Crear un título de peleas es mucho más complicado de lo que parece. No a nivel técnico, quizá, pero sí a nivel de diseño de juego. Lo que muchas veces pasa desapercibido por el jugador común es que, entre más personajes haya, más difícil será balancearlo. Aquí radica el secreto entre un título memorable y uno que podemos olvidar: qué tan balanceado está. ¿Hay combos infinitos? Tache. ¿Hay un personaje claramente superior a los demás? Tache. ¿Hay formas fáciles de trabar a tu oponente? Tache. Los desarrolladores deben quebrarse la cabeza con muchísimas variables. Es como una balanza: tal vez muevas aquí, pero eso afectará este otro aspecto. Hace poco, tuvimos la oportunidad de jugar una versión casi terminada de PlayStation All-Stars Battle Royale. Aquí nuestras impresiones.
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