¿Qué tranza barrio de Atomix? Les escribe Rodrigo Martínez, mejor conocido como Rodo el Vikingo del Amor y antes de empezar este texto, me gustaría que dieras click en este video. ¿Listo? Muy bien. Vámonos tendidos como bandidos y sin aceite: como ya habrás notado, ya no formo parte del equipo de Atomix; al menos no de manera formal, mi satánico espíritu siempre estará presente en los videos del canal de YouTube, en algunos textos dentro del sitio y siempre apareceré si soy invocado.
Trabajar en Atomix como productor –sí, ese era el cargo– vaya que ha sido toda una aventura: llegué en mayo 2017 después de pasar varios meses sin trabajo, sin dinero y prácticamente sin esperanza. Era un momento difícil en mi vida que logré superar pensando en cuál era mi objetivo –y seguirá siendo–: que los seguidores de Atomix la pasaran bien, que al entrar al canal de YouTube no sólo se informarán, sino que se rieran y lo más importante, se sintieran representados. De todo corazón espero haberlo logrado. Estos casi dos años han estado llenos de retos que definitivamente me hicieron crecer de manera profesional y me llenaron de anécdotas que me encantaría contarles un día.
Considero que soy muy afortunado de haber podido trabajar en uno de los medios digitales con más tradición en Latinoamérica y de haber podido ser parte del gremio de periodistas de videojuegos en México. Trabajé duro para llegar hasta este punto y espero que mi historia –que les he contado varias veces, pero que si gustan pueden volverme a preguntar– inspire a un nuevo miembro del barrio a salir adelante y cumplir algún sueño, porque sí, se puede.
Me gustaría agradecerle a toda la banda que creyó en mí y que hizo de mi aventura en Atomix una experiencia legendaria: al buen Juanem, por ser el primero en creer en mí; a Clau, por darme la oportunidad; al Dr. Aureliano, por traer la chidez; a Berro, por las amenas charlas; al buen Defa, por compartir su bagaje; al Maicol, por su amabilidad; al Franz, por su apoyo constante; al pinchi Argh, por ser siempre bien fibra; a la señorita Pam, por darle orden al mercado troll –así le llamaba a nuestro cacho en Santa Fe– y por supuesto, a mi carnalazo Densho, una persona que siempre he admirado y que me ha enseñado muchísimo de la vida y la profesión. Neta muchas gracias a todos porque además de toda la experiencia, me llevo algo mucho más valioso: su amistad.
También quiero agradecerle a toda la banda de Atomix –ustedes, los que hacen que este monstruo camine– por su aceptación y apoyo. No tengo palabras para describir lo chingón que se siente leer sus comentarios o toparme con alguno de ustedes en la calle, neta pandilla, muchísimas gracias. Por supuesto que también debo agradecer a los haters, porque vaya que me hacían reír con sus mamadas. Como bien dice aquel sabio proverbio: a toda madre o un desmadre.
Ahora, antes de que te vaya a dar el famoso zipiringüe y empieces a sacar conclusiones, mi muy estimado barrio, quisiera aclarar que mi separación del sitio es una decisión personal. De huevos: se me presentó una nueva oportunidad que implica un gran desafío y que decidí abordar porque la vida está hecha de retos.
¿A dónde vas Rodo? Por ahora no voy a formar parte de otro medio. Me voy a dedicar a otra cosa que no tiene que ver con esta chulada de industria, pero me podrán seguir viendo en el podcast que tengo con Pam y Argh, además de colaboraciones por aquí y por allá –y si hay vida, en el bonito mundo del streaming. Obviamente pueden encontrarme en Twitter e Instagram como Rodo el Vikingo por si tienen inquietudes o cualquier duda sobre películas, series, música, videojuegos, satanismo y cerveza.
Ha sido un honor. Me despido de todos ustedes banda, no sin antes recordarles que “la boca de un hombre feliz está llena de cerveza” y que “todo tiene un final, excepto las salchichas, que tienen dos”. Salud y victoria siempre.
Qué tal amigos de Atomix. Sin lugar a dudas me parte el corazón que alguien del calibre de Ro se haga a un lado de este proyecto. Yo no tengo más que buenos deseos y comentarios por haber trabajado con un verdadero profesional de este medio y más aún, con una sensacional persona a la que considero mi amigo.
Como dice mi querido Ro y antes de que saquen conclusiones alocadas: su separación de Atomix fue una decisión personal y profesional, asunto que respeto y apoyo por más que me duela y que sea una baja sumamente sensible para todos los que aquí trabajamos, pero recordemos que Atomix nunca ha sido una persona. Atomix es mucho más que eso. Nuevas caras llegarán y seguro que con su apoyo, esto seguirá para adelante.
Un abrazo y vamos por todo.
