En entrevista con el periódico ruso Izvestiya, Arseny Mironov, auxiliar del ministro de cultura, explicó que varios de los juegos retratan al ejército de manera irreal, además de que dan una idea equivocada y poco apegada a la visión histórica a los jugadores. "Lo que esperamos de los desarrolladores es que reflejen de manera realista y con el máximo de autenticidad histórica los hechos, por supuesto sin dar una visión negativa del soldado ruso. Se trata de que el juego no sólo entretenga, sino que mejore las funciones cognitivas y promueva la educación patriótica".
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