He jugado muchos juegos. De todos ellos hay joyas escondidas que voy a atesorar toda la vida. Son piezas únicas cuyas mecánicas, arte y narrativa, se quedarán en mi memoria. Realms of Ancient War, sin embargo, forma parte de la enorme ola de títulos que, aunque son ligeramente divertidos, no marcan un hito en la historia de los videojuegos.
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