La situación que vive actualmente Bethesda es de lo más extraña. A pesar de lo sobresalientes que han sido los trabajos de sus estudios últimamente, la gran mayoría de ellos no han encontrado buen puerto en la parte comercial. Al parecer, las tendencias actuales tienen a la mayoría del mercado en una especie de letargo que podría ser la principal razón por la que se ha perdido cierta sensibilidad para apreciar grandes juegos. Un ejemplo casi perfecto para ilustrar todo lo anterior es Prey de 2017, título desarrollado por Arkane Studios que pasó sin pena ni gloria con todo y las ambiciosas propuestas que presentaba tanto en narrativa, como a nivel de gameplay. Como sea, quienes sí le dimos una oportunidad, sabemos lo menospreciado que es y de manera completamente sorpresiva, ha recibido un DLC bajo el nombre de Mooncrash, el cual, nos recuerda todos los valores de la obra original y claro, abre de nuevo la herida causada de que algo tan bueno, haya sido consumido por tan poca gente.
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