Aún recuerdo cómo fue la entrada de Cartoon Network a mi vida. A mis tempranos 6 años mi padre contrató el servicio de cable y un señor gordo y bigotón le puso tripas nuevas a nuestra televisión, no tan nueva, pero que daba batalla. Fue entonces que mi hermanita y yo nos vimos liberadas de la misma programación de siempre y encontramos un canal donde pasaban caricaturas todo el día (no que el “5” ponía películas aburridísimas los fines de semana).
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