el rendimiento de sus próximos títulos.
Recuerda que ya puedes adquirir el juego en PS5 y PC.
Vía: T4G