Reseña: Sleeping Dogs, bienvenidos a las calles de Hong Kong

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¿Qué es lo que hace atractivo a un juego sandbox o de mundo abierto en este 2012, cuando parece que lo hemos visto todo? Tal vez es una pregunta muy complicada de responder. Sobre todo si tomamos en cuenta que los gustos y necesidades que persigue todo jugador son diferentes. Hay quienes disfrutan de recorrer ese mundo de fantasía frente a su pantalla, otros pueden pasar cientos de horas manejando por las calles y otros tantos se comerán el juego explorando cada rincón con la determinación de cumplir cada una de las misiones. ¿Qué les parece la idea de recorrer las calles de Hong Kong y combatir a las triadas? Ésta es la reseña de Sleeping Dogs.

De no ser por Square Enix, este juego nunca hubiera visto la luz. La compañía japonesa rescató este proyecto de United Front Games, que en su momento tuvo el nombre de True Crime: Hong Kong, para convertirlo en lo que conocemos como Sleeping Dogs. Suena un poco extraño pensar que los creadores del título tan divertido de Modnation Racers para el PS3 se hayan aventurado a desarrollar un juego así.



Analicemos la situación: ¿Por qué un estudio como United Front Games estuvo a punto de cancelar este juego? Tal vez los creadores de ModNation Racers pecaron de ambiciosos. Tal vez el talento y presupuesto no fueron suficientes, aunque la verdad ellos sólo lo saben. Pero puede que Square Enix haya visto mucho potencial como para tomar y rescatar el proyecto para esta generación.



Es inevitable comparar a un título como Sleeping Dogs con otros similares o iguales a su género. Esto no necesariamente quiere decir que sea malo, al contrario: esta es una secuela espiritual de la serie de True Crime que vimos hace muchos años en otras consolas y que era comparada con GTA, pero desde una perspectiva policiaca. Sleeping Dogs es una mezcolanza de varios juegos: cuenta con una trama similar a la que hemos visto en Yakuza, pues hay una mafia, que en este caso se traduce a las triadas de Hong Kong. El mundo abierto del juego es enorme y fue creado hasta el mínimo detalle, cosa que ya hemos visto ejecutada en GTA casi a la perfección. También veremos elementos de Driver con las secuencias de persecución y, por si fuera poco, agréguenle ese clásico estilo de cine de John Woo. Básicamente, esto es Sleeping Dogs.



El bueno y el malo
La discordia entre el bien y el mal es una constante en casi todos los juegos. ¿Elegir ser bueno o malo es una decisión que a menudo tenemos que tomar en un juego. Sin embargo, en Sleeping Dogs podemos ser las dos y al mismo tiempo. ¿Cómo es eso posible? Es aquí en donde entra el personaje de Wei Shen, un policía de San Francisco que ha sido reubicado en Hong Kong pero encubierto. Si misión será acabar con los líderes de las triadas, grupos de mafiosos que abundan por la ciudad en pelea de un territorio y su dominio.



Con Wei tendrás una doble misión: jugar al bueno y al malo. Como maleante tendrás que ganarte el respeto de todos los miembros de las pandillas y recaudar dinero, además de cumplir con toda clase de misiones que implican extorsionar gente, golpear a integrantes de la otra mafia, persecuciones intensas, etcétera. Es decir, cometer toda clase de delitos sin ser castigado. El trabajo de Wei requiere ganarse el respeto y dignidad de todos los miembros y ser el hombre de confianza de uno de los líderes de las triadas para que, llegado el momento, pueda capturarlo.



Por otro lado, en su papel de policía, Wei tendrá que recorrer el enorme mapa y ciudad para junar todas las pistas posibles que vinculen a los miembros de las triadas en el tráfico de drogas. Debo decir que encontré más emoción jugando a ser malo que bueno, pero supongo que es cuestión de gustos. Para navegar en este inmenso mapa, puedes tomar “prestado” o, mejor dicho, “robado” cualquier vehículo que desees y esto incluye motos. De hecho, en el papel de malo, por cada misión que cumplas se te recompensa con dinero, mismo que sirve para comprar nuevos autos, ropa para tu personaje, comida, entre otras cosas. Después de todo, Wei es un tipo de la mafia y policía que debe vestir con estilo y manejar un buen auto.



Acaba con 10 hombres al mismo tiempo
El sistema de combate es uno de los atributos principales del juego. Aquellos que lo jueguen de inmediato lo van a comparar de alguna forma con el sistema que hemos visto en los dos últimos juegos de Batman. Pueden terminar con más de 10 enemigos sin recibir un solo golpe. Todo es cuestión de presionar el botón adecuado en el momento preciso para bloquear el golpe y contraatacar. Los golpes son brutales, hay varias combinaciones que involucran el uso de puños, patadas y agarres especiales. El sonido de los golpes es impresionante: puedes escuchar cómo se rompe un hueso. Los alrededores de cada escenario funcionan como elementos que puedes utilizar a tu favor en un combate.



Por ejemplo, en una pelea dentro de un antro puedes estrellar de cara a un enemigo contra el cristal de una pecera. También podrás hacerlo contra una caseta telefónica o cerrar la reja de un local contra el pecho de un enemigo. Todo esto, acompañado de un sistema de defensa y ataque de Wei, que es especialista en arte marciales. Esto es genial. A pesar de ser un punto atractivo del juego, a veces el control no es tan responsivo y en muchas ocasiones acabaron conmigo en cuestión de segundos. Además, es un tanto extraño ver cómo los enemigos atacan por turnos, así que es bastante predecible de dónde vienen los golpes.

El juego está diseñado para desbloquear nuevas habilidades, tanto de policía como de maleante. Éstas implican manejo de armas, golpes potentes cuando uno está en el piso, poder desarmar a los enemigos sin recibir daño, activar el famoso efecto de “bullet time” para ponerle más dramatismo a las escenas, entre otras cosas. Eso se consigue al ganar prestigio o experiencia en cada situación. Las misiones secundarias implican realizar toda clase de favores a diferentes extraños: desde cobrar deudas, hasta entregar dinero en un restaurante o ayudar individuos en diferentes circunstancias. Estas misiones están disponibles por toda la ciudad. Incluso en tus tiempos libres puedes ir a apostar en peleas de gallos, apostar en carreras en lanchas y participar en persecuciones delirantes por las estrechas calles y techos de los edificios y barrios bajos de Hong Kong. También puedes ir al templo a rezar o al salón de artes marciales a aprender nuevos movimientos a lo largo del juego. Hay muchas cosas que hacer en las calles de Hong Kong.



¿Hay tiempo para romances?
Wei podrá pasear por las calles de Hong Kong a varias chicas lindas o, si está muy estresado, ir a una sesión de masajes. No se ve nada: no se emocionen. De hecho, algunas de las actrices tan populares como la hermosa Emma Stone y Lucy Liu prestaron sus voces para dar vida a algunos de los personajes. El combate luce tan realista gracias a que el estudio contó con la ayuda del campeón de la UFC, George St. Pierre.



En Sleeping Dogs te penalizan por cada cosa mala que hagas. Es decir, si destruyes un poste o algo de la calle, te descuentan dinero. Si atropellas a civiles también o incluso si golpeas a otro auto. Todo se castiga. De esta forma buscan que, de no ser porque una misión lo requiera, juegues con mucho cuidado durante todo el título para evitar quedarte en bancarrota. Sin embargo, pocas veces te meterás en problemas con la autoridad por hacer este tipo de cosas. Sin importar la misión o papel que tengas en ese momento (bueno o de malo), parece que la autoridad a veces simplemente no existe. Qué raro.



Las animaciones de los personajes y gráficos lucen aceptables, mas no es el fuerte del juego. Claramente los puntos más atractivos son la libertad de exploración y cómo fue recreado de manera ficticia Hong Kong, sus calles, gente, locales, todo, así como la variedad de misiones que hay por hacer en cada uno de los papeles de Wei. Este juego retrata, de alguna forma, la venganza de este policía con las triadas, quienes son responsables de un terrible pasado relacionado con su familia.

En general, Sleeping Dogs es un buen juego. Me alegra que Square Enix lo haya rescatado. Y aunque muchos pueden tacharlo de ser una vil copia de otros juegos, más bien los toman como una gran influencia y adaptan lo mejor de cada uno. No tiene la perfección de un GTA, pero es un buen juego que, de alguna forma, nos refleja el ambiente, lo crudo y peligroso que puede ser una ciudad como Hong Kong. Si eres amante de los juegos de sandbox, seguro lo disfrutarás durante muchas horas por la cantidad de cosas por hacer y con un buen diseño en el sistema de combate buscarás a toda costa meterte en toda clase de peleas para experimentar y probar nuevos movimientos y técnicas brutales.

Nota: La versión que jugué fue de Xbox 360.

Score: 8.0

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg