Review – Super Smash Bros. Ultimate

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El crossover más ambicioso de los videojuegos

review_super_smash_bros._ultimateHay franquicias de Nintendo que simplemente no pueden dejar de estar presentes en cada nueva consola que lanza la compañía nipona, y Super Smash Bros. es una de ellas. Desde que ésta surgió en 1999 para el Nintendo 64, el crossover de peleas entre los personajes de la gran N se convirtió en uno de los predilectos de los fans así como un indispensable de cada generación junto a sagas como las de Super Mario, Mario Kart, The Legend of Zelda, entre otras.

Con la llegada del Nintendo Switch sabíamos que era un hecho que un nuevo Smash llegaría para engalanar a la consola. Lo que nadie sospechaba es que éste arribaría demasiado temprano, apenas y cuatro años después del lanzamiento de sus dos últimas entregas.

Con tan poco tiempo de desarrollo, muchos pensamos que el juego que llegaría a Switch sería uno que retomaría lo mejor de las entregas de 3DS y Wii U y al que apenas y dotarían con unas pocas adiciones. Para nuestra sorpresa lo que en su lugar recibimos fue un tremendo paquete con abundantes contenidos que van desde su elenco de personajes que reúne a prácticamente todos los peleadores que han aparecido en la franquicia, hasta elementos que le dieron su gran renombre a la saga, así como una nueva y creativa propuesta que rinde un genial tributo a todas las series de juegos aquí presentes.

Dicho título es Super Smash Bros. Ultimate, juego que se postra fácilmente como el más grande que hayamos visto en la serie e, incluso, como uno de los crossovers más ambiciosos que hay tanto en la industria de los videojuegos como del entretenimiento mismo.

¡Todos están aquí!

Para estas alturas y tras ver lo logrado con la entrega de Wii U, muchos creímos que sería casi imposible lanzar un nuevo Smash que pudiera sobrepasar a su antecesor con creces. Increíblemente Masahiro Sakurai y su equipo consiguieron romper toda expectativa al ofrecernos un título que no sólo es más grande sino que, además, ofrece novedades interesantes al tiempo que pule aún más su de por sí ya perfecta fórmula. Pero empecemos por lo importante, el gameplay.

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Super Smash Bros. Ultimate retoma su ya cimentada fórmula que seguro ya conoces y dominas; esto es, combates en escenarios abiertos y dinámicos en los que hasta ocho personas pueden participar y en donde el objetivo principal consiste en sacar y/o mandar a volar a los adversarios fuera de los limites de nivel. Para lograrlo, deberemos someter a los rivales con algunos combos que podremos armas con golpes simples, movimientos especiales, agarres y poderosos ataques finales, todo al tiempo que nos protegemos de las agresiones con bloqueos y evasiones. Entre más daño causemos al rival, mayor será la probabilidad de que consigamos sacarlos de los limites.

Para aderezar aún más la fórmula, el juego también recurre al uso de diversos ítems y objetos que, en conjunto a los de por sí coloridos, explosivos y frenéticos estilos de combate de cada peleador – y hasta de lo dinámico e interactivo de sus escenarios -, terminan por hacer que los duelos se conviertan en caóticas afrentas en las que todos salen volando por doquier. La pantalla se vuelve todo un festival de frenesí y locura divertida.

Esa siempre ha sido la fórmula básica de la serie, y de hecho, podríamos decir que fue pulida ya tantas veces que prácticamente está perfeccionada; es más, tan dominada la tienen Sakurai y su equipo que hasta parecería arriesgado tan siquiera intentar experimentar con ella. Sin embargo y como al desarrollador japonés le gusta retarse a si mismo, para la ocasión optó por realizaron algunos cambios, ajustes y modificaciones que, aunque parecieran ser mínimos, en conjunto logran darle mayor frescura a un paquete que a primera vista luce extremadamente familiar.

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Para esta entrega los personajes han sido rebalanceados y varios hasta sufrieron de ciertas modificaciones y ajustes en sus movimientos y ataques que los hacen sentirse un tanto diferente. Algunos son un tanto obvios y salen a luz rápidamente, pero otros son más discretos y apenas y son perceptibles cuando les pones la manos encima y juegas con ellos por un buen rato. Créeme que no exagero cuando te digo que incluso y si ya dominabas a algún peleador en particular, en Ultimate hallarás sorpresas en ellos aunque sean mínimas.

Siguiendo bajo la misma línea general de los peleadores, los Final Smashes también recibieron una manita de gato, o al menos parte de ellos, específicamente los que consistían de transformaciones (como los de Bowser, Wario, Little Mac, Charizard o Lucario), invocaciones (Fox y Falco) o los que seguían sin gustar del todo (Donkey Kong o Pit). Ahora todos los ataque finales van directo al grano al convertirse en movimientos únicos, vistosos y devastadores, lo cual equilibra aún más la situación al fortalecer los Final Smashes que eran un tanto blandos y debilitando aquellos que estaban OP.

Pero el juego no se compone sólo de mejoras, balanceos y correcciones a la fórmula establecida. Junto a éstas también se implementaron varias adiciones que extienden aún más su enorme presentación y mejoran la experiencia, sobre todo porque muchas se retomaron del propio género de peleas.

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En lo que respecta a personajes, se añadieron un total de 11 personajes nuevos que, sumados a los del juego previo y los seis que retornan de entregas previas, dan un total de 76 peleadores; absolutamente todos los participantes en la historia de Smash están presentes. De igual manera el título cuenta con 103 escenarios diferentes, el listado más grande que haya tenido cualquier juego, aunque en este rubro no se incluyeron todas las arenas vistas en los casi de 20 años de la serie.

Técnicamente halando, también hallamos adiciones interesantes, aunque hay dos muy llamativas y que sentimos vendrán a ser de las más explotadas en el esquema de juego. Por un lado lado tenemos el Perfect Shield, que viene siendo la opción para realizar parryings a un ataque cuando dejamos de presionar el botón de escudo en el momento preciso que nuestro rival encesta su golpe. Al hacer esto crearemos un pequeño momento de abertura en el que no sólo no recibiremos daño sino en el que además será posible aprovechar ese breve instante para comenzar a someter al rival. Es un tanto complicado de hacer al inicio, pero en definitiva será valioso de considerar dentro de nuestras estrategias.

La otra adición consiste de la barra Final Smash. Previamente la única manera de tener acceso a los poderosos Final Smashes era por medio de la Bola Smash que aparecía durante las grescas y que debía romperse para así conseguir el poder de realizarlos. Ahora y al más puro estilo de un juego de peleas, es posible habilitar una barra especial que se va llenando conforme más daño realicemos y/o recibamos. Ésta puede desactivarse en cualquier momento pero, si se deja, puede convertirse tanto en una recompensa para quien sea que esté dominando la pelea, como una compensación para aquel que esté siendo el costal de golpes de los demás.

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Todo lo anterior, en conjunto a otros ajustes más clavados, profundos y que no son tan perceptibles tan fácilmente (como el bloqueo más lento, el aumento de porcentaje a ciertas acciones, el staling, etc.) hacen que el Ultimate se sienta distinto respecto a juegos previos e incluso al del propio Wii U. Vaya, se tratan de cambios pequeños que mejoran enormemente la experiencia general.

No es una reedición, sino un juego completamente nuevo

Sobre sus modos de juego, Super Smash Bros. Ultimate tiene un repertorio vasto de opciones para jugar, todas ellas de las más básicas pero divertidas que hay. Eso sí, comparado con el elenco de personajes, sólo unas pocas de las modalidades clásicas de la serie regresaron para complacer a los fans, aunque para compensar lo último se añadieron algunas más que, sorpresivamente, se acoplan a la perfección con el perfil del título al contar con lo necesario para darle variedad a las madrinas tradicionales.

El indispensable modo arcade está de vuelta y con una presentación más creativa y original. Ahora y más que ser una cadena de combates seguidos, todos los personajes cuentan con una ruta personalizada y temática que resaltan la historia y perfil de cada uno de ellos. Por mencionar algunos ejemplos, el arcade de Link es una breve representación de las travesías que ha vivido y que concluye con un enfrentamiento con Ganon; la Wii Fit Trainer se enfrenta a puros rivales “pasados de peso”; Ryu se mide a rivales que se asemejan a los combatientes de Street Fighter en duelos de stamina; y el pobre Luigi debe combatir a puros personajes de miedo o con apariencia aterradora. Detalles como éstos hacen que todos y cada uno de los caminos que tomemos sean verdaderas aventuras únicas e irrepetibles.

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Otros modos clásicos que regresan son los torneos para hasta 32 participantes, las afrentas Multi Man con sus diversas clases, las peleas con reglas personalizadas y el Super Sudden Death Match. Lamentablemente, están ausentes otras favoritas como el All-Star, los minijuegos (de Break the Targets o Home Run) o los novedosos de los juegos de 3DS y Wii U, Smash Run y Smash Tour, respectivamente. Pero no te espantes ya que, como comenté, éstos fueron sustituidos por otras modalidades que ofrecen mucha diversión a su manera.

El primer modo nuevo presente en Super Smash Bros. Ultimate es el Smash Total, una ronda de peleas en la que los personajes usados tras cada combate ya no podrán volver a usarse y que concluirá una vez que se haya vaciado la plantilla de peleadores. Obviamente entre más participantes haya, serán menos las peleas a realizar y la gama de combatientes a elegir se reducirá más rápido.

La segunda modalidad nueva es el Smash Troop, una variante de retas en las que dos bandos (de tres o cinco personas) se enfrentan de diversas maneras hasta definir al mejor de ambos. Dichos duelos pueden ser de relevos (donde los personajes se enfrentan en una sola pelea y que van relevándose conforme van cayendo), de eliminación (en el que un peleador seguirá enfrentándose a los del equipo contrario en batallas sucesivas hasta que lo derroten), o el mejor (en el que saldrá victorioso el equipo que gane dos de tres o tres de cinco peleas).

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Comparado con otras modalidades, tanto Smash Total como Smash Troop se ajustan a la perfección al juego y no se sienten tan forzadas o sin sentido alguno como lo llegaron a ser, digamos, Smash Run y Smash Tour. El perfil de ambas se acopla al juego dada su naturaleza propia del género de peleas y se postran como alternativas interesantes a las que en definitiva querrás volver de vez en cuando.

Siguiendo fielmente a su tradición, Super Smash Bros. Ultimate también ofrece una gran opción de controles. A la par de la más que evidente y básica alternativa para jugar del Joy-con con grip, el título puede ser jugado con un solo Joy-con, el Pro controller de Switch y los mandos de Gamecube que requieren adaptador. Si bien la gama de mandos disponibles no es tan vasta como la tuvo su predecesor de Wii U (¡ese hasta te dejaba usar tu 3DS, caray!), las que tenemos en Ultimate son en más que funcionales y hasta versátiles, sobre todo porque permiten personalizarse y reasignar los comandos para cada botón de manera libre. No tendrás excusa alguna para no hallar la manera de acomodarte al esquema de juego.

Los espíritus, un modo en sí mismo

Hay otro aspecto del que debe hablarse por separado debido al enorme peso que tiene dentro de la propuesta general de este nuevo Smash: los Espíritus. Cuando éstos se anunciaron, fue imposible no compararlos con los stickers que vimos en Brawl dado su concepto similar o hasta con los propios trofeos. No obstante, éstos van más allá de ser un mero coleccionable y se postran como un aditamento que explota todo su potencial dentro del modo aventura.

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En términos simples, los espíritus vendrían a ser una especie de perks con los que podremos equipar a los personajes para así mejorar sus stats y hasta dotarlos con ciertas ventajas y destrezas. Éstos se dividen en dos diferentes tipos: los Primarios que harán a los peleadores más fuertes y hasta resistentes (o débiles) frente a otros portadores de espíritus; y los de Soporte, que brindan bonificaciones pasivas. Todos ellos se encuentran clasificados en cuatro clases ascendentes que denotan el poder que tienen, y es posible mejorarlos y aumentar su nivel para hacerlos más fuertes y útiles.

Lo que más me impresiona del sistema de los espíritus es lo profundo que puede llegar a ser. Todos ellos se rigen por un esquema triangular de fortalezas y debilidades que, al más puro estilo de Fire Emblem (o del de piedra, papel o tijeras) responden a otra clase. Por ello y al momento de que los enfrentemos, deberemos de estar atentos no sólo a la clase que tienen sino hasta al tipo que tienen ya que, de seleccionar a uno que sea más débil por naturaleza que otro, podremos terminar en serios aprietos. Pero descuida, por más que suene y luzca complejo, en realidad es fácil de entender y le agarrarás la maña conforme más juegues.

Existen dos maneras principales para obtener espíritus. El primero es por medio del Tablero de espíritus que vendría a ser una especie de modo de misiones en el que podremos retar a cada espíritu – que es representado por un peleador del título – dentro de combates con determinadas reglas y condiciones. Obviamente entre mayor sea la clase del espíritu, mayor será el nivel de reto que representará y, por consiguiente, mejores los espíritus que requeriremos para hacerles frente.

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El otro método para obtenerlos es a través del modo aventura titulado World of Light (o El Mundo de estrellas perdidas en español). Estructurado a manera de mapa con diferentes caminos, rutas y obstáculos, en éste nos iremos abriendo paso mientras vamos retando y capturando a los espíritus que se interpongan en frente. Lo más curioso de este modo es que en el mismo encontraremos diversas actividades adicionales (como lo son dojos, gimnasios o expediciones) que sacarán provecho de los espíritus de otras maneras y que facilitarán aún más su entrenamiento.

Que los espíritus se manejen más como misiones que como meros coleccionables es uno de los puntos más plausibles del juego. Todos ellos en verdad justifican su existencia, ofrecen un buen reto y denotan la enorme creatividad con la que los desarrolladores jugaron con los recursos que tenían a la mano para así rendirle un merecido tributo a ese gran legado de las franquicias que incluye el título. Vaya, no están de mero adorno y resulta imposible no maravillarte al ver la manera en la que se ilustran duelos que hubiesen sido imposibles de ver en un Smash.

Irónicamente y pese a lo genial y creativo que llega a ser el rubro, éste se ve afectado por lo restrictivo que es la propia fómula del juego. A la larga muchos de los retos que ofrecen esos espíritus se llegan a sentir un tanto repetitivos o hasta rotos e injustos por las condiciones y restricciones que llegan a tener. Esto último nos obliga a ir a cazar primero espíritus más débiles a los cuales hay que entrenar para, posteriormente usarlos para conseguir más entes fuertes. ¿Suena tedioso? Lo es, pero sólo cuando ya llevas jugando bastante en este apartado.

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El modo aventura también sufre de este mal. Más tarde que temprano, adentrarse en el World of Light se vuelve monótono y tedioso, sobre todo por lo extenso y grande que es el mapa y que vuelve innecesariamente larga la travesía. Y si a eso le sumamos que los personajes que podemos usar aquí se ven forzosamente atados al progreso que hagamos en el modo y que la colocación de sus espíritus no cambia nunca, hacen de éste un modo al que difícilmente volverás una vez que termines de recorrerlo por completo. Además, no está demás decir que su carga narrativa es pobre e intrascendente; vaya, no lo vas a jugar por su historia en sí.

Fuera de las fallas e inconvenientes arriba mencionados, considero que el apartado de espíritus es uno con el potencial para mantenerte enganchado por mucho tiempo y que justifica enormemente su rejugabilidad. Todas y cada una de las peleas que aquí vemos tienen ese ingrediente que las hace adictivas y que nos llevará a perdernos demasiadas horas por el simple hecho de querer jugar un reto más. Simplemente, no querrás dejar el control hasta conseguir todos los espíritus.

El apartado online es igualmente funcional pero sin llegar a ser perfecto. Durante mi tiempo de prueba, llegué a experimentar ciertos problemas comunes de cualquier otro Smash con juego en línea como un poco de lag dentro de algunas partidas o hasta congelamiento de pantalla por breves momentos. También hubo ocasiones en las que tardé un poco en hallar partida, especialmente cuando buscaba reta con ciertas reglas en particular. No obstante, dichas fallas fueron mínimas y por lo general pude disfrutar de peleas sin mayores contratiempos. Eso sí, es importante señalar que se requiere de una suscripción al servicio Online de Switch para poder usar este apartado.

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Presentación impecable con una selección musical envidiable

Pasando a su presentación, Super Smash Bros. Ultimate es un juego que brilla por donde se les vea, lo cual no debería extrañarnos considerando el inmenso festival de fanservice que es y por el linaje que tiene al tratarse de un proyecto de Sakurai, quien siempre se ha distinguido por lo colorido y llamativo de sus proyectos.

Al igual que sus predecesores, las interfaces de menús son coloridas, simples y muy claras. Navegar por ellas es sencillo ya que se ven acompañadas de imágenes e ilustraciones que siempre te explican de lo que van. Su organización general es igualmente asombrosa; apartados como el de la colección de espíritus, galería de cinemáticas o hasta la fonoteca están bien estructurados y hacen que todo luzca más vistoso de lo que de por sí ya es.

Los escenarios y diseños de personajes también lucen increíble. Todos y cada uno están fabulosamente diseñados y detallados por lo que no podrás evitar pausar el juego sólo para apreciar todo con mayor detenimiento con ayuda de su modo de fotografía, el cual por cierto es también bastante completo.

Finalmente, no está demás decir que su banda sonora es impresionante y majestuosa. El juego cuenta con más de 800 melodías entre arreglos y temas originales que amenizan cada uno de los escenarios, menús e interfaces y que, de nuevo, te transportarán por la historia de cada uno de los juegos presentes en este colosal choque. Y a sabiendas de que éste es precisamente uno de sus puntos fuertes, el Ultimate brinda la opción para crear nuestras propias listas de reproducción para que incluyamos en ellas las rolas que más nos gusten y podamos escucharlas en cualquier lado gracias a la portabilidad de la consola.

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score95Muchos creían (me incluyo) que Super Smash Bros. for Wii U era el punto más alto que había alcanzado la serie y uno que difícilmente lograría ser rebasado. Pero como lo ha hecho ya antes, Sakurai nos demostró con esta nueva entrega que no hay imposibles para él.

Super Smash Bros. Ultimate es el festival de fanservice más grande que se haya visto en la historia de los videojuegos y uno de los juegos más ambiciosos que tenga una consola Nintendo. Su fórmula consolidada en conjunto a todas las correcciones, mejoras y adiciones con las que fue dotado, lo convierten en un juego que no sólo apela a los fans más recalcitrantes de los videojuegos y de los títulos de peleas, sino incluso a quienes quieren disfrutar un genial juego en su Switch.

El juego no es perfecto y tiene algunas fallas que, de una u otra forma, acaban por perjudicar su más que excelsa presentación. Sin embargo me atrevo a decir que más que por sus errores, el título resiente más todas esas carencias o ausencias que no están presentes (como modos de juego o escenarios) y que bien lo hubieran llevado a convertirse en el paquete más completo de toda la serie Smash. Pero aún y con eso, que no te quede duda que es un título que en definitiva debes jugar.

Super Smash Bros. Ultimates es ese increíble juego multiplayer que todos esperaban y, además, un genial título para jugarse de manera individual gracias al apartado de sus espíritus. Sin importar si gustas de jugar en solitario o con la pandilla, éste es juego que simplemente no debes dejar pasar. Porque sí, hablamos de que éste es ya el mejor Smash que ha habido en la historia. Así de simple.