Review – Final Fantasy VIII Remastered

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Review Final Fantasy VIII RemasteredHay mucho que decir sobre Final Fantasy. No sólo es una de las series más antiguas e importantes en la industria, sino que, a lo largo de sus más de 30 años de existencia, ha logrado entregarnos experiencias únicas. Cada título nos ofrece un mundo diferente, personajes entrañables, gameplay divertido, música digna de presentarse en un auditorio, y temas que exploran distintos aspectos del ser humano.

Los fanáticos de Square Enix y de la serie de Final Fantasy deben de estar bastante contentos. Aunque hace 20 años la serie no era la más accesible en occidente, rápidamente se convirtió en una de las franquicias más queridas gracias a Final Fantasy VI (previamente conocido como III) y a Final Fantasy VII. Ambos títulos pueden ser considerados “el mejor RPG de la historia”, pero más importante, han logrado una conexión con el público, ya sea por la historia, personajes o temas. Lo que empezó con un pequeño juego en 1987 y que logró salvar a una compañía de la bancarrota, rápidamente ha evolucionado en una propiedad intelectual que es especial para muchos de nosotros.

Después del éxito comercial y crítico que fue la séptima entrega, Squaresoft (como antes se le conocía a Square Enix) tenía una gran tarea, entregarle al público una experiencia que fuera diferente, pero al mismo tiempo capitalizar en los conceptos que fueron populares. Final Fantasy VIII fue, en su momento, bien recibido, sin embargo, con el paso del tiempo, llegó a ser considerado una de las peores entregas en la serie. Conforme vimos una evolución en el género, la gente veía a la sexta y séptima entrega numérica como parteaguas de los RPG, ofreciendo un gameplay que estaba involucrado en la historia y mundos que no se podían encontrar en ningún otro lado. Lamentablemente, FFVIII no logró conectar con la audiencia de la misma manera.

Sin embargo, el tiempo lo cambia todo. Han pasado 20 años desde el lanzamiento original de Final Fantasy VIII en PlayStation One, así que, en celebración, Square Enix ha remasterizado esta entrega y ahora es más accesible, debido a encontrarse disponible en prácticamente todas las consolas actuales.

¿Cómo reseñas un juego de hace 20 años? ¿Lo evalúas con los estándares actuales? o ¿por los que se tenían en 1999? ¿Es Final Fantasy VIII tan malo como se nos hace creer actualmente? o ¿en realidad es una gema oculta? ¿Qué representa este juego actualmente? ¿Los temas que fueron tan importantes para una comunidad japonesa de finales de los 90 siguen resonando en 2019? Acompáñenme a resolver estas dudas en esta Atomix Review.

Tan importante como hace 20 años

Final Fantasy VIII continúa con la tendencia de la sexta y séptima entrega de la serie en dejar de lado los aspectos más medievales y de la fantasía europea, para explorar un mundo tecnológico. Lo que empezó con una combinación del steam-punk con Final Fantasy VI, dio lugar a la creación de lugares como Midgar en Final Fantansy VII, y culminó con Galbaldia y Esthar, ciudades modernas de FFVIII que sufren de una crisis post guerra, conocida como la Sorceress War.

La sociedad se ha militarizado a tal punto que los huérfanos de la guerra viven en institutos en donde entrenan para convertirse en soldados. Nuestro protagonista, Squall Leonhart, es miembro de SeeD, un grupo de adolescentes mercenarios de la clase más alta posible. Junto a él, se unen varios compañeros de clase, como Zell Dincht y Selphie Tilmitt, los cuales tiene como primera misión, ayudar a una facción revolucionara, liderada por Rinoa Heartilly, a asesinar al presidente de la nación de Galbaldia y a su embajadora, Ultimecia. En su camino serán asistidos por otro miembro de SeeD especializado en armas de fuego, Irvine Kinneas, y la maestra de clase de Squall, Quistis Trepe.

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La historia inicia con una misión, la cual no tiene ningún tipo de relación con Squall o sus compañeros, simplemente es una tarea que tienen que cumplir. Rápidamente la participación de los personajes principales se vuelve más pro activa, sin embargo, no es una transición adecuada. Squall y el resto de SeeD simplemente siguen ordenes, no es hasta 10, o más horas en la historia, que el personaje principal comienza a involucrarse por sus propias decisiones. Esto puede llegar a ser bastante molesto para las personas, principalmente porque Squall no es tan carismático o no tiene un misterio detrás de él. Simplemente sigue instrucciones, lo cual ayuda al desarrollo temático del juego, pero daña el ritmo narrativo.

Como mencione con anterioridad, el mundo de Final Fantasy VIII es uno de post guerra. Los protagonistas no tienen padres, lo cual se ve reflejado en su conducta y en la personalidad de emo que tiene Squall. Son niños que fueron lanzados a la adultez sin la oportunidad de disfrutar la vida. La distancia emocional que existe entre el protagonista y el resto de los personajes es algo que naturalmente se entiende por el contexto del juego. Este tema es el principal del título, el cual tiene mucha relación con la juventud japonesa de los 90 y la mundial actual.

Squall es diferente a otros protagonistas de la serie. No es un súper soldado con un daño cerebral. No es el último miembro de una raza de criaturas mágicas. No es el arma definitiva que salvará o destruirá a la humanidad. Simplemente es un niño quejumbroso que actúa de la forma más realista posible.

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Los 90’s son conocidos como la “Década Perdida” dentro de Japón, donde la dinámica familiar se vio afectada por muchos factores, incluido el mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial y el crecimiento económico de Japón en los 80’s, lo cual provoco el cuestionamiento de la calidad y el significado de la vida en respuesta a estos efectos. El entorno más realista del juego, los temas de los adultos jóvenes y el vestuario occidental del elenco evocan el surgimiento de dramas adolescentes en televisión, y su entorno de escuela militar refleja la tendencia de enviar adolescentes a academias militares e internados en los Estados Unidos durante la década de 1990.

Neon Genesis Evangelion es un ejemplo de este tipo de historias en Japón. De igual forma, juegos contemporáneos a FFVIII, como Metal Gear Soilid, tocan temas militares que son similares.

Final Fantasy VIII marca el giro de la serie hacia un género de “adultos jóvenes”, similar a la literatura. Fue diseñado para ser brillante y fresco, una inversión que combina la atmósfera de los dos juegos anteriores. Esta decisión se manifiesta en los diseños de ubicación y en los colores de uso, como el tono de aguamarina y rosa del Jardín Balamb o el diseño general de Esthar, e incluso las ubicaciones devastadas por la guerra y azotada por la pobreza, como el Jardín Trabia, se muestran como soleadas, vibrantes y animadas, a diferencia de la oscura atmósfera de los barrios bajos oprimidos presentados en Final Fantasy VII.

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De igual forma, en varias secciones del juego, perdemos el control de Squall y sus compañeros, para ponernos en los pies de Laguna, un mercenario que combatió en la guerra y ahora trata de vivir en un mundo en donde todo lo que una vez deseo, se ha perdido. Si Squall explora la narrativa desde una perspectiva de adolescente que es obligado a convertirse en adulto, Laguna toca temas que pueden simpatizar con una audiencia más madura, como el dejar nuestros sueños para tener un futuro seguro.

Estas secciones son las más interesantes, debido a que están llenas de misterio. No sabemos por qué tomamos el control de Laguna, ni en dónde estamos, o qué estamos haciendo, simplemente exploramos una historia que puede no estar relacionada con la crisis de Squall, pero eventualmente logra revelar algunos de los puntos más importantes para la narrativa en general.

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Los pilares de cualquier RPG son el gameplay y la historia. Tengo que admitir que Final Fantasy VIII logra su objetivo en este departamento. Tal vez no sea del agrado de muchos, pero no se puede negar su importancia temática. Si Final Fantasy VII fue significativo para Sakaguchi, debido a que incluyó elementos de perdida, después de que su madre muriera; Yoshinori Kitase, en su puesto de director, y Kazushige Nojima, como escritor, crearon una historia que fue relevante para toda una generación.

Afortunadamente estos temas aún son importantes hoy en día. Las nuevas generaciones rápidamente se tienen que enfrentar a nuevos retos sociales y económicos. Las guerras que suceden en el mundo afectan la forma que nos relacionamos con la realidad. La historia y temas de Final Fantasy VIII no sólo fueron relevantes para un Japón de finales de los 90’s, sino que más de una persona en pleno 2019 podrá sentir empatía por Squall y sus compañeros.

You’re the best looking guy here

La historia detrás de la remasterización de este juego es bastante interesante. Como lo reportó Alex Donaldson, editor en VG247, una vez que Square terminaba el desarrollo de un juego, prácticamente hacían borrón y cuenta nueva y, de esta forma, el código original de Final Fantasy VIII se perdió. Sin embargo, para sorpresa de muchos, durante el pasado E3, la compañía japonesa reveló que estaban trabajando en un re lanzamiento con mejoras gráficas, lo cual implicaba mucho dinero y tiempo por parte de ellos.

El proceso no fue fácil, debido a que implicaba prácticamente hacer todo de nuevo, pero gracias a la unión entre el estudio francés, Dotemu, y algunos de los desarrolladores que trabajaron en el proyecto original, el resultado final es de admirarse. Hiroshi Harata, quien trabajó como programador de batalla en el original FFVIII, se encargó de supervisar el desarrollo de este proyecto. Tomohiro Kayano, quien fue director de modelos de personajes, también ha regresado para supervisar la creación de los nuevos modelos 3D de los personajes. Pero el más notorio del equipo original en regresar, es Tetsuya Nomura, quien originalmente hizo el diseño de personajes, y ahora superviso la remasterización.

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Aunque el lanzamiento original fue un parteaguas en el departamento gráfico para Final Fantasy, debido a que se dejó en el pasado los modelos con bloques, que podemos encontrar en FFVII, y se optaron por proporciones más humanas en la octava entrega, sin embargo, el tiempo no ha sido muy amigable. Todos recordarán el meme de “you’re the best looking here”, en donde se ve el modelo de Squall practicante como un monstruo.

Similar a lo que vimos en Final Fantasy X / X-2 HD Remastered, cada personaje de la octava entrega ha recibido un cambio gráfico bastante sustancial.  Los modelos, como los de Squall, Rinoa y Laguna, ahora se parecen más a sus contrapartes de juegos más recientes. De igual forma, cada elemento en el diseño es más detallado y limpio. Armas, enemigos y los summons también han sido remasterizados para verse a la par de los personajes.

En cuanto al resto de los elementos gráficos, casi todo ha tenido antialiasing, es decir, se han suavizado las texturas, especialmente las que están en las esquinas. Los fondos han mejorado y se les han aplicado bilinear filtering, con lo cual los elementos pre rendereados no se distorsionan, y así logran ocultar los pixeles. Sin embargo, cuando te acercas a la pantalla, se empieza a difuminar la imagen un poco.

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En cuanto a las emblemáticas cinemáticas de FMV (full motion video), también han sido trabajadas, y ahora se encuentran a una resolución de 1080p, sin embargo, el formato original de 4:3 aún sigue en uso. Es una lástima no ver el juego a 16:9. Por su parte, el juego sigue empleando una cámara fija, la cual se usa para enfatizar ciertos ángulos y acciones.

El mundo que nos presenta Final Fantasy VIII es uno militar, industrializado y moderno, es por eso que todas las locaciones reflejan este aspecto. A diferencia de entregas pasadas, casi no hay pequeños pueblos de campo, y si los hay, normalmente están destruidos a causa de la guerra. En su lugar tenemos grandes ciudades que toman inspiraciones de locaciones reales, como Paris, Francia; campamentos gubernamentales llenos de vehículos y soldados; y las escuelas de SeeD que combinan a las instituciones escolares con la tecnología moderna.

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Este es un caso bastante único, debido a que la mayoría de los juegos de Final Fantasy nos presentan con locaciones que no tratan de alejarse mucho de la estética que es asociada tradicionalmente con la serie, es decir, pueblos mágicos, alguna ciudad enorme y templos antiguos. Solamente Final Fantasy VIII, XIII y XV han tratado de alejarse de esta ideología.

Sin duda alguna, llevar Remastered en el título es algo que Final Fantasy VIII se lo ha ganado. El aspecto gráfico ha sido actualizado y se ve mejor que nunca. De los tres juegos de PlayStation One que se encuentran disponibles en las consolas actuales, esta entrega es la que mejor se ve. Dotemu realizó un gran trabajo.

Ojos en el hombre con la metralleta

Todos conocen a Nobuo Uematsu. Es uno de los más grandes compositores japoneses y su trabajo en Final Fantasy VIII es uno de los mejores. Aunque no hay muchas melodías que se han vuelto clásicas, si logran cautivar el momento de la escena. Canciones como Man With a Machine Gun y Liberi Fatali, probablemente sean las favoritas de muchos, debido a su gran nivel de composición y el uso en la historia. Desearía decir que todo el soundtrack es igual de icónico, pero la realidad es otra.

Otra canción de este estilo, es Eyes on Me, que Uematsu escribió y produjo para la diva del pop de Hong Kong, Faye Wong, la cual vendió un récord de 400,000 copias, ubicándolo como el disco musical de videojuegos más vendido en Japón hasta el lanzamiento de “Hikari” de Hikaru Utada para Kingdom Hearts. Ganó la “Canción del año (música occidental)” en la 14a. Entrega Anual de los Gold Disc Awards de Japón en 1999, la primera vez que una canción de un videojuego ganó este honor.

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Por su parte, la versión remasterizada no cuenta con un mejor soundtrack. Sólo tenemos a nuestra disposición las originales composiciones del PlayStation One. No mal interpreten, estas siguen siendo geniales, pero me hubiera gustado ver algo similar a FFX y X-2 HD Remastered o FFXII: The Zodiac Age los cuales te dan la opción de elegir entre el ost original y uno remasterizado. Esta decisión probablemente se dio debido a que estas opciones no fueron bien recibidas por el público y Square Enix decidió evitarse algún tipo de controversia innecesaria.

El talón de Aquiles de FFVIII

Como lo mencione anteriormente, los dos pilares fundamentales de un RPG, son la historia y el gameplay. FFVIII cumple con el primer punto, pero si la historia vale algo, parece que el combate no logra una ejecución exitosa. Para aquellos que no lo sepan, un RPG, involucra exploración, enfrentamientos random y muchos números. Continuando con los pasos de la entrega pasada, nuestra party sólo estará compuesta de tres personajes.

Esta entrega utiliza un nuevo sistema de progresión que es odiado por la mayoría de los fans, me refiero al Junction System, el cual le pide mucho al jugador. Toda la personalización que se le puede hacer a los personajes gira alrededor de este sistema. Ya no simplemente es subir de nivel y elegir algún tipo de equipo que nos haga más fuerte.

El Junction System no está relacionado con la historia y temas de la narrativa, a diferencia de las Esper de Final VI o la Materia de Final VII, lo cual es muy lamentable. En su estado puro, los personajes sólo pueden realizar una acción: atacar. Sin embargo, una vez que tenemos acceso a summons o, como son conocidos en el juego, Guardian Forces (GF), lograremos tener acceso a comandos que nos permiten usar magia, emplear a los GF en batalla, utilizar ítems y acciones similares.

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Sin embargo, sólo estamos limitados a cuatro comandos, de los cuales uno es ataque, así que hay que elegir de manera correcta las combinaciones que usaremos. Dependiendo del GF, los comandos podrán variar, algunos serán más ofensivos, otros defensivos, o estarán enfocados a dar soporte. Todo depende de tu estilo de juego.

Como mencione, los GF son summons que podemos utilizar en cualquier momento y pueden llegar a ser considerados otros miembros de tu party, debido a que pueden subir de nivel, aprender habilidades y tienen sus propios stats que afectarán su desempeño en cada enfrentamiento. Esto nos lleva al primer problema de gameplay, los GF son sumamente poderosos, no hay un balance de dificultad adecuado y no hay algún tipo de repercusión por usarlos constantemente. Rompen el juego y le quitan el reto al título, y protagonismo a los personajes.

Uno de los aspectos más interesantes, y que sin duda es un foco de controversia, es el uso de magia. A diferencia de entregas pasadas, en donde simplemente puedes comprar Fire y gastar puntos mágicos, en FFVIII obtienes magia de los enemigos y su uso depende de cuántas tienes disponibles al momento (como en Final Fantasy I y III). Esto sin duda, crea una relación bastante interesante entre el jugador y los enemigos. Ya no es simplemente atacar, ahora tienes que considerar que puedes obtener en cada enfrentamiento.

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La magia no se utiliza solamente para atacar, tiene otra funcionalidad que va de la mano con el Junction Sytem, pero que, al mismo tiempo, puede resultar contraproducente para el jugador. En esta ocasión, no existen las armaduras, si queremos hacernos fuertes y resistir más, necesitamos utilizar la magia en nosotros. Por ejemplo, si deseamos mejorar nuestra defensa, tendremos que anexar Protect o Life a esa stat, y dependiendo de cuántas tengamos a nuestra disposición, es que tan efectivo sea, siendo el máximo 100.

Lo malo de esto, es que, si queremos usar Protect o Life durante un combate, nuestra defensa disminuirá. Esto también aplica para resistencia contra un elemento o para infligir cierto daño elemental con las armas.

Por su parte, aunque si podemos mejorar nuestro armamento, no tiene gran importancia. No podemos ir a una tienda a conseguir la espada con pistola más novedosa en el mercado, primero tenemos que tener acceso a una revista que nos mencione la disponibilidad de cierta arma y luego conseguir los materiales necesarios para crearla. Aunque, para ser sincero, esto es innecesario, la verdadera fortaleza proviene del Junction System, no tanto del arma equipada o el nivel del jugador.

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Al igual que Final Fantasy II y Final Fantasy X-2 este sistema de progresión es controversial. Aunque en primera instancia, todo suena muy atractivo y único, una vez que lo pruebas, te das cuenta que FFVIII da un paso hacia adelante y dos hacia atrás. El Junction Sytem es más complicado de lo que debería ser; si queremos usarlo de la manera correcta, limita las opciones que tenemos a disposición en combate; pero su desgracia más importante, es que hace completamente irrelevante la forma en que tu party está compuesta, debido a que ninguno tiene una habilidad o uso único.

Cada personaje tiene acceso a un limit break, similar a los ataques de desesperación de Final Fantasy VI, los cuales se activan cuando un personaje se encuentra a punto de morir. Una diferencia notable entre este sistema y la función de ataque de desesperación, es que el jugador puede optar por atacar normalmente incluso si hay un limit break disponible. La posibilidad de que esto suceda, aumentará cuanto más bajo sea el HP del personaje, entre otros factores, en un sistema denominado “nivel de crisis.”

Las secuencias de limit break de varios personajes son interactivas y requieren que la habilidad del jugador alcance su máximo potencial de daño; si se realiza correctamente, estos límites de interrupción interactivos pueden ser mucho más potentes que los no interactivos.

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Pero si lo tuyo no es tanto el combate, pero si las cartas, estas de suerte. FFVIII introduce Triple Traid un juego que funciona como predecesor al mejor Tetra Masters de FFIX. Este minijuego, al igual que el Junction System, es algo complicado, aunque adictivo una vez que entiendes como se juega. El objetivo es acomodar cartas de cierta forma que sean más fuertes que las que tu contrincante está usando.

La remasterización incluye un par de agregados que harán que tu experiencia sea más placentera. Primero, tenemos la opción de hacer que el juego corra tres veces más rápido, esto no aplica en las cinemáticas, pero hará que el combate y las áreas de exploración sean bastante veloces. El segundo agregado es la habilidad de no tener encuentros random, lo cual igual agiliza tu avance. El tercer, y último agregado para las versiones de consola, es el asistente de batalla, el cual te vuelve invencible y tienes acceso a los limit breaks en todo momento. Si planeas adquirir Final Fantasy VIII Remastered en PC, también tendrás acceso a la habilidad de conseguir dinero infinito, todas las cartas de juego y casi todas las habilidades, con tan sólo presionar un botón.

Controversial, pero único

Final Fantasy VIII es único. Es el menos recordado de la trilogía de PlayStation One. Es criticado día y noche por su controversial sistema de progresión. Sin embargo, es un buen juego. La historia empieza algo lenta, pero eventualmente llega ser muy entretenida, llena de elementos interesantes. La temática juvenil logró conectar con una generación hace 20 años, y lo volverá a hacer. El aspecto visual de esta remasterización es un gran trabajo lleno de dedicación que preservará al juego mucho mejor que el original.

Sin embargo, el Junction System le hace mucho daño al juego. No es malo, pero si poco intuitivo y se contradice a sí mismo. Lástima que este pilar afecte tanto a una experiencia que es muy agradable.

Square Enix, actualmente está trabajando en el remake de Final Fantasy VII, lo cual parece ser un trabajo monumental. Esperemos que, en el futuro, la compañía japonesa se de un tiempo y vea aún más hacia el pasado y nos dé la oportunidad de revivir juegos como Final Fantasy V y VI, de la misma forma que III, IV y VIII han sido revividos.

Sebastian Quiroz
27 años. Editor en Atomix.vg. Consumidor de la cultura pop.