Cuando buscas “amor” en Google, el primer resultado que aparece es “sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno”. Definir el amor en nuestros tiempos, es decir, los de la virtualización, se ha convertido en algo mucho más complicado que en la era de los grandes filósofos; no porque antes no lo fuera, sino que la vertiginosa vida en las ciudades y la manera en que interactuamos han modificado nuestros conceptos de amor, afecto, atracción y más. Los japoneses lo saben mejor que nadie y, al ser una sociedad sumamente estricta, sigue lidiando con sus formas tradicionales de interacción interpersonal. Dicho esto, no nos parece nada raro que ahí, precisamente, es donde hayan nacido los Simuladores de citas.
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