Review – Steamworld Dig 2

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No importa la plataforma en la que lo juegues, Steamworld Dig 2 es uno de los grandes indies de 2017

La serie Steamworld lleva varios años en el mercado. El trabajo del estudio sueco Image & Form nos ha entregado solamente 4 títulos pero todos ellos son garantía de entretenimiento y ahora que Steamworld Dig 2 está disponible, es momento de revisar qué tanto aprendieron sus desarrolladores en estos años. ¿Es una buena secuela? ¿Qué tan bien se juega? Te lo diré en esta reseña.

Steamworld Dig llegó al Nintendo 3DS en 2013 y rápidamente se convirtió en uno de los indies más queridos de la consola portátil. Nos llevaba a un mundo steampunk/western que se sentía único e interesante de explorar; se trataba de un título de acción y aventura con elementos de exploración propios de un metroidvania. Como su nombre lo indica, la tarea de cavar es pieza clave y nuestra forma de descubrir un mundo debajo de la tierra.

Pasaron varios años y un juego (Steamworld Heist) para que nos enteráramos de la existencia de su secuela a través de una presentación de Nindies. Steamworld Dig 2 (Dig 2) llegó primero al Nintendo Switch y posteriormente a PC, Mac, Linux, PS4 y PS Vita. Esta reseña ha sido escrita tras jugar la versión en la consola de Nintendo así que además de puntualizar los elementos presentes en todas las versiones, también detallaré algunos propios del hardware: como qué tan bien luce en el modo portátil.

De regreso a las profundidades

Repasemos los elementos principales del gameplay en la serie Dig: fundamentalmente estamos frente a un juego de exploración subterránea. Debajo de la tierra el mundo está constituido por bloques (de grava, roca, y otros materiales) mismos que deberemos romper con nuestro pico para poder seguir descendiendo. Por supuesto, la vida allá abajo no es sencilla y con el tiempo nuestra linterna irá perdiendo energía y nuestra mochila se llenará de recursos (piedras preciosas que intercambiamos por oro), haciendo que debamos volver a la superficie eventualmente. A esto hay que sumarle los peligros en forma de enemigos y desastres del terreno que posiblemente nos vayan quitando vida (representada por corazones).

La gran diferencia entre Dig 1 y Dig 2 es que en la secuela el mundo ya no se crea proceduralmente. Esto significa que cada bloque fue colocado por un diseñador de niveles, lo cual se agradece. Independientemente de lo anterior, esta secuela se siente tan orgánica como en la primera parte: cavar y explorar no resulta repetitivo en ningún momento y la experiencia en general puede convertirse bastante adictiva.

¿En qué recae lo adictivo de la serie? Yo señalaría 2 elementos que enriquecen la experiencia: primeramente el hecho de buscar recursos, una vez que comienza nuestra aventura podremos notar que no son necesariamente difíciles de conseguir (en principio) por lo que es común ver piedras preciosas a la distancia e instintivamente querer ir por ellas. Esto deriva en que llenemos nuestra limitada maleta y debamos volver a las alturas para obtener dinero, mismo que podremos aprovechar en mejorar nuestro equipo de exploración. Este cíclico proceso resulta bastante entretenido una vez experimentado y se apoya con otro aspecto adictivo en la serie (sobre todo para los coleccionistas): debajo todo puede ocultar algún secreto (llámese un portal hacia un área oculta, alguna gema muy valiosa y demás) por lo que explorar se convierte en algo natural y fácil de aprender.

Como buen metroidvania, en Dig 2 tendremos que revisitar muchos lugares. Desde muy temprano en el juego, estaremos en una situación que nos dice “no tienes los elementos necesarios para pasar por aquí”, así que una ruta alternativa deberá ser tomada. Conforme avanzamos en la historia también iremos aumentando nuestro arsenal, mismo que nos ayudará a interactuar con zonas antes imposibles de alcanzar.

Un mundo mejorado

En Dig 2 tomaremos el papel de Dorothy, a quien quizá recuerden si jugaron Dig 1 (allí esta personaje era un NPC encargada de cambiar recursos por monedas). Su misión es encontrar a Rusty, el robot minero de la primera entrega, quien luego de luchar con Voltbot ha desaparecido.

En términos narrativos la historia es un tanto más compleja en esta entrega, además, el mundo en sí también es considerablemente mayor. Esto deriva en juego de entre 7 y 10 horas según el nivel de coleccionista de cada jugador (algunas horas más con relación a la primera parte). Por si esto fuera poco, en realidad la trama es disfrutable e incluso cuenta con algunos giros inesperados que aderezan la aventura. Si bien tampoco estamos ante un portento narrativo, les puedo confirmar que en general todo el universo con el que interactuamos está altamente construido.

Pero Dig 2 ha agregado más elementos. Ya les mencioné que, como en su antecesor, aquí contaremos con herramientas para facilitarnos la exploración: pistolas, ganchos, jetpacks, etc, que se irán obteniendo conforme exploremos y nos ayudarán en nuestra expedición. El nuevo elemento en la ecuación son los cogs (engranes), piezas doradas esparcidas por todo el mapa y que nos ayudarán a obtener perks especiales.

Este sistema va ligado con nuestro equipo. Por ejemplo: una vez que mejoremos nuestro pico, éste desbloqueará alguna habilidad que podremos empezar a usar si le ponemos los engranes necesarios. La buena noticia es que los podremos quitar y poner según lo que necesitemos. Cada herramienta posee una amplia gama de habilidades adicionales lo cual también aumenta el espectro de estilos de juego.

Debajo de la tierra no solamente encontraremos piedras preciosas y engranes, también hay reliquias, objetos que nos ayudarán a desbloquear otras habilidades únicas en nuestro equipo. No sólo eso, quienes obtengan todas las reliquias (y en general todo lo coleccionable) podrán acceder a un contenido especial post-juego. Nada mal, eh.

Riesgos bajo tierra

Como les mencionaba, el mundo que deberemos explorar es más extenso en esta ocasión. Por consecuencia, el equipo de Image & Form ha tenido la oportunidad de experimentar mucho más con el diseño de niveles. Es muy interesante la cantidad de variados escenarios que acompañan nuestra aventura, a esto hay que agregarle las cuevas, pequeñas habitaciones con retos temáticos como esquivar flechas, cruzar el lugar sin tocar el piso, evitar lava, etc., que por lo general nos darán algún valioso tesoro al ser completadas.

Es sorprendente lo vivo que resulta el mundo de Dig 2, sin embargo valdría la pena puntualizar en un elemento que no logra consolidarse: el de los enemigos. A pesar de que en algunas ocasiones terminaremos muriendo y los jefes son entretenidos, lidiar con los enemigos, digamos, pequeños, pronto dejará de convertirse en un reto. Depende también de cómo lleguemos a ellos, pero por lo general, y a menos que no se junten muchos, no representarán mayor complicación.

Por el contrario, la exploración presenta muchas más complicaciones: pisos de grava que se deshacen al tocarlos, rocas que pueden aplastarnos, o bloques lo suficientemente lejanos como para que al saltar peligre nuestra vida. En este sentido también estamos ante un juego que supera al original.

En general, y para cerrar con el tema de la dificultad, puedo decir que Dig 2 presenta una dificultad balanceada: sí hay retos complejos pero en todo momento son disfrutables. A veces es más frustrante no encontrar una capsula para volver a la superficie cuando ya no tenemos luz que los enemigos; así que definitivamente el mundo en sí será nuestro principal motor de emociones. Por último me es importante decirles que el juego nos permite eliminar toda guía (flechas que nos dicen a dónde debemos dirigirnos para seguir con la historia), quienes así lo decidan, se encontrarán con reto mucho mayor y una experiencia que se siente mucho más como un metroidvania.

Hay muchos secretos allá abajo, si ustedes, como yo, disfrutan de coleccionar la mayor cantidad de objetos, posiblemente terminen intentando golpear todas las paredes buscando un pasadizo secreto. Lo mejor es cuando eso sucede. Es muy satisfactorio.

Jugando en el Switch

El juego no presenta elementos exclusivos entre plataformas no obstante, y ya que lo jugué en un Nintendo Switch, les comento que parece hecho a la medida para su modo portátil. Dig 2, como muchos otros indies, funciona fabulosamente para llevar y qué decirles de cómo se ve.

En todo momento corre a 60FPS, el modo portátil luce a 720p y en el modo TV a 1080p. El título fue optimizado y solamente pesa 243MB, esto es incluso menos de lo que pesaba el juego original. Además aprovecha la tecnología del HD Rumble.

Para quienes contemplen jugarlo donde sea les agradará saber que podrán tener más de 4 horas de gameplay sin necesidad de cargar la consola.

Una secuela hecha y derecha

No importa la plataforma en la que lo juegues, Steamworld Dig 2 es uno de los grandes indies de 2017. El equipo de Image & Form tomó los mejores elementos de su antecesor y los pulió para darnos la mejor versión posible.

Como les decía, quizá no sea el mayor reto allá afuera (al menos antes de iniciar la post-aventura) pero sin duda sigue siendo una aventura adictiva que además es un deleite visual y sonoro. Esto no lo había dicho pero el nivel gráfico también supera bastante a Dig 1 por lo que el título no sólo se juega bien sino que luce igualmente genial.

Quizá algunos duden de comprarlo en caso de no haber jugado la primera parte, la buena noticia es que, aunque sí hay conexión entre ambas entregas, esta parte es muy disfrutable incluso sin conocer la aventura de Rusty. Definitivamente la combinación de excavar y explorar ha sido perfeccionada y no dudo en recomendarles este entretenido metroidvania. Sí que lo vale.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg