Grandes recuerdos nos vienen a la mente cuando recordamos momentos épicos de los videojuegos como la llegada al Templo del Tiempo en The Legend of Zelda: Ocarina of Time. Cuando lo jugamos por primera vez en el Nintendo 64 con las limitantes propias de la consola, quizá imaginábamos que aquellos lugares podrían ser reales, y dentro de nuestra cabeza hacíamos reconstrucciones realistas de muchos rincones del juego.
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