Entre el año 2004 y 2005 llegó a mi casa Animal Crossing.
Era la versión de GameCube, le pertenecía a mi hermano (Eddy) y, con cierto arrepentimiento, debo admitir que yo nunca lo jugué. Sin embargo, sí vi a Eddy gastar innumerables horas de su vida en en esas micro actividades que el juego le proponía y pasarla muy bien inmerso en aquella villita virtual. Nunca tuve la inquietud de preguntar por qué le gustaba, ni la de intentar experimentarlo por mi cuenta. El verlo disfrutarlo me era suficiente y tan significativo que, al día de hoy, no puedo dejar de asociar las palabras Animal Crossing con su presencia y el recuerdo de una época más simple y muy féliz.
En Atomix nos hypeamos por Animal Crossing: New Leaf desde su anuncio, todo mundo tenía sus expectativas y sus experiencias previas; éstas podían diferir entre unos y otros pero de lo que todos estaban seguros es que cuando llegara se iba a convertir en un pequeño (entre nosotros) gran (pero de calidad) fenómeno social. Incluso nos condicionabamos a que así fuera, “pero todos le van a entrar eh” decían amenazantes más de uno pero podías ver en sus ojos un temor real. No el miedo a lo desconocido ni a lo peligroso, no el que sientes cuando algo no está bien; no, ese otro de hacer algo y no tener con quien compartirlo.
Este título es algo que no jugaría debido a su estilo, de no ser por compartirlo entre un grupo de grandes amigos.
– Artemio Urbina.
El título finamente llegó y tengo la difícil tárea de reseñarlo, afortunadamente, no estoy sólo. Tal como nos prometimos muchos miembros del staff, y buenos amigos, estamos jugándolo y compartiendo nuestras experiencias. Para los que no conocen Animal Crossing acá de qué va:
En AC:NL (como en todos los juegos previos de la serie) controlas a un personaje de características humanas al cual pones nombre y asignas género –más tarde podrás personalizar su apariencia– un avatar recién llegado a un pueblo habitado por animales (antropomórfos) que le dan vida al lugar, pero necesitan tu toque para tener un alma, una identidad.
Los animales –y el pueblo– tienen personalidades únicas, muy bien definidas, pero aún permeables por tus acciones y esa es la máxima cualidad del juego. AC te permite hacer un sinfín de pequeñas actividades triviales que pueden ser tan rutinarias como la vida misma, pero como ésta, tienen un impacto a donde quiera que voltees.
Las actividades, y mecánicas básicas del juego, son las mismas que han estado en la saga desde el principio. Puedes cavar hoyos, pescar, cazar bichos e interactuar con otros personajes mediante diálogos directos, correo, y compra/venta y donación de objetos. New Leaf incluye la capacidad de bucear y un nuevo territorio (una isla) enfocado a maximizar el tiempo de juego individual o en compañía de otros jugadores, preferentemente en compañía de otros jugadores. El multijugador, o al menos la capacidad de interactuar con otras personas como tú, no es algo nuevo, pero la conectividad wi-fi del 3DS lo vuelve más accesible que nunca y dota al título de una verdadera experiencia social que ya quisieran muchos de los autodenominados social games.
Pareciera que generalicé y enumeré todas las cosas que puedes hacer en AC:NL muy a la ligera, pero es que en términos de cómo funciona el juego todo lo anterior se reduce a visitar el pueblo cuando tú quieras, hacer lo que tú quieras, como tú quieras, con quien tú quieras y sin más objetivo que el que tú mismo persigas. Repite lo anterior por toda la eternidad y – probablemente estés pensando que– llegará el punto en que morirás de aburrimiento. Bien, con seguridad morirás, no eres eterno; pero la maestría y magia de Nintendo se hacen presentes para garantizar que no sea de aburrimiento. La aparente e intencional ingenuidad que caracteriza a los juegos de la compañía japonesa son su malvada genialidad al mismo tiempo.
There’s a wonderfully endearing pointlessness to much of it. – The Telegraph
Todo lo que haces sirve para generar dinero (“bells” según el tipo de moneda del juego, y “bayas” según la localización al español), esa es la sabia y fría enseñanza de AC:NL y tiene más de una manera de ponerla en práctica. Las deudas están a la orden del día, entre más tienes más gastas, cada nuevo proyecto que emprendes requiere de una inversión más difícil de solventar; y de nuevo todo tiene una presentación tan amigable que es imposible resistirse.
Me cansé de esperar a que los vecinos donaran ALGO de dinero, un monto que supere mis expectativas, algo que refleje su actitud hacia mí, son demasiados buenos para criticar y pedir obras nuevas, ¡ya les di tres puentes de concreto y no son para aportar algo a la causa!
-PunisherIV
Otra de las diferencias de New Leaf con respecto a sus predecesores es que esta vez ya no eres sólo un vecino más del pueblo con buenas intenciones y gran voluntad. Ahora eres el alcalde, ahora (más que nunca) el bienestar y crecimiento del lugar son directamente tu responsabilidad. Con esto Animal Crossing te ata aún más a su perpetuo sistema de intercambios y complacencias.
AC:NL es un mundo nuevo de posibilidades cada que abres tu Nintendo 3DS; parece una exageración decirlo pero de alguna manera lo es. El reloj interno y que la vida del pueblo siga a su paso estés o no en él, el cambio de estaciones y con ellas las especies de bichos, peces y vegetación, los excéntricos comerciantes que van apareciendo cundo menos te lo esperas con nuevos productos, servicios o maneras de embaucarte, los altos y bajos de los precios de los nabos, y como eje central lo que tú hayas decidido hacer de tu estancia en el juego; sea un proyecto de vida o un entretenimiento fugaz. Todo se conjunta en una de las mejores experiencias de simulación que el medio nos haya dado porque no restringe qué es lo que intenta simular, ni se vale de imágenes realistas para convencer de que lo hace bien.
Todos los habitantes de tu villa son únicos, no importa si tú y tus amigos tienen al mismo chango fisicoculturista porque al cabo de un tiempo su personalidad habrá cambiado según la interacción que cada quien tenga con él. Nintendo nos recuerda que no hacen falta intrincados árboles de decisiones y diálogos; sólo con poner atención en pequeños detalles puedes construir largas y muy placenteras relaciones con tus animalitos. ¿No te gusta algún vecino? quéjate de él en la alcaldía y quizá un día se mude a otro pueblo, pero no sé cómo dormirás por las noches con esa carga en la conciencia.
hey little apple blossom
what seems to be the problem
all the ones you tell your troubles to
they don’t really care for you
come and sit with me and talk awhile
let me see your pretty little smile
put your troubles in a little pile
and i will sort them out for you
i’ll fall in love with you
i think i’ll marry you
– “Apple Blossom”, The White Stripes
En mi pueblo hay un patito de nombre Draco, hace unos días fue su cumpleaños y le mandé un par de cartas con un set de muebles, y varios cambios de ropa. Que me agradeciera ir a su fiesta de cumpleaños y verlo vestir la chaqueta militar que le dí me puso una gran sonrisa en el rostro, el muy cínico todavía posa con su nueva prenda y me pregunta qué tal se ve. Otro día me lo encontré algo triste a la orilla el río intentando pescar un especímen en especial, aprovechando la confianza que ya me tiene me pidió le ayudará pues “acá entre nos”, el tiene alas, la falta de manos con dedos le dificulta algunas tareas. Un día de lluvia que abrí mi 3DS y también llovía en el juego, en la pantalla de inicio del juego deambulaba Draco con su chaqueta militar y una sombrilla que le hacían ver más adorable que de costumbre. Me estoy enamorando genuinamente de ese méndigo pato, ¡me casaría con él!
Antes de armar esta publicación le pedí a mis amigos de Atomix cada uno me brindará un párrafo donde resumieran hasta ahora su experiencia con el juego; todos me brindaron valiosas (y más extensas de lo que esperaba) piezas de las cuales ustedes ya encontarron fragmentos entre esta reseña. Incluir todos sus textos rompería el ritmo de lo hasta ahora presentado pero por supuesto no tiraré su esfuerzo a la basura. Encontrarán esas opiniones intactas en otro artículo por separado, pero los dejo con lo siguiente:
Los ambientes juegan de una manera magistral con nuestra cultura y experiencias previas, tomando sólo los detalles necesarios que nos transporten a otro lugar a la hora de escuchar las olas o al encallar una lancha. Esto permite crear lazos con el lugar y la gente, por las personalidades que nacen del detalle creado cuidadosamente.
– Artemio
Animal Crossing: New Leaf nos transporta a un mundo donde podemos ser niños de nuevo y descubrir cada rincón de la vida con ese asombro infantil.
– Yoshi
Animal crossing tiene que ser el viaje al interior de cada uno de nosotros, los colores y diseños que he elegido para mi casa reflejan quizas un espacio en que me gustaría vivir en la vida real. Pero nada de esto sería trascendente si no pudiera de vez en cuando recorrer como quien visita un país lejano, los acomodos y arreglos que los demás han hecho para hacer que este mundito miniatura sea una experiencia personal que se puede compartir.
– Mastretta
Animal Crossing no es un juego, es un lugar a donde ir.
– Asher
Lo primero que yo hice al recibir el título fue tomarle una foto y enviarla a Eddy. Su respuesta fue un “ T.T “. Él no ha jugado este Animal Crossing así que le pedí que escribiera su mismo párrafo de experiencia personal basado únicamente en el que el jugó, el original de GameCube, lo que me envió sirvió de estructura para esta reseña y fue lo siguiente:
Desde completar las sencillas tareas como auxiliar de tienda para pagar mi nueva casa, hasta volverme un coleccionista especializado y donador al museo de peces e insectos; desde escribir una carta de agradecimiento con mi reducido inglés a un amigo de la villa por un buen regalo, hasta elaborar un maligno laberinto de agujeros en la tierra en el que atrapaba a vecinos incautos; desde buscar todos los días algo nuevo en Nook’s para completar los catálogos hasta cazar sistemáticamente a los vendedores ambulantes de artículos exóticos. Animal Crossing era una joya llena de divertidos quehaceres cotidianos que me permitían sumergirme a un mundo libre de estrés y pacífico, en el cual cada acción que realizaba imprimía una modificación en el rumbo que tomaba el mismo. Ahora, como adulto inmerso en –y arrastrado por– un sistema socioeconómico que no para jamás y no permite alteraciones, añoro el escape a ese mundito altamente personalizable, MI mundito.
– Eddy Del Carmen
Con todo lo que he jugado Animal Crossing: New Leaf por mi cuenta y en compañía de Atomix, lo que más quiero es volver a casa y llevarle este juego a mi hermano, quiero que lo disfrute de nuevo, que regrese a ese añorado lugar como yo estoy volviendo a aquel escenario familiar cada que el 3DS se abre.
En el 2013 volví a casa con Animal Crossing.
