Reseña: Splatterhouse

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Se que muchos de ustedes esperaron más tiempo del que deberían por esta reseña, los comprendo, yo también esperé más tiempo del debido para poder hacerla y es que aunque aparentemente la gente de Namco Bandai Games nos mandó el juego a tiempo por alguna extraña razón vine a recibirlo hasta hace un par de días, cosas que pasan supongo. El punto es que por fin tengo Splatterhouse en mis manos y cada que lo sostengo en ellas no dejo de sentirme con esa sensación que va de lo temeroso a lo asquerosamente disgustante, Sí , Splatterhouse hace que te sientas mal por jugarlo, hace que te sientas…culpable.

Siempre fui muy fan del original Splatterhouse, esto ligado aunque también siempre he sabido apreciar “las delicias” y el muy particular modo de las cintas de cine B y todos sus subgéneros, este humor, actitud y sentimiento que estos filmes nos presentan se ha intentado transportar a los videojuegos con moderado éxito y sin que haya aún el suficiente número de juegos para considerar que existe. Uno de los más grandes exponentes siempre fue Splatterhouse y es por eso que miles de fans alrededor del mundo lo han convertido en una franquicia de culto que como todo lo que recibe esa denominación, no es ni bueno ni malo pero de alguna manera y para ciertas personas funciona.

Antes de poner Splatterhouse en tu consola (xbox 360 y/o Playstation 3) y si eres ajeno a este grupo de practicantes de “el culto” yo te recomendaría lo pensaras 2 veces, este es uno de sus juegos que en definitiva no son para todos y si no eres uno de los objetivos lo odiarás tanto que vomitaras… de lo contrario probablemente también vomites pero te gustará y es que de eso se trata Splatterhouse y el género que representa, que quede bien claro que hay que saber distinguir entro lo que realmente está mal hecho y entre lo que está tan realmente mal hecho deliberadamente que es “parte del encanto”.

Splatterhouse es un reboot de su primera encarnación así que la historia y muchos de los elementos que se nos presentan son los mismos del clásico de antaño. Todo empieza cuando en una noche tormentosa Rick, un perfecto perdedor, y Jennifer, su increíblemente sexy y amorosa novia, entran a la mansión del Dr. West justo en el momento en que, literalmente, el infierno y cosas peores están por ser desatadas en el lugar. Jenni es secuestrada y Rick herido de muerte sin saber a ciencia cierta como; rick agoniza viendo como su alrededor se tiñe con su propia sangre y justo antes de su muerte escucha una voz que le hace una oferta imposible de rechazar: “no tiene por qué ser así Rick, ella no tiene por qué morir”

La voz corresponde a la máscara del terror, una fuerza misteriosa que se ofrece para ayudar a su portador a cambio de que este le deje saciar su sed de sangre y para esto convirtiéndolo en algo más. Con esto Rick regenera su maltrecho cuerpo, gana unos cuantos kilos de músculo y habilidades más allá de este plano. Y así comienza su descenso a las profundidades por el rescate de su amada.

Esa es a grandes rasgos la historia, simple y llana pero funcional y sorprendentemente bien contada  a través del juego  a veces en cinemas, a veces en cutscenes en tiempo real y todo el tiempo en grabaciones y otras pistas que ayudan a entender un poco lo que está pasando además de los siempre acertados comentarios de la máscara cargados de sarcasmo, mal gusto e insultos, a veces incluso tan por encima de tono que ta dará (o debería darte) pena jugar esto en público. Los diálogos de la máscara son de hecho uno de los grandes atractivos del juego, interpretado por Jim Cunnings, este no dudará en insultar a enemigos o a ti por igual, siempre tiene una manera en extremo de mal gusto de describir situaciones y otras veces (también de mala manera) jugará con tu mente en una especie de ruptura de la cuarta pared donde sus comentarios ya no son parte de lo que sucede dentro del juego sino más bien referencias a este vistas desde fuera como un usuario más.

La presentación en que “se sirve” el juego también es bastante exagerada y siempre resaltando aquello que no es agradable a la vista, es decir, es bastante buena, con ambientes oscuros y desagradables y gráficas cel shaded tipo comic que le sientan muy bien y ayudan a elevar el absurdo de la violencia que maneja. La sangre y todo el gore incluido van de lo abundante a lo ridículo, tanto en apariencia como en cantidad.

El gameplay desgraciadamente no es el mejor aspecto del juego, si bien no esperabamos mucho en este apartado ya que sinceramente Splatterhouse nunca se destacó por ser un juego excepcional, pero si tiene algunos problemas un tanto graves en cuanto a consistencia de ritmo, ajuste de cámara y secciones de plataformas que no tienen nada que estar haciendo aquí. Vamos por partes: Esto es un beat’em up, no hay ciencia en ello y es entendible que la jugabilidad se base en atravesar áreas y áreas llenas de enemigos de buena dificultad a costa de ser repetitivos, es parte del género y está bien, es divertido y hasta sirve como liberador de tensión, pero hay problemas en cuanto a la manera en que estás zonas están hiladas, lo que haces antes y a veces hasta durante ellas. A veces es un cutscene sobrante lo que estorba, a veces se cruzan lugares con plataformas o varios niveles que dificultan y frustran la experiencia pues es obvio que nuestro personaje no fue diseñado para saltar y a todo eso le sumamos un control de cámara que nunca termina de ayudar y al contrario hay ocasiones en las que hasta parece un enemigo más con el cual hay que lidiar. Hablando de enemigos la variedad es poca y no muy de rescatar, algunos jefes tienen buen diseño y en general todos presentan muy buen reto, sobre todo en dificultades avanzadas pero nunca nadie termina de destacar y los otros problemas de valores del juego hacen que estos pasen sin pena ni gloria.

Mención aparte merecen ciertas partes del juego donde la cámara se vuelve fija y limitada u otras donde el gameplay cambia a 2D en un intento de rendir tributo a los originales Splatterhouse, el problema es que la manera de controlar a Rick no cambia y eso que estas secciones 2D sean agradables sólo a la vista pero un verdadero sufrir para jugar.

En cuanto al progreso y desarrollo de habilidades a través de los distintos capítulos que componen el juego, tenemos que la sangre que la máscara tanto clama va llenando medidores con “unidades o puntos sanguineos” que te permiten desbloquear más ataques y características especiales para Rick; la variedad es buena sin llegar a más. A través de los niveles también tendrás que ir encontrando elementos que desbloquean la historia según los diarios del Dr. West, también tendrás que ir encontrando fotografías (en pedazos) de Jenni, las cuales corresponden a la muy privada colección de Rick y que son material más que sugestivo, y es que claro que sería de un producto gore sin su buena dosis de desnudos femeninos.

El juego es corto sin que se sienta desperdiciado o no terminado y tiene algunos extras que harán que pases más tiempo jugando, si así lo quieres, como los modos “arena” o de supervivencia donde tienes que aguantar y probar tus habilidades ante hordas y hordas de enemigos, ya incluso contamos con material descargable para este apartado. Uno de los mejores y más agradecidos bonus de este juego es que puedes desbloquear los 3 primeros Splatterhouse, al menos ports decentes, lo que me lleva directo a la conclusión de esta reseña que es que si eres muy muy fan de esta saga encontrarás varios elementos que lo hacen un regreso más que digno, Splatterhouse sigue manteniendo y poniendo en alto esa barra de aspectos que lo hicieron la franquicia de culto que es, más también sigue sin mejorar sus mecánicas de manera que pueda llegar a ser un producto destacable, los errores que comete lo hacen ver como un juego que no pertenece a esta generación y lo dotan hasta de cierta ingenuidad que no vemos muy a menudo últimamente y que no le favorece. Amenlo u odienlo, Rick está de regreso y su incomodo compañero es más desagradable, vulgar y brutal que nunca. Welcome to the SplatterHouse!

Score: 7.0

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg