Una de las más grandes franquicias de videojuegos ha hecho su debut en el cine. Con millones de jugadores activos en todo el mundo, el universo de Warcraft tenía todas la bases para llevarlo a la pantalla grande y antes de buscar ser un producto para una audiencia general, apuesta por darnos un fan service absoluto para los fanáticos del universo creado por Blizzard hace más de 20 años. Aunque esto no necesariamente es algo positivo o suficiente para considerarla como la mejor película de videojuegos.
Orcos en contra de humanos. Una historia de fantasía que es imposible no compararla con la magia que hay detrás del señor de los anillos de J. R. R. Tolkien. En 1994 lo inició todo Blizzard al lanzar el primer juego de Warcraft y de ahí el resto es historia gracias al rotundo éxito que tuvieron con esta serie para después crear el MMORPG más grande: World of Warcraft.
Blizzard tenía la tarea de plasmar el mágico mundo de Warcraft en esta primera cinta de una trilogía (por confirmar). Como lo veo yo, es como el señor de los anillos que en la primera película fue una introducción de lo que vendría después en esa mágica serie. Warcraft: el primer encuentro de dos mundos intenta lo mismo o así se siente.
Podríamos decir que la película está apegada a la historia original en un alto porcentaje (dato obtenido de varios de los más grandes fans que conozco), tenemos a algunos de los personajes que vimos en el primer juego que salió a medidos de los noventa como a Lothar y Blackhand. Lo mismo pasa con el contexto: un grupo de orcos amenaza con invadir la tierra de los humanos llamada Azeroth a través de un portal que se abre utilizando la energía que obtiene de los humanos Gul’dan, el warlock líder de los orcos. Esta raza necesita un nuevo hogar, así que en la búsqueda del mismo tendrán que sacrificar muchas vidas y desaparecer a los humanos, cosa que no será nada fácil. A esta facción de enemigos u orcos se le conoce como la Horda mientas que a los humanos como La alianza. Tal como en el juego. Es importante señalar que los hechos ocurridos en la cinta son antes de WoW, el MMO.
Warcraft narra la premisa básica del cine y otros medios: el bien contra el mal. Mientras los humanos peligran y luchan por defender su territorio, parece que los orcos han encontrado entre ellos su peor enemigo. Es aquí donde entra Durotan, un orco líder del clan lobo Gélido que intentará trabajar con los humanos para derrotar a Gul’dan. No diré nada más para que ustedes mismo lo descubran en el cine pero hay batallas increíbles entre ambos bandos e intentan explicar de manera breve y simple el por qué los orcos atacan a los humanos y el origen de la fuente de energía vital maligna.
Sí, totalmente. He hablado con varios amigos que son acérrimos fanáticos de WoW y quedaron más que satisfechos; hasta embelesados podría decir. Para alguien como yo que jugó WoW por un par de años hasta que lo dejé (por salud mental), encontré la cinta fascinante por momentos con sus referencias tan directas a los juegos y la serie en general y universo que alguna vez salimos a explorar como parte de una misión.
Me queda claro que para alguien que jamás ha jugado ni sabe qué es Warcraft, seguramente se aburrirá durante las dos horas que dura la película. Creo que esto podría considerarse como algo bueno, pues Blizzard optó por hacer una película fiel a los que es el videojuego y para su enorme base de fans y no para una audiencia general que busca películas de fantasía. Esto es de aplaudir y agradecer. Lugares típicos, mapas, nombres, personajes, bestias, todo es una clara referencia al universo de Warcraft y estoy seguro que muchos van a sonreír en varias ocasiones al momento de que vean las constantes referencias que hay en toda la cinta. Sólo les diré que además de los humanos y orcos, verán a los clásicos dwarfs, la ciudad de Iron Forge, Stormwind, Elwynn Forest, Draenor, los magos de Kirin Tor usarán los poderes tal y como lo hemos visto en los juegos. Todo tiene una referencia justificada. Es como si uno estuviera ahí. La cinta logra trasladarnos a este mágico mundo que hemos conocido virtualmente por tanto tiempo.
Una de las virtudes de la cinta está en los efectos especiales. El CGI es supremo. De hecho, si por algo se caracteriza Blizzard es por sus increíbles cinemáticos de cada juego, así que ver una cinta completa es como un sueño hecho realidad para muchos. Los orcos, sus movimientos, gesticulaciones, piel y armadura son un deleite para todos aquellos que han combatido o usado a estos seres –o clase– durante años. Sin embargo, creo que bien pudieron haber hecho una película totalmente animada ya que por momentos los humanos parecen estar de sobra y no cuentan con el mismo peso que estos seres tan fuertes físicamente. El producto de la combinación entre la animación con el mundo real y humanos es muy bueno.
Debe ser muy complicado para un actor realizar películas que involucran tantos efectos especiales, pero creo que uno de los mayores puntos débiles de la cinta –desde mi punto de vista– fueron las actuaciones. No sé si debe a que los actores que dan vida a la facción de humanos como al caballero Lothar, el rey Llane o incluso Garona (quien es mitad orco y mitad draenei), nunca sentí que sus actuaciones fueran memorables y tampoco me lograron transmitir esa grandeza en sus personajes sino todo lo contrario. Por momentos se sienten muy débiles, poco creíbles y las animaciones de los orcos terminan por robarse la película. No sé si esto se debe que son actores con poca trayectoria o sin papeles protagónicos; o tal vez los eligieron así intencionalmente pero me hubiera encantado actores de mayor peso y talla para los respectivo roles.
También es muy complicado incluir todo lo que ha pasado en años de historia de los juegos en una cinta de dos horas. Volvemos al mismo problema que vemos en películas como las de superhéroes que son resúmenes muy breves y simples de lo que ha sucedido en cuanto a historia para poner en contexto al espectador de manera simple y fácil de entender. Aquí por momentos se siente igual. Hay muchos cortes abruptos a secuencias y la trama para entender lo que está pasando pero como fan te quedas con ganas de ver y saber más de todo lo que hay detrás del universo y personajes clave de la historia. Pareciera que es una pequeña probada de todo el mundo tan increíble. Nos hubiera gustado que desarrollarán más a algunos de los personajes pero es claro que era imposible por el tiempo. Por momentos pasan tantas cosas que uno se queda abrumado y podría perderse en la trama y narrativa.
La película como tal no tiene un cierre. De hecho es evidente que está pensada para la continuación ya que, como les comentaba, se tiene planeado que sea una trilogía y considerando que esta película es la cinta basada en videojuegos más exitosa de la historia, no dudo que sucedan las otras dos. Ojalá que así sea.
La sensación que nos queda después de ver Warcraft: el primer encuentro de dos mundos es que pudo ser una increíble película y la mejor en la historia basada en un videojuego pero creo que se queda un tanto lejos de conseguirlo. Me parece que lo ideal es abordar la crítica desde un enfoque como videojugador aficionado a la serie para entender la idea que hay detrás de una película así, su mensaje y objetivo. Sólo un jugador puede entender todo el amor y pasión que han puesto en esta película dirigida por Duncan Jones, el hijo de David Bowie quien por cierto es un jugador de Warcraft y creo que logró plasmar al final de cuentas la esencia de la serie así como su grandeza de una forma totalmente aceptable.
La crítica en general la hecho pedazos como largometraje, pero me queda claro es un producto pensado para los aficionados leales de Blizzard y no para una masa. Tal vez esta la razón del porqué muchos la reprueban y cuestión que no apoyo. Estoy seguro que los fans de Warcraft y su universo disfrutarán muchísimo esta película. De lo contrario mejor déjenla pasar ya que será confusa y hasta aburrida. Si Blizzard corrió el riesgo de hacer algo tan caro para los fans sabiendo que la crítica de cine la haría pedazos, eso digno de admirar y agradecer.
