Movie Review – Gintama

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Como una prueba más de lo apasionado del público mexicano por el anime, manga y sus derivados, la segunda entrega del Festival Matsuri de Cine Japonés nos trae en su cartelera Gintama, la adaptación live action de la obra de Hideaki Sorachi y que se estrenó apenas el 14 de julio en Japón. Su llegada a las salas niponas no lo hizo sin acaparar la atención de la prensa pues, a pesar de no haber gozado del mismo éxito con la crítica como la trilogía de Rurouni Kenshin, sí lo hizo en audiencia: más de dos millones de boletos vendidos y $24.7 millones de dólares recaudados en taquilla tan solo en la tierra del Sol Naciente.

Producida por Warner Bros. y dirigida por Yuichi Fukuda, quien ya había estado al mando del dorama Gintama: Mitsuba Hen, esta adaptación se siente fresca, fiel a la esencia de la obra original y con una tendencia muy marcada hacia los fanáticos de la franquicia.

Gintama no se aleja del concepto original de su animanga; de nuevo vivimos en una realidad en la que el período Edo japonés, la tecnología y lo industrial conviven en un mundo fantástico en el que los Amanto, alienígenas, han exterminado a los guerreros samurái, quienes se resistieran a su conquista. Solo unos pocos de ellos quedan (sin portar su espada como antes, eso así) y uno de ellos de Gintoki, a quien el actor Shun Oguri da vida. Fukuda-san nos va presentando a la mayoría de los personajes importantes de esta película en una secuencia muy divertida y peculiar, pues Gintoki, Kagura y Shimura deciden salir a cazar el escarabajo más grande que puedan encontrar para venderlo y “hacerse ricos”. Después de esto, entraremos de lleno a lo que abarcará la mayor parte de sus 130 minutos de duración: una serie de asesinatos se han estado presentado en la ciudad y Gintoki sentirá la necesidad de averiguar qué es lo que sucede y tratará de detenerlo.

LA SELECCIÓN DEL ARCO ADECUADO

Es aquí donde comenzaremos a hilarlo con la historia vertebral de Gintama, pues su director no solo toma uno de los arcos más cortos en su haber (apenas cuatro episodios del anime y dos iteraciones en el manga) sino uno importante por mostrar los orígenes del mismo Gintoki, Takasugui y Katsura: el arco de la espada Benizakura. Para los que siguen la franquicia podrán recordar que esta parte ya había sido adaptada a la película del 2010, Gintama: The movie, por lo que la consideramos una jugada lógica pese a que alarga su duración (cerca de 130 minutos) al tomarse para tiempo y explicar a quién vamos a ver y por qué iniciaría una lucha de espadas.

En lo que respecta a la esencia de Gintama, tenemos que aceptar que ha sido trasladada de una manera bastante fiel, pues incluso los golpes estúpidos y los chistes con malas palabras, sangre y cigarrillos aparecen en la pantalla grande. Los diálogos suelen gritarse el 80% de las ocasiones lo que, sí, resulta en una situación hilarante que desborda locura; más que una trama que da pequeños pasos, Fukuda-san crea microsituaciones con los tres personajes principales en los que cada uno vive su propia lucha. El otaku podrá deleitarse en su asiento con las referencias (rozando en lo paródico) a Dragon Ball, One Piece y Nausicaä del valle del viento, así como secuencias divertidísimas en las que se rompe la cuarta pared al decir “esto no era así en el anime o manga” o “¿crees que ellos entiendan esto?”. Se agradece que el equipo detrás de la cinta se haya tomado la molestia de crear estos momentos mágicos de fanservice para los seguidores de la franquicia.

En lo que respecta a la esencia de Gintama, tenemos que aceptar que ha sido trasladada de una manera bastante fiel.

Las actuaciones en general son bastante buenas, pero son Shun Oguri y Kanna Hashimoto (nuestra Kagura de carne y hueso) quienes se roban los reflectores; Oguri-san no solo se pone la piel de Gintoki gracias al trabajo de caracterización en general, sino que adopta los modos, gestos y posturas que lo convierten en una gran elección para el papel. En el caso de Hashimoto-san, ella luce preciosa en pantalla y logra que la ames (y odies) debido a su actitud rebelde, pero desenfadada. El resto del elenco es interesante, aunque sentimos que no tienen la profundidad ni adoptaron al personaje de una manera que nos impresionara.

UNA PRODUCCIÓN INTERESANTE, MAS NO PERFECTA

Como bien lo decíamos en un inicio, Warner Bros. ya contaba con la trilogía de Rurouni Kenshin, así que ¿qué nos traen en la producción de Gintama? Para empezar, se nota que hay una labor de investigación y análisis del universo de Gintama; los colores, las –pocas- locaciones, los materiales, la vestimenta y las armas lucen muy bien, mientras que otros aspectos técnicos dejan mucho que desear. Es en este último donde percibimos que el presupuesto no estuvo tan equilibrado como quisiéramos, pues Sadahuru es una animación CGI que de inmediato contrasta (de manera negativa) con el resto de los elementos en pantalla; las explosiones no lucen muy reales y las peleas tampoco son consistentes. Es decir, mientras unas luchas denotan unas acrobacias complejas y de pocos cortes (¿peleas con elementos de agua? ¡sí, por favor!) otras se ven reducidas a un stop motion sin valor de análisis.

En términos artísticos, Gintama nunca busca un realismo en su ambientación y eso nos gusta ya que, si tenemos una serie de situaciones incoherentes y llenas de humor, es una decisión astuta el utilizar pantalla verde en la filmación. La película está dotada de un efecto granulado que también sirve como soporte para matizar la fotografía, la cual es aceptable y hasta agradable la mayoría del tiempo, aunque (como ya lo mencionábamos) se pierde en algunas secuencias y acrobacias que no están bien ejecutadas.

DETALLES POR PULIR

Lo que Gintama ofrece al público es interesante, pese a ciertos fallos que encontramos; por ejemplo, la película animada del 2010 resulta más concreta y aquí eso se percibe en unos cerca de 15 minutos que (pensamos) pudieron quedar fuera. Otro detalle es que revisitamos el pasado de Gintoki más veces de las que quisiéramos y que, incluso para un fan, termina por ser redundante. La calidad de los subtítulos ha mejorado mucho en comparación a la entrega anterior del Festival Matsuri de Cine Japonés, pues no solo la tipografía está más cuidada y se colocó en un lugar más cómodo para la pupila respecto a la pantalla, sino que la ortografía es casi impecable. Eso sí, nos gustaría que revisaran cómo luce a la hora de exhibirla, pues en nuestro caso ciertas palabras se llegaban a cortar en pantalla.

UN ESFUERZO DIGNO PARA LOS AMANTES DE GINTAMA

Los números ya nos decían algo con Gintama; cualquiera que hubiese negado su relevancia mostraría qué tan equivocado estaba tras sentarse en la sala del cine y ver el trabajo de Yuichi Fukuda en pantalla. Con un gran trabajo en el elenco (más no perfecto) pero que brilla por su protagonista, esta cinta se coloca fácilmente como otro de los trabajos a seguir para las compañías japonesas a la hora de realizar una adaptación en carne y hueso de un animanga o novela ligera.

Nos parece realmente aplaudible el hecho de que, a menos de dos meses de su premier en la tierra del Sol Naciente, tengamos en salas de cine de México una película de este tipo y que, para recalcar lo extraordinario que esto es, tenga fecha de estreno en los Estados Unidos para este octubre. Es importante que el público alce la voz no solo en redes, sino yendo a los cines y buscando los espacios para ver cintas así, a pesar de que los horarios ahora mismo son difíciles debido a la temporada de estrenos occidentales. De nuevo, lo importante no es demostrar qué tan cara puede ser tu producción o qué buen CGI tienes en pantalla, ni siquiera si puedes costear a Willem Dafoe, sino conocer el alma de la obra y ser capaz de trasladarla a un producto que sea fiel a sí misma.