¿Qué sigue después de Halo? Más Halo, obviamente. Sólo que desarrollado por un estudio diferente a Bungie. Éste, por lo tanto, se enfrenta a la problemática de superar con un nuevo proyecto a un universo que por más de una década se ha alimentado de una comunidad creciente, con varios títulos en su haber, y con un futuro bastante prometedor.
“Hazlo en grande o mejor no lo hagas”, fue la premisa de Bungie al desarrollar su nueva franquicia, misma que de manera sutil y con la asesoría de Activision se mantuvo latente por varios años, hasta crecer en un proyecto de dimensiones titánicas. Desde 2009 se encontraron pistas de su existencia, y con gran desconcierto fue aumentando el interés hasta el punto en que no se pudo ignorar más el peso que tenía este parte aguas en la industria, su nombre: Destiny.
Mucho se ha hablado sobre la naturaleza del título. Rumores, suposiciones y conjeturas han rodeado la historia del juego. Unos lo denominan un híbrido entre el género MMO (massive multiplayer online) y el de disparos en primera persona, mientras que otros lo llaman simplemente un Halo con campaña cooperativa. Si algo es certero, es que estamos frente a un videojuego como el que nunca habíamos visto antes, una franquicia que se atreve a proponer nuevas mecánicas y con toda la certeza de que los resultados serán fructíferos.
Destiny es más que una mezcla de géneros, es uno nuevo por sí mismo. Nos encontramos en un momento de la industria de los videojuegos donde las compañías se ven en la necesidad de presentar nuevas mecánicas para refrescar la experiencia de los jugadores. De allí nacen experimentos como Titanfall, Warframe o Plants vs. Zombies: Garden Warfare, que combinan elementos de varios géneros y proponen sus modalidades de juego únicas.
No obstante, Destiny se siente diferente. Con una gran carga creativa, el juego definitivamente no se trata de un híbrido de géneros, sino que acuña su propia identidad como un “shared world shooter”: Un juego de disparos en un mundo compartido. A diferencia del MMO tradicional, donde compartimos un universo hospedado en un determinado servidor, en Destiny el juego nos empareja con personas de nuestro nivel en tiempo real. Así, al momento de entrar a cualquiera de los niveles, nos encontraremos a un determinado número de jugadores experimentando misiones similares a las nuestras.
Se trata de un juego de disparos en primera persona que toma los mejores elementos del género MMORPG. Por ello, en términos cristianos, podríamos decir que Destiny toma la naturaleza de un juego de acción con toques de rol y lo explota a niveles insospechados.
Nos encontraremos en un universo vivo, un mundo persistente que sigue existiendo aún después de que los jugadores salen de él. Los eventos que ocurran dentro del juego no serán controlados por los desarrolladores, sino que evolucionarán por sí solos y cada vez que entremos a los servidores nos encontraremos con una experiencia ligeramente diferente. Por ello, es indispensable contar con una conexión a internet permanente, ya que aunque no necesariamente interactuemos con otros jugadores en modos competitivos o cooperativos, sí presenciaremos el crecimiento constante de la comunidad y cómo las acciones colectivas de los jugadores modifican los mundos que visitamos.
Después de años de experiencia creando universos totalmente inéditos y creíbles, Bungie se dio a la tarea de desarrollar un nuevo concepto de ciencia ficción mítica. Con ello, apuntan a seguir lanzando contenido por lo menos diez años en un contrato con Activision. Lo que presenciaremos, una vez que iniciemos el juego, será un cosmos donde lo orgánico y lo mecánico se unen para dar vida a una serie de criaturas nunca antes vistas.
Nuestra aventura comenzará 700 años después de la Golden Age, una era de progreso y colonización de otros planetas gracias a la guía de The Traveller, una entidad de naturaleza desconocida que cuida y protege a todas las razas. Esta edad fructífera fue detenida abruptamente por The Collapse, un suceso catastrófico que terminó con la civilización como la conocíamos. Así, las colonias fueron arrasadas por la oscuridad y el universo como lo conocíamos dejó de existir. No todo está perdido, pues The Traveller logró sobrevivir y proteger al último bastión de la humanidad: The Tower, la última ciudad en la Tierra.
Encarnaremos a un Guardian, mismo que tendrá un don misterioso denominado “The Light”. Gracias a este poder, nos acompañará un dron al que llamaremos “Ghost”. Así, nuestra misión será proteger la última esperanza de civilización y salir a otros mundos a para hallar una manera de revivir a The Traveller. No obstante, nos encontraremos con que los planetas, antes fructíferos y prósperos, ahora están plagados de razas alienígenas que buscan acabar con la vida en la Tierra. Entonces, la carga en nuestros hombros no sólo será encontrar una manera de revivir a nuestra deidad, sino también defender a nuestros compatriotas de amenazas crecientes.
Contrario a lo visto en Halo, aquí creceremos y veremos evolucionar a nuestro personaje, en una experiencia no sólo individual o competitiva, sino cooperativa, empujándonos a trabajar en equipo.
Tendremos tres razas a elegir: Humans, Awoken, diseñados a partir de fantasmas, vampiros, elfos y ángeles, y Exo, quienes toman elementos de personajes como Master Chief en una fusión de lo orgánico con lo robótico. El sistema de creación de personajes es bastante extenso, y las razas lucen bastante diferentes para adecuarse a la personalidad de cada jugador.
Por otro lado, podremos escoger tres clases: Titan, Hunter y Warlock. Estas especialidades representan lo que comúnmente conocemos como guerrero, cazador y mago. La influencia y el legado de los MMORPG se dejan ver en el sistema de personalización. Pues tanto las razas como las clases están inspiradas en figuras simbólicas de la ciencia ficción de obras como Star Wars, The Matrix, Terminator y The Lord of the Rings.
Aparte de diferenciar nuestro estilo de juego gracias a las clases, contaremos con un árbol de habilidades que nos permitirá elevar nuestro grado de especialización en cierto tipo de combate. Tendremos la oportunidad de convertirnos en verdaderos tanques de guerra y adentrarnos de lleno en el campo de batalla; también podremos tomar distancia y atacar de lejos gracias a ataques dirigidos; por otro lado, podremos especializarnos en el control de multitudes y lanzar devastadores ataques en área, todo gracias a las armas y habilidades que desbloqueemos y subamos de nivel.
El sistema de progresión es sencillo: elimina a un enemigo y gana puntos de experiencia. Ésta también podrá ser obtenida gracias a la compleción de misiones. Nuestro equipo también subirá de nivel con nosotros y podremos personalizarlo para intensificar sus atributos.
Veremos cuatro razas alienígenas a lo largo de nuestra aventura, cada una más hostil que la anterior. The Fallen, The Hive, The Vex y The Cabal serán nuestros eternos enemigos en cada una de las misiones, y contarán con distintos patrones de ataque, y con una inteligencia artificial que dejará boquiabierto a más de uno. Es importante resaltar el magnífico trabajo de Bungie para traer a los enemigos clásicos de los juegos de rol y darles una apariencia que encaja perfectamente en un mundo de ciencia ficción. Nos enfrentaremos a los clásicos Goblins, Minotaurs, Harpys, Hydras y Ogres, sólo que cubiertos de armaduras metálicas y con armas de plasma que nos darán batalla en toda ocasión.
El trabajo con la inteligencia artificial es increíble. Así como nosotros podremos trabajar en grupo para diseñar estrategias de ataque, también lo harán los enemigos. Atacar oponentes que se acercan en hordas hasta dejar sólo unos pocos cambiará su patrón de ataque, los restantes huirán y traerán refuerzos. Al enfrentarnos a jefes al final de un nivel, ayudantes saldrán a distraernos y atraernos a lugares donde seamos más vulnerables. Cada planeta será diferente, y el gameplay dejará de ser repetitivo con cada fase que superemos.
Nuestro objetivo: convertirnos en leyenda, recuperar la tierra perdida. Si fallamos, la luz de la última civilización se apagará. Así comenzaremos nuestra aventura en un mundo vivo.
Más allá de la campaña principal, que podrá ser completada en aproximadamente 20 horas, existen modos de juego que complementarán de manera natural al gameplay. Al superar ciertas misiones de cada planeta, podremos desbloquear el acceso al siguiente astro y así enfrentarnos a nuevos objetivos. La historia será en cada ocasión más intrincada y emocionante, empujándonos a querer saber más y racionando las escenas cinemáticas en un ritmo perfecto más rápido que en MMO convencionales.
Podremos acceder al modo cooperativo para compartir nuestra aventura en la historia con otros dos amigos, o simplemente al realizar misiones de patrulla o de caza en cada planeta para obtener Vanguard Marks. Ir recolectando esta especie de moneda nos dará acceso a armas y equipo legendario exclusivo de nuestra clase, para así convertirnos en el Guardian perfecto.
Por otro lado, tendremos el modo competitivo donde equipos de seis contra seis podrán enfrentarse en modos de juego clásicos del género de disparos, como el combate a muerte o la posesión de territorios. No sólo subiremos de nivel de manera paralela a nuestra campaña principal, sino que también obtendremos Crucible Marks, otro tipo de moneda que nos dará acceso a armas y equipo especial para el juego competitivo.
En la segunda década del siglo XXI, es imposible mantenerse necio ante la evolución de los medios de entretenimiento. Destiny abraza nuevos modelos que nos invitan a visitar el juego todos los días para participar en misiones diarias. Las tiendas cambiarán su inventario cada 24 horas, así que cada vez que entremos tendremos la oportunidad de comprar equipo diferente. Cada semana podremos obtener un cierto límite de Vanguard y Crucible Marks, para evitar que algunos jugadores más entregados avancen de maneras insanas, y para darle cierto balance al progreso de la comunidad en general. Gracias a la asesoría y el conocimiento de la industria de Activision Blizzard, Bungie logró crear un ecosistema que evoluciona de manera continua, y que le da al jugador la sensación de pertenecer a un ambiente controlado donde el progreso no se disparará de maneras injustas.
Destiny sin duda representa un antes y un después en la industria, con propuestas nunca antes vistas que combinan géneros y proponen una nueva mirada a la ciencia ficción. En cuestiones de gameplay no están exentos de errores, pues existen detalles como la incapacidad de saltar las escenas cinemáticas, la falta de interacción con personajes no jugables, o el balance de dificultad en algunas misiones. No hay duda en que todas estas barreras serán resueltas conforme el juego vaya creciendo, por lo pronto, nos vemos en la torre.
NOTA: Esta reseña representa un análisis del modo campaña, con los elementos multijugador tanto cooperativo y competitivo disponibles. La experiencia definitiva del juego se abre hasta muy avanzado el juego, con el “endgame” desbloqueado, con el cual podremos acceder a nuevas misiones cooperativas, y obtener armas legendarias en una comunidad creciente que se irá expandiendo con los años.