Recuerdo los tiempos en los que fingía haberme ido a dormir mientras mantenía la visión únicamente con la luz de la televisión y mi consola prendida, cómo escuchaba a los pocos minutos la voz de mi mamá diciendo “¡Ya vete a dormir porque mañana tienes clases!” Estoy segura que no soy la única que vivió eso.
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