Por: Mathilde Rojas Es sencillo perderse en interpretaciones burdas o pomposas cuando nos enfrentamos a una caricatura como Aeon Flux. El avant garde que permeó parte de la década de los noventa, junto al absurdo y el espíritu de hastío y desasosiego de gran parte de esa generación, permitió a autores como Peter Chung explayarse lo necesario para que el televidente no entendiera absolutamente nada de lo que sucedía en pantalla.
LEER +