Despreciable Satan Claws: Sé que en realidad eres mis padres. De sólo pensar que he pasado en una mentira tan vil los años de mi vida en flor, antes de marchitarse en la más profunda melancolía, me repugna hasta la náusea. Pero ya tengo 16 años y, ahogada en la desesperanza de la madurez en la vida, debo admitir que tengo muchas peticiones necesarias para ti. Aunque, al final, el hedor a putrefacta falsedad de una fecha como la que vivimos no deje de taladrar la fragilidad de mi existencia.
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