Review – WWE SuperCard

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Se ha vuelto casi una ley que todo contenido que de material para un juego de cartas intercambiables, lo tenga.

review_wwe_supercardLa WWE más que una empresa de lucha libre es un corporativo mediático. Más allá de los shows de televisión, los pago por evento y las presentaciones en vivo han ofrecido al público todo tipo de contenidos y artículos promocionales. Videojuegos, historietas, álbumes musicales, souvenirs de diversos tipos y hasta películas han ayudado a construir el imperio de la familia McMahon en los últimos treinta años.

Luego del éxito de Magic the Gathering y anexos, se ha vuelto casi una ley que todo contenido que de material para un juego de cartas intercambiables (o al menos pueda ser un vil pretexto) lo tenga. El wrestling era un campo de cultivo perfecto para ejercer esta opción y, por supuesto, ocurrió. Incluso llegamos a ver en América Latina dichas tarjetas como regalo sorpresa de las papitas. Luego de años con éxito moderado en Estados Unidos, la WWE y 2K Games llevaron el concepto a los juegos móviles con WWE SuperCard.

 

Pero ustedes… ustedes ya lo sabían…

El fundamento de WWE SuperCard es emular los fundamentos del juego de cartas real, así como potenciar dicha experiencia tanto como lo permita la plataforma móvil. El comienzo es básico: comienzas con un grupo de tarjetas, que van desde las comunes hasta las casi inconseguibles, cada una con la efigie de una superestrella.

2670165-screen568x568-3Cada carta tiene sus stats particulares. Potencia, resistencia, velocidad y carisma (detalles importantísimo en un entorno como el del wrestling). Dichos datos varían dependiendo de la rareza de la tarjeta y el personaje al que representan, al tiempo que algunas incluirán “habilidades especiales” que aumentan apartados en particular bajo ciertas condiciones. Es, básicamente, el concepto de otras cartas de juego pero adaptado al entorno del pancracio americano.

Entre tu colección de cartas, el juego te permitirá seleccionar a un equipo de cinco luchadores. Del mismo modo, tendrás a tu disposición tarjetas de objetos o luchadores de respaldo, que aumentarán la resistencia y la velocidad de tu personaje. Como es de esperarse, lo más adecuado es elegir una alineación con fortalezas en los diversos apartados, lo cual representa el componente estratégico de este juego.

El juego es social. Es decir, te pondrá a competir contra los equipos que otros usuarios han registrado en el juego. La mecánica es igualmente simple: debes de ganar de dos a tres “caídas”. Cada una representa una modalidad tradicional en la WWE: lucha individual, en parejas o de divas.

Para darle más variedad a su desarrollo, para ganar cada una se tomarán en cuenta diferentes stats. En una ganará el que tenga la potencia más alta, en otras la velocidad y hasta el carisma puede marcar la diferencia. Por ello es importante balancear tus equipos o te quedarás sin luchadores aptos para ciertas luchas. También hay que tomar en cuenta que las partidas duran poco más de un minuto.

Hasta aquí es la jugabilidad básica. Con conocer esto basta para ganar o perder. El resto es un aderezo para darle profundidad a la experiencia y justificar su presencia en la plataforma móvil.

 

“Give me a Hell Yeah!”

Existen dos modalidades de juego. La primera es de exhibición, en la cual tú eliges a un oponente disponible y compites contra sus cartas. El etorno es un ring tridimensional, aunque muy sencillo, al que cada carta que eliges entra por la rampa como en los eventos televisados. Incluso las tarjetas “luchan” en la pantalla, pero es un mero adorno.

La modalidad principal es la del Rey del Ring, la cual se desarrolla de forma automática. Se trata de un camino de luchas contra otros usuarios, cuyos resultados se deciden conforme a tu equipo registrado. Aunque no podrás tomar decisiones en el momento, si podrás aumentar su nivel y potenciar sus stats para salir adelante y subir en la clasificación.

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Para subir las posibilidades de cada carta tendrás que sacrificar una que ya tengas. Eso sí, en cada tarjeta hay un nivel máximo, así que toma en cuenta bien qué cartas dejas y qué personajes entrenas. No te preocupes, que al ir ganando luchas tendrás nuevas cartas al azar para llevar adelante este proceso.

 

“You can’t see me” (¿en serio estamos citando a Cena? ¿en serio?)

Seguro querrás obtener tarjetas más extrañas o aumentar tu colección más rápido. Bueno, es ahí donde el temido componente de los micropagos entra en acción. Paquetes de cartas o tarjetas raras cuestan créditos, los cuales se obtienen con dinero real.

Es normal que el progreso sea lento si no pagas, al punto de que las cartas que obtienes jugando normalmente son de bajo nivel o comunes. Pero lo que sí llama la atención son los precios de las cartas más raras, casi imposibles de obtener sólo ganando: hasta 329 pesos reales por una sola tarjeta… virtual. Es ahí cuando un componente opcional se convierte en un abuso por un titulo “free to play”. Mayuya en persona.

Como divertimento móvil el juego es funcional y, claro, te entetendrá por unos momentos. Incluso, si logra engancharte, tiene el potencial de ir más allá al ponerte a seleccionar las cartas más adecuadas, entrenar a tus luchadores. En ciertos casos, incluso podría dar pie a una colección virtual. Por desgracia, como juego es ampliamente repetitivo, propone poco e incluso tanto la interfaz como el aspecto visual (con todo y luchitas) es inferior al de otros títulos digitales de cartas.

Para esta reseña se utilizó la versión de iOS, pero también está disponible para Android.×

score-55Si no eres entusiasta de wrestling estadounidense, difícilmente será de tu interés. Aún menos si no te atraen los juegos de cartas. Si cumples con ambos requisitos, es factible que te entretenga. Pero eso no lo salva de sus carencias aunque, con toda la base de fans de la WWE en el planeta, quizá esté un tanto lejos de ser un juego tan efímero como su desarrollo amenaza.

Ernesto (Neto) Olicón
Colaborador en Atomix.vg. Amante de la pelea videojueguil, en cualquiera de sus presentaciones. Aventurero en mundos mágicos y contador de historias. Periodista de tiempo completo.