¿Todos los videojuegos cuentan historias? Uno de los grandes conflictos que tenemos para entender a los videojuegos como arte es que no los vemos como lo que son: un medio narrativo. Siendo consumidores, nuestra ignorancia y falta de entendimiento son dos causas principales por las que la opinión pública no acaba de cambiar, evitando que por fin se dé ese paso definitivo para aceptar y entender el verdadero potencial de los videojuegos. These Robotic Hearts of Mine, aunque es un juego sencillo y corto, explota absolutamente las ventajas exclusivas que pueden tener los videojuegos como medio narrativo. El resultado es sencillamente… exquisito.
Bienvenidos a esta reseña Indie: These Robotic Hearts of Mine – Exquisita Narrativa.
Antes de adentrarnos a These Robotic Hearts es importante considerar el siguiente pequeño prólogo.
Los videojuegos son el medio narrativo más sofisticado inventado por los seres humanos ya que tienen diferentes niveles y formas de narrar. Una historia no se cuenta nada más a través de “textos o imágenes”, y esa es la idea errónea que tenemos mientras jugamos, creemos que si no salen “letras” o un “cutscene”, el producto no tiene una historia. Aunque no lo crean, todos los videojuegos que se han hecho narran una historia (story), o cómo la clasifica Henry Jenkins: enacting stories (historias interpretadas o historias que se interpretan).
Pongamos como ejemplo Pac Man. Uno pensaría que este juego no tiene una historia, ya que en ningún momento se nos dice de qué se trata. Sin embargo, podemos identificar perfectamente todos los elementos de una historia: personajes, tiempo y espacio. Lo único que hace falta es la narración. Esa chispa mágica que hace que el mecanismo se mueva. ¿Dónde está? Nosotros somos el narrador, nosotros somos la narración. En el momento en el que tomamos el control y empezamos a modificar elementos, le estamos dando una acción a los hechos y habrá una consecuencia de eventos.
Los videojuegos son sistemas narrativos incompletos (Eric Zimmerman), que necesitan de nosotros para completarse. Si no tocamos el control no pasa nada. Pero en el momento en el que jugamos empezamos a crear una historia.
Pacman se mueve a la derecha, toma 20 píldoras por el laberinto, gira a la izquierda, gira a la derecha, lo persigue Pink, escapa, ahora lo persigue Cyan, vuelve a escapar, Pacman va a llegar a la cápsula de poder, ¡no!, ¡Red lo alcanzó!… Pacman está muerto.
A diferencia de un libro u otro medio, la historia no está escrita.
Tú tienes la pluma. Tú tienes el control. Tú decides el final de la historia: Game Over o Continue?
Explicado lo anterior, ahora sí, pasemos a una obra magistral: These Robotic Hearts of Mine.
Let me tell you a story
These Robotic Hearts of Mine es un puzzle estructurado por niveles en el que cada vez que resuelvas un acertijo serás recompensado con un fragmento de la historia. Desde que empiezas a jugar estarás resolviendo estos puzzles que consisten en mover engranes de tal manera que todos los corazones que sostienen queden apuntando hacia abajo. La mecánica es sencilla: simplemente tendrás que tocar en la pantalla el engrane que quieras girar para que empieces a rotarlo. Si un espacio se interconecta entre dos piezas metálicas, cuando pase el corazón por esta intersección cambiará de engrane. El autor del juego, Alan Hazelden, tuvo como inspiración para los puzzles el famoso Cubo de Rubick.
La curva de dificultad y aprendizaje tiene un diseño excelente. Además, existen ciertos elementos para que tu experiencia de juego sea lo más amena posible, como por ejemplo, un botón para reiniciar el nivel y otra acción para deshacer un movimiento o regresar a la acción previa.
La historia que se va narrando progresivamente durante el juego trata de un joven y su novia, que un día encuentran en medio del bosque a un robot descompuesto. Este evento cambiará su vida.
One day they found a broken robot in the woods
Para aquellas personas que no tengan cierta sensibilidad, la grandeza de este juego podría pasar desapercibida, ya que los elementos que integran These Robotic Hearts of Mine son precisamente como las partes finas de una maquinaria compleja. Todas tienen que moverse en sincronía. El todo es más que la suma de las partes. Al concluir los 36 niveles la historia queda totalmente revelada. No sólo la hemos leído, sino que la hemos jugado y narrado.
Por un lado la historia de These Robotic Hearts of Mine habla acerca de nuestra condición humana. Nuestros sueños, nuestros miedos. De lo que nos diferencia de las máquinas (sin corazones). La resolución de la historia tiene un tono de horror y tragedia que sin lugar a duda nos impacta, ayudando a generar la catarsis del final. Pero en realidad el último mazazo del juego viene porque lo hemos estado jugando.
No es lo mismo ser simples espectadores de esta historia, leyéndola en un libro o viéndola en la pantalla de una televisión, que haberla modificado con nuestras propias manos. Y es que durante todo el juego nosotros estuvimos haciendo eso. Moviendo engranes, acomodando corazones. Fueron nuestras propias decisiones las que movieron la historia hacia delante. Nosotros fuimos los engranes.
De cierta manera, pudimos haber elegido no terminar la historia y olvidarla. Pero no. Nuestra morbosa curiosidad o el simple deseo de concluir lo que empezamos nos llevó a resolver un puzzle tras otro. Y cuando llegamos al final, posiblemente no encontramos algo que nos agradó, sino todo lo contrario. Y en parte, nos sentiremos culpables.
Uno podría pensar que se hace exactamente lo mismo al dar la vuelta a la página de un libro para avanzar en la historia, la diferencia es que aquí las acciones que estamos realizando en el juego son precisamente los eventos de la historia.
Al ir resolviendo los puzzles nos damos cuenta que a través de simples engranes y corazones, la historia está siendo representada a un nivel más allá de lo gráfico. El impacto visual y emocional que logra Alan Hazelden al abstraer momentos de la historia que se está narrando y plasmarlos efectivamente a través de los puzzles, es brillante. Cuando uno ya conoce la historia completa, se podrían quitar los textos, y simplemente al estar resolviendo los acertijos veríamos que la historia se narra casi en su totalidad.
If only their story could have been so simple
Llega un momento en el que te das cuenta que con cada toque en la pantalla, no estás moviendo corazones, sino que te estás moviendo a ti mismo a la par con los personajes en la historia. Y es justamente en ese último instante, etéreo, al terminar la historia, cuando lúcidamente entiendes el por qué de tus acciones durante los 36 niveles.
These Robotic Hearts of Mine puede ser una experiencia difícil de asimilar. Creo que en parte, por eso Hazelden incluyó la opción de poder “leer” toda la historia sin tener que resolver los puzzles. Una elección en el diseño, que considera a aquellas personas que sencillamente no estarían dispuestas a jugar (play) el juego (game).
Independientemente de la manera en que vivan esta narrativa, These Robotic Hearts of Mine es una excelente recomendación para quienes quieran ver la finura con la que puede desarrollarse un videojuego para contar una historia. El hecho de que está disponible en la App Store y Android Market es un plus, ya que así podrán compartir esta obra y llevarla a donde quieran. De igual manera, se encuentra una versión gratuita para que un mayor número de personas (jugadores) puedan disfrutarla.
Nadie debería perderse esta narrativa… exquisita.
These Robotic Hearts of Mine –App Store– $24 pesos
These Robotic Hearts of Mine –Android Market– $32 pesos
These Robotic Hearts of Mine – newgrounds – Gratis
What were we thinking
From our thrones up above,
To teach creatures of metal
To know loss but not love? –Anonymous