Ahora que los bolsillos del barrio están vomitando dinero por ese “jugoso” aguinaldo –una de las mejores cosas que tiene esta temporada, seguida muy de cerca por la ridícula cantidad de cerveza y comida que puedes encontrar en prácticamente cualquier reunión–, ha llegado uno de los momentos más difíciles para todo buen mexicano y que tiene ver con la respuesta a una simple pregunta: ¿en qué chin$%@+ me voy a gastar este dinero?
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