Es difícil reseñar un juego que no está completo. De hecho es hasta ridículo pero… en fin, vamos a hacer un intento y cuando tengamos la versión terminada (más actualizaciones, parches, ultimate editions varias, etc) lo volveremos a tocar. Xbox One se animó a tener un fighting game como parte integral de su alineación de lanzamiento, y eso es de admirarse; además, se las arreglaron para hacerlo una exclusiva y un resurgimiento de una franquicia, muy popular pero que se daba por muerta. ¿Quieren más? es free-to-play… Este texto más que una reseña, es un análisis de cuáles de esas características son realmente positivas. Según la opinión de cierto periódico británico, luego de tantos años de espera, la más grande decepción del juego es que “es gratis”.
Killer Instinct, rebooth de su homónimo de 1994, llega a Xbox One como una opción de descarga gratuita desde el primer día de la nueva plataforma de Microsoft. Muy poca magia queda de aquél equipo de trabajo que inicialmente creara la franquicia, pero Microsoft Studios y Double Helix Games le pusieron algo de amor a la difícil labor de traerlo de vuelta. El resultado es –por ahora y aunque uno adquiera la versión Ultra, la más completa– un demo que muestra el potencial de un fighter que apenas y tiene un par de extremidades fuera del cascarón.
Quien opte por la descarga gratuita del juego obtendrá a un Jago que ha estado ocupado estos años metiéndose esteroides y haciéndose tatuajes; además de los modos de juego dojo, entrenamiento, supervivencia y enfrentamientos casuales, sean locales o en línea. Un segundo paquete de paga te deja usar a los seis personajes ya disponibles con los que el juego cuenta, y da acceso un poco antes a los dos restantes (que están programados para llegar en enero y marzo), y una última edición, que incluye todo lo anterior más accesorios para personalizar a los luchadores, y un port del Killer Instinct original. Ésta última fue la versión que utilizamos para revisar.
Jago, Orchid, Sabrewulf, Thunder, Glacius, Spinal y Fulgore son los guerreros que regresan de pasadas ediciones; sólo los primeros cinco están ya disponibles para jugar, y a ellos se añade una nueva y sanguinaria asesina, conocida como Sadira. Todo esto como parte de la primera temporada de personajes liberada. Seguramente veremos –al menos– una más en la que se espera se incluyan más favoritos de los fans como Cinder y Raptor, así como otros combatientes inéditos, desarrollados desde cero para este juego.
Los seis integrantes del roster mantienen muchos de los movimientos que ya conocemos, y se consideran clásicos de la serie pero han sido renovados en apariencia. Lo más importante es que los infames combos característicos del juego están de regreso (con todo y narrador que parece que recibe comisión por esforzarse en gritar la clasificación de cada golpiza cometida) y las posibilidades del nuevo sistema de combate llevarán éstos a nuevos niveles de infamia.
Killer Instinct vuelve con un sistema de juego aparentemente similar a sus pasadas entregas, pero agrega un par de mecánicas que lo hacen más interesante. Tenemos tres golpes y tres patadas por personaje, con variación de intensidad como ataques normales. También hay movimientos especiales y movimientos sombra; estos últimos son conversiones más poderosas de los especiales, y con distintos atributos pero que consumen medidor sombra. Los comandos para realizar los especiales son –por lo general– medios círculos hacia el frente o atrás y otras mociones ampliamente conocidas como la del shoryuken. Hasta ahora, nada que alguien que esté familiarizado con juegos como Street Fighter no pueda dominar.
Donde KI se distingue y distancia de cualquier otro juego de peleas es en su sistema de combos. Los openers, doubles, linkers y enders vuelven casi como los conocíamos de previas entregas. Éstos son ataques que sirven para iniciar, extender, continuar y finalizar combos (respectivamente), y utilizarlos en ese orden es la estructura básica de cualquier secuencia en este juego. Por supuesto, cada personaje tiene sus ataques muy particulares y que, utilizados de la manera correcta,pueden propiciar combos más largos y dañinos, y si de combos extensos hablamos, Killer Instinct es rey.
Casi cualquier ataque puede conectar, iniciar, y continuar un combo, ideal para que los button mashers se diviertan y sientan que pueden hacer mucho, pero pocos movimientos son finalizadores, y saber utilizarlos se vuelve fundamental, pues el escalado de daño en KI funciona a la inversa que en otros juegos de pelea: entre más largo el combo –y si se finaliza adecuadamente– más daño hará al terminar. De entrada parecería que si alguien nos traba un combo extenso, no hay manera de defenderse pero para eso existe el movimiento que hasta los no fans conocen y celebran: el combo breaker.
Mientras un jugador hace un combo, tienen la opción de utilizar ataques de cualquiera de las intensidades (débil, media y fuerte) y dependiendo cuál se use los movimientos son o más rápidos pero menos dañinos, o más lentos pero devastadores. Basta con que el contrincante adivine qué intensidad de ataque está recibiendo, y conteste en esa misma en el momento indicado para romper el combo. Aquí inicia el juego de suposiciones en el que se fundamenta el juego y es que, aunque presionar botones al alzar podría resultar en un combo breaker, si no se presiona el adecuado el personaje entrará en periódos de inmovilización de varios segundos como castigo por intentar y no lograrlo.
Otro de los aspectos de gameplay en que KI brilla es la individualidad de sus personajes, y no me refiero al hecho de que te los vendan de uno en uno… sino a que sus estilos son tan diversos que en ocasiones pareciera salidos de juegos ajenos, además de que aprender a utilizar correctamente las particularidades de cada uno requiere dedicación. Por ejemplo, Glacius es –hasta ahora– el único personaje del juego que no cuenta con desplazamiento rápido hacia adelante y atrás (dash y backdash) pero es el único capaz de conectar combos con ataques a distancia; Sadira, es –hasta ahora– la única del elenco cuyo mayor juego se desarrolla en los aires. Cada guerrero cuenta con una barra de instinto, que se llena al recibir daño o realizar breakers, y que al completarse, puede dotar a cada uno de atributos especiales y únicos. Los personajes, sin duda, encontrarán su lugar en la preferencia de cada tipo de jugador que se de la oportunidad de conocerlos, pero esto nos recuerda –de nuevo– la desgracia de no poder contar todavía con el roster final para juzgar mejor el equilibrio entre ellos.
Luego vienen los ultra combos, los ataques más vistosos y devastadores del juego, con otras particularidades y técnicas más avanzadas, pero para todo eso está la sección dojo del juego, que te enseña paso a paso todos los fundamentos del gameplay. También está sección la de entrenamiento, en la que libremente se puede ir a practicar todo lo aprendido. Cuando se sientan preparados, nada mejor que ir directo a probarse en línea, donde los “vaguitos” ya están a la orden del día. Afortunadamente todas estas secciones vienen incluidas desde la versión gratuita del juego, así que no hay pretexto para no aprender a jugar como se debe.
Lo malo, es que el único otro modo de juego hasta ahora existente es el de supervivencia, uno donde nos enfrentamos a los personajes ya disponibles del juego, una y otra vez hasta no poder más. Como ya sabemos, no existen planes para un modo Arcade, ni tampoco historia, por lo que el juego deja un tanto que desear en este apartado. Por otro lado, tal vez los desarrolladores quieren que el jugador se concentre del todo en la competencia, que al final del día es el fuerte del género.
Es raro que este KI también haya optado por ofrecer caracterización de personajes. Para esto hay accesorios al por mayor que podrán dar el toque perfecto a cualquiera que sea tu favorito; con una selección de máscaras, botas, armas y otros aditamentos bloqueados al inicio, pero que se abren al costo de puntos obtenidos durante las sesiones de juego, más los que se vendan después.
En presentación visual y sonora Killer Instinct sólo cumple. La música es totalmente olvidable, pero las melodías de entregas pasadas pueden ser desbloqueadas. Los gráficos son bellos y muy definidos (si te gusta el nuevo estilo), pero realmente no demuestran el cambio generacional, salvo por algunas sombras y técnicas de iluminación en los escenarios, y un exagerado uso de partículas en pantalla, que puede resultar impresionante de inicio
El control se siente bien, es decir, se nota que el juego sí se diseño con el nuevo mando de Xbox en mente, pero tampoco es la gran maravilla; si se quiere jugar con la máxima precisión y con fines de competencia profesional, lo mejor será optar por la palanca estilo arcade oficial que se vende por separado.
No sé si nombrarle acierto o error pero, después de algunas sesiones de juego con el buen Sr. Pixel terminamos más enganchados a la versión clásica del título que viene incluida en la Ultra Edition. Ésta viene en dos versiones, la original con todos los errores y fallos que algunos puristas adoran, y otra revisión que apareció un poco más adelante y corrigió algunas de estas cuestiones. El juego cuenta con sección de entrenamiento, cosa obviamente distinta a su original, pero sin ningún otro añadido que hubiera sido mejor recibido, como un multijugador en línea. Aún así, el KI clásico desborda tanta actitud que opaca a la nueva entrega.
Killer Instinct, hace un regreso, si bien no triunfal, sí digno de la plataforma y los tiempos que vivimos; propone un estilo de juego único y divertido pero que no alcanzará su potencial hasta que no tengamos versiones más completas del mismo. Se rumora que cuando esto pase incluso se venderá una edición física, eso también le ayudaría bastante, pero por ahora, es bueno comenzar la nueva generación con un fighter, aunque éste no justifique el cambio de plataforma pero ya saben… se los dice alguien que comprará Ultra Street Fighter IV en consolas de presente generación y lo hará de nuevo si lo lanzan para next-gen. Jueguen KI por ustedes mismos y decidan si es el tipo de fighter que prefieren, o juéguenlo por mera nostalgia si quieren, total que “es gratis”.