Sin importar el tipo de usuario que seamos, nadie puede negar que siempre será deseable contar con una computadora óptima que sea altamente funcional, veloz y eficiente, con la capacidad de soportar nuestro ritmo de trabajo y manejar toda la información y programas que usamos a diario. No obstante, el hecho de contar con sistemas más poderosos siempre conllevará a que requiramos de equipos integrados con componentes más potentes que, a su vez, resultan costosos o aumentan notablemente el precio del hardware.
Lamentablemente, no todos las personas tienen acceso a piezas adicionales con las que puedan mejorar su computadora y, mucho menos, aspirar a adquirir una PC armada con los mejores componentes que haya en el mercado. Por suerte existen varias alternativas que, aunque más simples y económicas, suplen esas fallas o necesidades que busquemos cubrir. Tal es el caso de la memoria Optane de Intel que busca aumentar el desempeño y velocidad de nuestro hardware existente. Pero, ¿cómo es que éste funciona?
Para responder a la duda anterior acudimos a las oficinas de Intel en México para así corroborar la manera en la que Optane impulsa a las computadoras.
Aunque Intel siempre se ha distinguido por ser un fabricante de procesadores, Optane destaca por ser una memoria creada para agilizar el almacenamiento lento que es propio de las unidades de discos duro y de estado solido SATA. Debido a esta aproximación, la tecnología presente en ellas resulta llamativa por el alto rendimiento que ofrece a los sistemas con baja latencia, menor consumo de energía y mayor durabilidad, pero a un costo más accesible los antes mencionados.
La manera en la que opera es relativamente simple. Una vez instalada en el sistema (a partir de equipos con procesadores de séptima u octava generación), ésta agiliza los procesos de nuestro computador como lo son el arranque del sistema operativo o los tiempos de carga de las aplicaciones que usamos recurrentemente, hasta el almacenamiento de datos e información de múltiples tipos (fríos, cálidos o calientes). Sin embargo, lo más destacable de ella es que al ser una memoria no volátil (es decir que no necesita energía para durar ni recurrir directamente al disco duro), ésta va aprendiendo patrones de nuestras acciones y los utiliza para así predecir y agilizar aún más los procesos operativos que hagamos en el futuro.
Visto de otra manera, se trata de un acelerador adaptable de sistemas inteligentes con la capacidad de almacenar más información que es de gran utilidad e importancia para el usuario. De hecho, Optane está diseñada de tal manera que es capaz de guardar igual o hasta más datos de lo que pueden llegar a soportar las propias memorias DRAM, pero con acceso más rápido e inmediato de lo que puede llegar a tener un SSD.
Durante la ponencia se nos presentaron dos de los modelos con los que la línea Optane cuenta actualmente en el mercado que son de 16 y 32 GB, aunque se nos aseguró que pronto habrá una más de 64 GB y hasta una variante más de estado sólido de 240 GB.
Para ilustrar la manera en la que agiliza los procesos y tareas antes mencionadas, apreciamos una comparativa entre dos equipos que contaban con un disco duro de 1TB cada uno pero con memoria DRAM de 4 y 8 GB; no obstante, a la primera se le dotó además con una memoria Optane de 16 GB. A primera vista parecería que el segundo equipo (el de 8 GB) era el que mejor desempeño tendría, pero gracias al empuje brindado por la memoria de Intel, la de 4 GB superó con creces al otro hardware. Para que se de una idea, ésta abrió un programa pesado como Photoshop en apenas unos cinco segundos y realizo un proceso de reinicio del sistema en poco menos de un minuto mientras que a la otra le tomó cinco veces más el tiempo para completar las tareas.
También hicimos una prueba con dos equipos adicionales pero enfocada en el lado del gaming al correr un juego. Para muchos resultaría imposible considerar que una computadora con 4 GB de DRAM sea capaz de correr tan siquiera un juego si la comparamos con otra de 8 GB. Pero de nueva cuenta, la simple adición de la memoria Optane mejoró notablemente el desempeño del equipo que bien podría no haberlo soportado.
He de aclarar que los sistemas de prueba en los que hicimos la prueba con el juego no contaban con los componentes más óptimos y por ello reproducían el juego con un cierta latencia. Pero aún y con eso, el empuje ofrecido por Optane me hizo darme cuenta de su gran potencial y de lo mucho que mejoraría la experiencia si es que lo instalamos en un hardware más potente o que esté enfocado enteramente al gaming.
Actualmente Intel cuenta con dos modelos de Optane en el mercado latinoamericano y mexicano de 16 y 32 GB y con precios que llegan a rondar los $1,500 pesos. Así mismo, también hay modelos SSD de hasta 480 GB aunque son mucho más costosas.
Viéndolo fríamente las memorias podrían parecer un componente ciertamente costoso pero, tras ser testigo de su rendimiento y de la forma en la que mejoran el desempeño de los equipos, no me queda duda que se convertirá en una gran alternativa para quienes estén buscando darle un gran empuje de eficiencia a sus equipos a precios más accesibles. Si éste es tu caso entonces es más que recomendable que consideres a las memorias Optane entre tus planes.