En el 2004, Ninja Gaiden me hacía feliz de ser un poseedor del primer Xbox. No soy muy fan del departamento (brilloso) de arte de Team Ninja, pero reconozco que, para control, son probablemente los mejores de la industria. Juegos del género hay muchos; juegos en los que la abstracción de presionar un botón se sienta realmente como dar un espadazo son contados. Evitaré hablar de los Ninja Gaiden previos a este título, dado que considero (tal y como lo dijo Itagaki) que son dos monstruos muy diferente. El trato que les doy es como si fueran dos IPs distintas.
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