Una gran cantidad de juegos independientes tratan de emular experiencias que nos recuerdan los juegos con los que crecimos, asumiendo un estilo artístico y un soundtrack que nos recuerda los clásicos de la época de los 8, 16 y 32 bits. Dentro de esta moda de juegos “retro” tenemos tanto muy buenos resultados como otros que sólo se quedan en intentos mediocres de recordarnos una época dorada del gaming.
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