El mayor error de los adultos es llegar a la tienda y decir cosas tan vagas como: quiero un juego para Xbox, quiero el nuevo Mario, estoy buscando uno para mi niño de ocho años, quiero uno barato; sí, es tan vago como pararte en la librería y pedir lo último que les llegó. No es lo más conveniente comprar la versión para niños de una gran novela, obligarlos a leer el Quijote a los 10, ni tampoco esperar que elijan los que a nosotros nos gustan por la historia, mecánicas y personajes. El niño es muy listo y podemos animarlo, sin embargo, no tiene ni la experiencia ni los antecedentes que nosotros sí. ¿Entonces cómo elegir uno para ellos?
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