En una industria en la cual ya vimos a Mario dejando de aplastar Goombas para extraer rábanos del suelo y lanzárselos a los distraídos Shy Guy, o a Link en una incansable búsqueda por destruir la Soul Edge y enfrentarse a feroces enemigos como Astaroth o Nightmare, ¿cómo deberíamos reaccionar ante un juego como Hyrule Warriors? Con franquicias probando nuevos caminos como Final Fantasy con Lightning Returns, o con caprichos de fanáticos como el próximo Silent Hills, sólo resta decir: bienvenida la experimentación.
Hyrule Warriors no es un título canónico de la serie The Legend of Zelda, vamos, ni siquiera lleva el nombre. Se trata de una colaboración entre Koei Tecmo y Nintendo para traer la franquicia de hack and slash a Wii U, un deseo que integrantes de Team Ninja tenían desde años atrás, debido a su entusiasmo por la serie producida por Eiji Aonuma. Así nació uno de los juegos más polémicos para la consola casera de Nintendo, misma que recibió no sólo un experimento para romper las barreras tradicionales de The Legend of Zelda, sino para traer sorpresivamente uno de los mejores festivales de fan service que hayamos visto en la historia. Así es, Hyrule Warriors, más allá de sus posibles defectos, es un viaje frenético por nuestros momentos favoritos de una de las sagas más queridas en la historia de los videojuegos.
La manera más precisa de describir el sentimiento que provoca la narrativa de Hyrule Warriors, sólo se compara con la emoción de haber visto aquel episodio especial de Power Rangers donde todas las generaciones cruzan la barrera del tiempo para unirse en combate. De este modo, el juego nos lleva por una historia inédita donde visitaremos los mundos de Ocarina of Time, Twilight Princess y Skyward Sword, en una misión por detener a la malvada bruja Cia. Ésta ha abierto el portal de las almas y desencadenado una guerra en contra de la Princesa Zelda, por lo que será nuestro deber viajar a través del tiempo y del espacio, para así reclutar amigos de diferentes épocas para detener la amenaza de Cia… y de un poder aún más oscuro que se esconde detrás.
El juego no sólo nos ofrece la primera aventura de Link en tres dimensiones en alta resolución (sin contar The Legend of Zelda: The Wind Waker HD), sino que también se atreve a llevarnos a un universo paralelo, donde todas las aventuras del héroe de túnica verde se unen en un espectáculo de guiños con Skulltulas, Cuccos, Gorons, rupias, bombchus, lunas gigantes y más elementos de la saga como protagonistas. ¿Cortar la hierba con la espada? Anotado. ¿Hacer estallar rocas con bombas? Lo tienes. ¿Olvidarse del destino del mundo y dedicarnos a romper jarrones? Por supuesto. Más allá del cambio en el género, Hyrule Warriors nos sacará más de una sonrisa a los que crecimos admirando la franquicia.
Por otro lado, tenemos por primera vez una historia que nos pondrá en los zapatos de otros personajes más allá del papel de Link. Cada uno tendrá su estilo de combate, su motivo personal para luchar, y una fuerte personalidad extraída de distintos títulos de la serie. Ya no estaremos atados a la clásica espada y escudo del Héroe del Tiempo. Ahora podremos tomar las riendas del destino con la espada gigante de Impa, el martillo de Darunia, o la magia oscura de Midna. Lana es un nuevo personaje, diseñado exclusivamente para esta aventura. Gracias a sus poderes mágicos podrá combatir con su libro de hechizos y lanzar devastadores ataques en área, y será el núcleo alrededor de la cual los demás personajes del juego se reúnan. Cada personaje contará con su árbol de habilidades único para diferenciar así su jugabilidad. Si nuestro estilo es ser rápidos y concisos en nuestros ataques, tal vez sea mejor crecer con la ágil Sheik, aunque si la experiencia nos indica que la fuerza bruta y los ataques lentos son más efectivos, Ganondorf será la opción a elegir.
A todo esto, ¿cómo se juega? Al pertenecer al género hack and slash, Hyrule Warriors nos introduce a un sistema de combate totalmente diferente al que estamos acostumbrados. Combos activados gracias a presionar el mismo botón una y otra vez serán parte fundamental de nuestra experiencia. De esta manera, nuestros movimientos se limitarán a presionar “Y” constantemente para los ataques ligeros, y “X” para los más pesados. Las combinaciones y combos se irán desbloqueando conforme recolectemos materiales para avanzar en nuestro árbol de habilidades, pero nunca cambiarán radicalmente el gameplay ni lo encausarán por un modelo menos repetitivo.
Con la asesoría de Nintendo y la experiencia de Omega Force, se introdujeron variantes que alteran de cierto modo la experiencia de combate. Los clásicos objetos de la serie como el boomerang, el arco, las bombas y el hookshot harán acto de presencia para superar barreras específicas. También, de la serie Warriors, el juego hereda la barra de magia y los ataques especiales cada vez que realicemos cierta cantidad de combos. Gracias a ello, podremos darle un poco de variedad al castigado gameplay, y a la vez agregar un cierto valor táctico al evaluar en qué enemigos vale la pena desatar los poderes especiales.
No importa si estamos en el modo Leyenda, Libre o Aventura, cada nivel nos tendrá corriendo de un lado para otro con objetivos apareciendo sin descanso. Al iniciar una misión tendremos a nuestra disposición un mapa para reconocer la posición de los enemigos y la ubicación de tesoros potenciales. No obstante, conforme vayamos avanzando en el nivel, objetivos secundarios y retos ocultos irán apareciendo para distraernos de nuestra misión principal. Detener al jefe final podría verse truncado por un cofre con una pieza de corazón dentro al otro lado del mapa, o nuestra visita a la fuente de las hadas podría salir muy mal si decidimos golpear a un Cucco repetidamente en el camino. Así, cada una de las misiones de la campaña principal de aproximadamente diez horas nos mantendrá ocupados y decidiendo cuál será nuestro siguiente movimiento en tiempo real. Por ello, Hyrule Warriors destaca por ser un juego de acción táctico al más puro estilo de Dynasty Warriors, pero al igual que en el gameplay, llega a ser cansado tener que pasar por el mismo sistema repetitivo en cada nivel.
Un alto valor de rejugabilidad acompaña al título, ya que tendremos bastante contenido extra por descubrir en cada nivel, y el sistema de progresión de personajes nos hará regresar a ciertos mapas para recolectar objetos específicos. Con ellos podremos incrementar el poder de nuestras armas, desbloquear combos, elevar nuestra defensa contra ciertos elementos y activar ayudas como la habilidad de romper los escudos enemigos, entre muchas otras posibilidades. Además, con toda la nostalgia del mundo, tendremos que recolectar 100 Skulltulas doradas a lo largo de todo el juego, con las que desbloquearemos arte, vestimentas, modelos de los personajes en 3D para la galería, y música para acompañar nuestra partida.
La caza de piezas de corazón también será fundamental para el que tenga alma de coleccionista. La mayoría de los niveles podrá ser jugado con dos personajes, y cada uno podrá recolectar una pieza de corazón escondida en el mapa. Si queremos adquirir todas, tendremos que repetir las misiones en más de una ocasión, con la posibilidad de conseguir objetos extra o cazar a los legendarios Cuccos dorados, mismos que nos provocarán pesadillas al demostrar ser más amenazantes que cualquier Gerudo con delirios de grandeza.
El modo Historia es sólo el comienzo del título. Con un par de decenas de misiones con una duración de 20 a 30 minutos cada una, alrededor de diez horas estaremos disfrutando del paseo de la nostalgia. No obstante, el modo Libre estará disponible en todo momento para disfrutar de nuestro nivel favorito, sin el estrés constante de tener que derrotar a algún malhechor que se quiera salir con la suya. El modo Reto traerá desafíos más profesionales para cualquiera que se haga llamar hardcore, y nos pondrá a sobrevivir oleadas de enemigos con condiciones específicas para superar cada objetivo, como el acabar con cierto número de enemigos usando sólo ataques especiales, o el evitar que hordas de monstruos empuñando antorchas acaben con la vida del pobre Árbol Deku.
Además, uno de los modos que sin duda será el favorito de los más fieles será el de Aventura. Éste consistirá en un tablero cuyo mapa representa cuadro por cuadro el mapa del primer The Legend of Zelda para el Nintendo Entertainment System. Aquí nos tendremos que mover por la cuadrícula, superando objetivos similares a los del modo Reto para avanzar como en un tablero de ajedrez. Objetos clásicos como la vela o las bombas nos ayudarán a abrirnos camino en este meta juego táctico para descubrir elementos que no podremos desbloquear de otra forma, como personajes, armas o materiales para subir de nivel nuestro equipo.
Porque los milagros no existen, el roto y criticado apartado gráfico de la serie Warriors hace acto de presencia en este juego. Con todo el cuidado y la asesoría que pudo haber brindado Nintendo, Omega Force no se destaca por ofrecer experiencias visualmente impactantes. Desafortunadamente, nos encontraremos frente a bajones en el índice de cuadros por segundo que alentarán la acción cuando hayan demasiados elementos en pantalla. La cámara, como suele suceder en este género, peca de fallar en incontables ocasiones, enfocando todo menos lo que queremos ver. Por otro lado, si por algún motivo dentro de la desenfrenada acción, logramos tomarnos un respiro para observar minuciosamente nuestro alrededor, nos enfrentaremos a bordes dentados que bien pudieron haber sido estándar en consolas de hace dos generaciones, pero no en el presente.
Uno de los aspectos en los que fundamentalmente falla Hyrule Warriors es en el multijugador, mismo que se encuentra ausente en su modalidad en línea y nos limita sólo a jugar con un segundo control en la misma consola. En primera instancia, el juego en el Gamepad luce bastante deficiente, una resolución muy pobre en la cual ni siquiera la tipografía se aprecia de manera decente. Asimismo, la naturaleza del género y la historia de la franquicia nos empuja a esperar un excelente modo cooperativo, con tablas de puntuación, división de tareas o enfrentamiento a nuevos objetivos, área en la que el juego tristemente se queda excesivamente corto en potencial.
La inteligencia artificial deja mucho que desear también. Los conocedores de la serie Warriors se sentirán bastante familiarizados con tener centenares de maniquíes formados pacientemente para ser aniquilados por nuestros ataques. Elevar la dificultad cambiará poco este factor, puesto que sólo aumentará los puntos de vida de los enemigos y hará sus ataques más fuertes, pero no cambiarán sus patrones de ataque o su reacción ante nuestros movimientos. Realmente, serán sólo los subjefes y los enemigos más grandes los que nos ofrecerán un verdadero reto, y sobre los cuales estaremos emocionados por enfrentar.
Hablando de los jefes, es indiscutible el gran trabajo que hicieron para traer a los clásicos enemigos de la franquicia The Legend of Zelda. Jefes memorables como la araña Ghoma, el dinosaurio Dodongo, o el dragón Argorok harán acto de presencia con los clásicos patrones de ataque que ya conocemos, y a más de uno le dará satisfacción el saber de antemano cómo enfrentarles, apelando así de nuevo al fan service para entregar una experiencia como ninguna.
Este juego es exclusivo de Wii U.×
Hyrule Warriors funge como una interesante prueba que sólo el público definirá si es exitosa no. Más allá de las deficiencias gráficas o de inteligencia artificial, a más de uno le provocará una sonrisa su emotiva y nostálgica historia, otros podrán perderse por decenas de horas en el amplio sistema de progresión y agradecerán la rejugabilidad. Para muchos tal vez pase sin pena ni gloria. Pero eso sí, sin duda representa un ejemplo más de que la industria se encuentra evolucionando y permanece abierta a la experimentación, ¿y ustedes?
