Tras varios años de discusión, la Comisión Europea aprobó algunos cambios en el pago de impuestos en el Reino Unido, lo que podría permitir que £188 millones entren a la industria de los videojuegos durante cada uno de los siguientes cinco años. Gracias a TIGA y UKIE, grupos representantes de la industria, se dio seguimiento a la propuesta pese a la postergación de los dos gobiernos. Dicha medida toma sus antecedentes de países como Francia, donde el estado ayuda al desarrollo de ciertos productos, siempre y cuando cumplan con los requisitos culturales establecidos.
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