3DS
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Nintendo
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25/09/2015
Quizá la experiencia que la mayoría recuerda de Animal Crossing es New Leaf que se convirtió en uno de los juegos más vendidos y de los indispensables del Nintendo 3DS en un año en el que la consola apenas comenzaba su ascenso al robustecer su catálogo con las mejores exclusivas para consolas portátiles. Lo más importante de todo fue que Animal Crossing New Leaf sorprendió a los usuarios con su promesa cumplida: ofrecernos algo nuevo cada día.
Así, New Leaf nos acompañó con cosas completamente nuevas al menos por un año completo en el que disfrutamos de sus eventos de temporada, celebraciones dentro del juego y un montón de detalles que nos hacían pensar que nuestros pueblos realmente tenían vida propia.
Hoy recibimos Animal Crossing: Happy Home Designer, un spin-off de la serie que va en una dirección muy distinta a lo que vimos en New Leaf porque ya no tienes que asumir una vida dentro del juego sino más bien tienes un empleo dentro de la Inmobiliaria de Tom Nook quedando a cargo de la construcción y decoración de las casas de todos los habitantes del pueblo.
Visto sobre el papel podría resultar poco llamativo el concepto y realmente podría serlo para una gran cantidad de personas, pero tampoco podemos descalificar un juego que tiene mucho contenido por ofrecer, decisiones acertadas en su diseño y sobre todo un concepto muy extraño que curiosamente funciona bien.
No es que digamos que Happy Home Designer esté libre de errores que también señalaremos en esta reseña, pero definitivamente lleva en sí gran parte de la magia de esta encantadora franquicia de Nintendo que ahora sacará el lado más creativo de los que se atrevan a probarlo.
Me cuesta trabajo poder definir a Happy Home Designer como un videojuego pues es más bien como una aplicación en la que en lugar de perseguir superar puntuaciones, vencer retos o seguir una campaña, el objetivo es simplemente entrar a hacer uso de sus herramientas para dar rienda suelta a tus capacidades creativas para obtener diseños con los que tú mismo te sientas a gusto. Con lo anterior no digo que no haya un orden o secuencia de gameplay que le de coherencia a un producto que te sigue haciendo sentir en esa vida pueblerina de Animal Crossing, simplemente sus alcances no son tan profundos como los de un juego completo de la serie al tomar sólo un área de la franquicia para explotarla al máximo.
Vamos pues a explorar qué es lo que tiene Animal Crossing Happy Home Designer para nosotros, a qué público está dirigido y nuestro veredicto al respecto.
Sin importar las etiquetas de género, a casi todos en algún momento de la infancia nos fue llamativo jugar a “la casita”, fuera que hicieras tus propias construcciones con bloques, acomodaras tus imaginarios muebles bajo una sábana y dos sillas o que tuvieras un set de juego donde tuvieras la oportunidad de acomodar muebles y otros elementos a tu manera; yo recuerdo mucho jugar con un mini-súper de juguete acomodando mercancías y cobrándolas con una caja registradora miniatura. A lo que voy con todo lo anterior es que el hecho de jugar “a la casita” o a acomodar cosas es algo tan común entre los juegos de niños que el tener un título dedicado a construir y decorar casas no suena tan descabellado después de todo.
En el momento en que tuve en mis manos Happy Home Designer lo sentí como recibir una caja de juguetes en la que gracias al 3D de la consola portátil de Nintendo tenía realmente esas pequeñas casitas de juguete dentro de la pantalla.
Este nuevo spin-off de la serie se nos presenta con una apariencia prácticamente idéntica en su apartado visual a Animal Crossing: New Leaf.
Al llegar a tu pueblo ya no eres el alcalde sino un empleado del ricachón Tom Nook quien deja su inmobiliaria en manos de sus empleados mientras se va a jugar golf.
Lo primero que haces al tomar tu nuevo empleo es crear a tu aldeano o aldeana completamente a tu manera con una buena cantidad de ojos, tonos de piel y peinados, algo que por primera vez vemos en la serie; después de tomar tu uniforme estás listo para recibir una clase básica de creación de una casa.
La forma de decorar una casa se parece a lo que vimos en New Leaf en cuanto a la distribución de los elementos dentro de un cuarto, la diferencia básica es que ahora las interacciones son mediante la pantalla táctil para una mayor comodidad contando con una cuadrícula guía y varios comandos útiles como el hecho de duplicar objetos o personalizarlos desde el mismo menú.
Lo que sucede con Animal Crossing: Happy Home Designer fue algo muy similar a lo que Nintendo hizo con Super Mario Maker en el sentido de que las primeras horas se puede sentir muy monótono el juego al tener herramientas de diseño muy limitadas que se van expandiendo a cuentagotas. Es mediante el progreso que el juego te va soltando mayores posibilidades mediante lecciones que aprendes pagando monedas de 3DS –de las que ganas al caminar con la consola encendida– que se desbloquean una cada uno de los días del juego, por lo que les recomendamos que sean pacientes y no descalifiquen al juego por lo primero que vean en él al utilizarlo los primeros minutos que pueden sentirse pesados.
Tomando en cuenta lo anterior, conforme avances en el juego descubrirás que la herramienta de creación de casas de Happy Home Designer supera ampliamente lo que vimos en New Leaf porque así lo exige un juego cuyo único objetivo es crearlas. Además de la posibilidad de poder insertar diseños personalizados tenemos la oportunidad de colocar tapetes sobre el piso, una mayor cantidad de objetos en las paredes, modificar puertas y ventanas e incluso poder colocar por primera vez en el juego objetos colgados del techo. Tus avances también te harán dejar el interior eventualmente, pues llegará un punto en el que tengas también que elegir el terreno de la casa que vayas a construir y te encargues también de diseñar los exteriores o incluso seleccionar planos de distribución dentro de las casas que pueden tener varias habitaciones o expansiones significativas.
Una vez más les reitero que es cuestión de paciencia el poder obtener todas las herramientas que el juego tiene por ofrecernos y aunque no hay un objetivo, meta o historia como tal por contar, quizá una de las motivaciones iniciales del juego puede ser desbloquear todas sus herramientas mediante el avance de los días del juego.
A diferencia de New Leaf que tomaba el reloj de la consola para mostrarnos exactamente el tiempo real dentro del juego, Happy Home Designer tiene un sistema en el que un día es la construcción de la casa. Llegas al trabajo, tomas una nueva lección con tus monedas del juego, buscas animales para hacer casas en la plaza o con tus cartas Amiibo y llegas de trabajar guardando la partida para pasar a un nuevo día; esa es básicamente la rutina que se sigue dentro del juego tradicionalmente.
Todas las casas que construyas deben cumplir con ciertos requisitos según los gustos de su propietario que te ofrecerá un tema como idea para crear, de esta manera tenemos quien prefiere muebles futuristas, otros que aman las plantas, otros los juegos de mesa, otros los diseños de lunares, otros un color específico entre muchísimas otras opciones que te ofrecen una gran cantidad de temas por tratar que equivalen a decenas de horas de juego. Cuando has terminado una casa no todo está decidido, puedes volver cuantas veces quieras a modificar, renovar o reconstruir cada una de ellas cuando desbloqueas nuevos objetos o herramientas y se te ocurre algo bueno para alguno de tus proyectos.
Al respecto de las mecánicas básicas de juego que describimos en este apartado podemos concluir que agradecemos bastante la expansión de herramientas de creación de casas a su interior y exterior pues hacen que el juego cumpla su cometido de poner en las manos de los usuarios un completo editor de estos adorables espacios en los que quizá los más creativos invertirán una buena cantidad de horas. No les voy a describir todo para que ustedes mismos se lleven una grata sorpresa al jugarlo.
Uno de los elementos más mágicos de New Leaf fue lo impredecible y aleatorio del juego sin perder la línea de su excelente diseño que le ha hecho ganar un buen nombre a la serie Animal Crossing.
En el caso de Happy Home Designer quizá los animales no se sienten “tan vivos” como en New Leaf al no haber mucha convivencia con ellos, no obstante la estructura general del juego tiene ese toque impredecible que hace que la experiencia de jugarlo al lado de alguien más sea algo sumamente agradable.
Cuando jugué originalmente New Leaf lo hice a la par de mi madre y varios amigos, lo que me permitió vivir la experiencia social de platicar que a cada quien le habían tocado experiencias únicas dentro del juego. Ahora con Happy Home Designer pasa algo similar porque a cada quien le tocan animales distintos para comenzar y tienes que ir decidiendo a qué animales le vas trabajando conforme avanzas en el título, experiencia que será completamente distinta a la de cualquier otra persona.
Si le sumamos a todo lo anterior que prácticamente ninguna casa es igual dentro del juego tienes una experiencia completamente personal que te da mucho de qué hablar con alguien más que lo esté disfrutando.
Notamos de esta manera que una ventaja del diseño del juego es que no se repitan patrones en su estructura general, algo que sigue siendo muy especial de Animal Crossing.
Diseñar casas es divertido pero quizá lo mejor del juego llega en el momento en que la simpática Canela hace su aparición para pedirnos que nos hagamos cargo de la decoración y el diseño de proyectos municipales, edificios públicos en los que quizá podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación de diferente manera.
Diseñar una escuela, una tienda, un hospital con varias áreas o un restaurante serán algunas de las tareas más divertidas que tendremos en el juego y, aunque las mecánicas son exactamente iguales que las que se usan al diseñar una casa, el pensar en espacios de diferente uso al habitacional nos deja un sentimiento muy diferente que se agradece bastante.
¿Cómo sabe el juego que en realidad estás construyendo el espacio que se te indica? Colocando algunos objetivos básicos que debes cumplir para el área que estés construyendo, que aunque son muy flexibles para que el usuario use su creatividad, provoca que haya requisitos mínimos para cada espacio específico.
Para mí hacer una tiendita y un hospital ya hizo que se pagara cada centavo que invertí en el juego, y quizá es un gusto muy personal pero les aseguro que sentí lo que hace mucho no vivía con muchos videojuegos al ser una experiencia tan distinta el simplemente relajarme y disfrutar el hecho de estar acomodando cosas y pensando cómo aprovechar mejor las limitantes de un espacio.
Hasta aquí todo va bien pero ¿realmente qué motivación tiene el usuario para seguir jugando? Fuera del gusto de tener tus casas y presumirlas a tus amigos o al mundo a través de internet, el juego falla en que realmente hay pocos incentivos reales a la hora de jugar fuera de la diversión misma del título.
Los animales realmente no se enojan con el trabajo que hayas hecho por muy malo que sea mientras respetes uno que otro elemento obligatorio y por el contrario siempre te felicitan como el maestro de la decoración. Lo anterior es un arma de dos filos pues aunque a favor tiene el hecho de que permite que el usuario de rienda a su imaginación pero también provoca que como videojuego no funcione muy bien gracias a que siempre ganas independientemente de lo que hagas.
En New Leaf tampoco había objetivos muy marcados pero el hecho de tener un sistema de economía en el juego, un calendario específico de actividades y el complejo sistema de relaciones entre personajes provocaba que el videojuego gozara de la profundidad necesaria para tener atada a la gente. En Happy Home Designer nos hubiera gustado que existieran retos donde el juego te castigara o un sistema de economía que te limitara a la hora de construir –al menos en alguno de sus modos de juego– para que el título tuviera más solidez como videojuego.
Todo lo anterior es lo que aleja a Happy Home Designer de la perfección que tuvo New Leaf, el hecho de que no sea el mismo software el que califique las acciones del usuario y lo recompense para estar atado al juego, por lo que se queda en una experiencia que seguro amarán los que sepan perfectamente las ambiciones y alcances del juego, pero también decepcionará a quienes esperen un videojuego profundo con retos por alcanzar.
Quizá por todo esto es por lo que les decía al principio de esta reseña que más que un juego Happy Home Designer es como una aplicación muy completa, un juguete más que ser un videojuego, pues es el usuario y sus amigos quienes le dan vida, no tanto el software como tal que es tan abierto y libre que carece de profundidad.
Cada uno de los animales te desbloquea objetos para tu catálogo relacionados con el tema que te piden seguir en la construcción de su casa; de la misma manera cada una de las lecciones que pagas con monedas 3DS también te proveen de paquetes de objetos y herramientas.
El juego tiene un fin difícil de alcanzar en pocas horas al haber cientos de objetos por descubrir, lo que se suma a que puedes regresar a remodelar casas a tu antojo para extender muchísimo las horas de juego posibles.
Si carece de motivación dentro del juego ¿qué hay de motivación fuera del mismo? Con tus avances desbloquearás una computadora de la Academia de Artes Decorativas que te servirá para compartir con el mundo cada una de las casas y edificios que diseñes vía internet.
Al igual que la mayoría de las interfaces de Nintendo en línea la de Happy Home Designer no es muy funcional. Aunque existen partes del menú que te permiten filtrar las casas y edificios más populares así como el tipo específico de casas que puedes buscar, sigue siendo incómodo encontrar lo que exactamente estés buscando entre la maraña de menús diseñados para que los pequeños no se vean perturbados por contenidos inapropiados.
Para compartir tus creaciones tienes que publicarlas en internet y anotar un largo código numérico o una captura de pantalla que incluye un código QR que podrás escanear.
Eventualmente se organizan concursos mundiales con un tema específico, puedes crear una casa para participar en alguno de ellos y ya cuando se ha subido se somete a la votación de los mismos usuarios que califican en una escala de cuatro puntos en cuatro diferentes categorías –Encanto, Apariencia, Originalidad, Viviría aquí– a la casa en cuestión.
Tanto las casas de concurso y todas las que subes a la red de la Academia de Artes Decorativas recopilan todos sus votos para escalar en la lista de popularidad y puesto que no se ha acabado el primer concurso desconocemos si hay alguna recompensa adicional al reconocimiento popular para los que logren colarse a los primeros lugares.
Cuando me puse a navegar entre las diferentes casas creadas por la comunidad me llevé muy gratas sorpresas al ver cómo hubo muchos edificios y jardines en los que las personas hicieron texturas a mano de muchísimas cosas para hacerlas realmente especiales. Cuando me di cuenta de la enorme creatividad que ya tiene la gente para hacer casas y usar los recursos de la herramienta para hacer cosas inimaginables entré en razón de que Animal Crossing Happy Home Designer es un producto con un gran potencial que no puede tomarse a la ligera.
Una novedad y que es completamente opcional para el juego es el uso de sus cartas Amiibo, mismas que incluyen a los personajes de Animal Crossing. Digo que son opcionales porque eventualmente es muy posible que te encuentres a la mayoría de los personajes aunque estén en tus cartas pero el hecho de tenerlos de forma física te da la ventaja de obtener algunos contenidos descargables exclusivos y la posibilidad de llamarlos en cualquier momento a que aparezcan en el espacio que estés visitando.
Las cartas también te permiten guardar información de alguno de los animales, lo que te permite conservar en un soporte físico, por así decirlo, tus más complejas creaciones, algo que no es lo más novedoso del mundo pero se agradece bastante.
Las cartas Amiibo no son el punto más fuerte del juego pero sí un añadido bastante encantador que si bien se agradece tampoco puede considerarse como parte esencial de la experiencia.
Por más de una semana me tomé el tiempo de dedicar varias horas al día a Animal Crossing: Happy Home Designer y me sorprendí que el juego me provocara el sentimiento de que a cada hora que jugaba descubría mucho más cosas. Coincido con muchos miembros de la comunidad de fans de Nintendo en que el juego puede llegar a sentirse monótono y se estanca en un punto en el que no hay los suficientes incentivos para motivarte a regresar, pero tampoco puedo quejarme puesto que el diseño del juego y sobre todo de sus herramientas fue lo suficientemente bueno para que perdiera la noción del tiempo al concentrarme en alguno de sus diseños.
Animal Crossing Happy Home Designer incluye una cantidad enorme de contenidos que dan para semanas ininterrumpidas de descubrimientos, pero el hecho de que sólo te dediques a hacer casas sin retos específicos lo hace carecer de profundidad y quizá podría ser elemento que desanime a muchos usuarios, sobre todo si consideramos que es un juego que se vende a precio completo en el mercado.
Lo que puedo recomendarles personalmente es que si van a adquirir el juego sean plenamente conscientes que se están llevando a casa un juguete, una herramienta cuyo límite de la diversión lo marcan ustedes mismos y no tanto un software que no establece objetivos rígidos y más bien pone en las manos del usuario una experiencia completamente abierta.
-Interfaz de creación de casas sencilla, funcional, divertida y muy profunda.
-Exquisito soundtrack y presentación cargada del encanto de la serie.
-Cientos de objetos para usar que vas descubriendo gradualmente como principal motivación.
-Los increíbles proyectos municipales.
-Herramientas de creación con gran potencial demostrado en increíbles obras populares que encontramos en línea
-Concepto único y especial abordado de manera acertada en general
-Carencia de reto y profundidad al no existir objetivos rígidos o una economía estricta
-Como es una constante en la mayoría de los juegos de Nintendo, la interfaz en línea puede llegar a ser confusa y poco funcional.
-Con el gran potencial del juego se hubiera agradecido algún tipo de conexión directa entre usuarios como la visita de los pueblos en New Leaf.
-A la larga puede sentirse monótono.
-El nicho al que va dirigido es muy específico mientras que New Leaf era de un gusto más universal.
Animal Crossing Happy Home Designer no es el mejor juego que hemos visto en la portátil de Nintendo pero tampoco puede rechazarse por su concepto que quizá no sea el más atractivo para todo público. Cumple con sus objetivos de ofrecernos título en lel que tu creatividad es la única que pone los límites.
Podría interesarte si eres de los que pasaban horas diseñando casas en los Sims o de los que que en New Leaf pasaban todo el tiempo en casa acomodando sus muebles. Si no te es llamativo su concepto quizá lo mejor sería dejarlo pasar, es posible que en ese caso sientas un excesivo el precio por lo que el juego te ofrece.