Éste ha sido el Call of Duty más raro que he jugado, con la historia más compleja –y confusa– pero también es el que aporta nuevos cambios para la franquicia que le vienen y se sienten excelente. La campaña con su dosis de adrenalina, el modo zombis y el competitivo multiplayer son algunas de las cosas básica que vemos en BOIII, pero tiene mucho más que ofrecer esta nueva entrega de la franquicia que nos invita a conocer el futuro.
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