5 grandes decepciones de Kickstarter

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Kickstarter ya es parte de la historia del gaming. Dicha plataforma permitió que el crowdfunding se convirtiera en toda una realidad para el medio, siendo la única responsable de que ciertos juegos extremadamente de nicho, pudieran ver la luz del día. A lo largo de la historia del sitio web, tenemos un montón de grandes momentos en los que ese juego tan especial, se pudo concretar, dejando satisfechos a propios y a extraños; sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues también hemos vivido momentos de verdadero terror en los que las promesas simplemente no se cumplieron. A continuación te presentamos a las que para nosotros, han sido las cinco más grandes decepciones de Kickstarter, obviamente, relacionadas a videojuegos.

Star Citizen 

Probablemente, uno de los proyectos más ambiciosos en toda la historia de Kickstarter que hasta la fecha, seguimos sin saber cuándo es que tendremos un producto final entre las manos. La historia de Star Citizen es verdaderamente caótica. Luego de que en 2012 se juntaran más de $2 millones de dólares para su desarrollo, el juego se comenzó a salir de control por un marcado exceso de ambición de Chris Roberts, quien a través de diferentes medios ha seguido juntando dinero para hacer crecer más a un título que actualmente, no tiene para cuando salir. Vale la pena mencionar que algunos de los backers decidieron demandar al estudio, pero no consiguieron que su dinero les fuera devuelto hasta ahora.

Yooka-Laylee 

Todo sonaba increíble. Las mentes detrás de cosas como Banjo-Kazooie estaban de vuelta para crear un nuevo juego de esos que nos cautivaron en las épocas doradas de Rare, inclusive, el mítico David Wise estaría para hacerse cargo de la música. Después de que en tan solo unas cuantas horas se sobrepasara por mucho lo que Yooka-Laylee estaba pidiendo en Kickstarter, finalmente fue tiempo de que se nos entregara el producto final. El título no es desastroso ni mucho menos, sin embargo, se nota que el tipo de desarrollo que tuvo, sí terminó afectando a la parte artística, pues tuvimos un platformer 3D sumamente mediocre y falto de esa magia de los juegos a los que supuestamente se les hacía tributo. Repito, no es malo, pero está lejos de lo que la mayoría de quienes lo apoyaron en Kickstarter, estaban esperando.

Godus

Para machos de nosotros no existe un mayor vende humo en el medio que Peter Molyneux, diseñador de videojuegos francés que luego de éxitos como el de Dungeon Keeper, Black & White y Fable, comenzó a perder el piso de una manera muy marcada, pues cada vez que tenía una nueva idea para un proyecto, comenzaba a hacer todo tipo de promesas fuera de proporción. Ya con Kickstarter en auge, el desarrollador no se pudo resistir, así que comenzó con la campaña para financiar Godus, sucesor espiritual de Populous. Justo como algunos anticiparon, el juego se quedó corto en todo sentido, esto sin mencionar que algunas de las versiones prometidas cuando el título se estaba financiando, jamás se convirtieron en realidad. Una vez más, Molyneux demostró ser alguien en quien evidentemente, no se puede confiar.

Mighty No. 9

Antes de Mega Man 11 y de las últimas colecciones publicadas, Capcom tenía en el completo olvido a su icónico personaje. Ya estando fuera de la empresa y ante tal situación, Keiji Inafune, considerado como uno de los padres del bombardero azul, decidió que era tiempo de incursionar en Kickstarter para fondear lo que vendría siendo una nueva versión de esta franquicia. Como era de esperarse, Mighty No. 9 alcanzó su meta inicial en poco tiempo. Acto seguido, el desarrollador japonés salió a decir que necesitaba más dinero para poder concluir el juego. Dicha situación se repitió varias veces, dejándonos entrever que la cosa no iba por buen camino. Finalmente llegó junio de 2016 y el producto fue entregado, siendo bueno a secas, pero quedándose a años luz de lo que todos estábamos anticipando. Una decepción en toda la extensión de la palabra. 

Ouya 

Uno de los momentos en la historia del gaming que probablemente nunca olvidaremos. Cuando se supo de la campaña, más de uno no pudo evitar pensar que se trataba de una broma ¿quién querría una consola dedicada a correr juegos de Android? Pues resultó que muchas y en poco tiempo, el Kickstarter de Ouya alcanzó su meta. Para junio de 2013, al producto finalmente fue entregado a los backers y puesto a la venta, mostrando su verdadero rostro: una consola de baja calidad de producción, terrible diseño y funcionalidades sumamente limitadas. Lo que otros calificaron como la revolución y futuro del medio, se terminó descontinuando dos años más tarde para así, quedar en la infamia como una de las peores decepciones de la plataforma de crowdfunding.