Review – Pro Evolution Soccer 2018

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El verano terminó. Luego de una desastrosa actuación de México ante Alemania y Jamaica, una clasificación al mundial que va tranquila y fichajes que inflaron de manera importante los costos que un equipo está dispuesto a pagar por un jugador (¿200 millones por Neymar? ¿180 millones por Mbappé? ¿Neta?), el futbol de verdad está de vuelta. La fase de grupos de Champions recién comenzó y la Liga MX… bueno, ya va por la mitad.

Es justo la temporada en la que los videojuegos de futbol nos entregan sus versiones más recientes. Está claro que hay una serie favorecida por las ventas en manos de EA Sports, pero Konami siempre está dispuesta a dar batalla con una serie que es pilar del género. Se sabe en desventaja en ciertos aspectos, principalmente las licencias, pero se ha ganado el corazón de una legión de fanáticos a International Superstar Soccer/Winning Eleven/Pro Evolution Soccer a través de su jugabilidad.

Muchas cosas han cambiado en Konami y esto ha hecho que Pro Evolution Soccer 2018 se convierta en una de las principales apuestas de la compañía en consolas. Las apuestas son altas y eso se nota de manera importante al ponerle las manos encima a esta nueva edición de la saga. Sin embargo, ¿le alcanza para competirle de manera seria a un monstruo en ventas como el que tiene enfrente?

Tot el camp es un clam…

Lo primero que notas es una reacción mucho más responsiva de los jugadores que controlas ante los movimientos que haces en el mando. Esto es bastante notorio respecto a la edición anterior, lo cual se ha sumado a una reducción ligera de la velocidad a la que se mueven los jugadores. Si ya de por sí no era posible tirar un pase al delantero y correr como poseído a portería (como a algunos les gusta), ahora mucho menos. Esto hace que debas de pensar mucho más tus jugadas y aproveches de mejor forma las habilidades de tus estrellas.

El juego, por ende, privilegia mucho el toque de pelota. Pero no por ello jugadores como Suárez, Messi o Neymar dejan de ser unos demonios que se devoran por velocidad a las defensas. El punto es encontrar un equilibrio, sacarle juego a tus piezas en el campo y buscar espacios en la defensa rival. A esto se suma que el balón se siente más pesado, lo que complica un poco los pases y los disparos, pero lo hace mucho más auténtico y realista. Tanto en los centros, los vuelos y hasta en los rebotes. Pese a esto, el juego no es más difícil, sino que se siente mas intuitivo y natural.

La cantidad de movimientos que puedes realizar, así como las animaciones y reacciones por parte de los jugadores se sienten mucho mayor que en la entrega pasada. El ver a los jugadores correr, barrerse y disputar la pelota deja una sensación mucho más realista y bien lograda. Esto se agradece, pues es justamente la base de la experiencia de juego: el recrear la sensación de que miramos a profesionales del futbol dándolo todo. Obviamente, para sacarle más jugo a todas estas posibilidades necesitarás practicar los movimientos que te permite el control.

De acuerdo con la manera en que realices el pase, el marcaje que tenga el receptor o el pasador, así como la parte del cuerpo con la que el servicio sea recibido, será la manera en que éste será aprovechado por el jugador. Tendremos mayor control de cómo movemos el balón lo cual aunado al ritmo de juego modificado tenemos una experiencia satisfactoria.

Los porteros han mejorado de manera interesante en esta última entrega, aunque no por ello su comportamiento es perfecto. Reaccionan de manera mucho más segura, e incluso al momento de atajar a dos tiempos se aplican mejor. A esto hay que sumar animaciones realistas en situaciones como duelos con el delantero o al ser literalmente fusilados por el tirador. Sin embargo, como hemos dicho, no son perfectos y siguen dándose situaciones en las que dejan el balón a la deriva.

La inteligencia artificial se comporta muy bien, pues la defensa se organiza mejor y las asistencias al momento de establecer una estrategia se atienden de buena forma. Por otro lado, también podrás notar desmarques más oportunos. En cuanto a los equipos rivales, estos se comportan de acuerdo a sus posibilidades. Algunos, como el Barcelona, jugarán a tener el balón y dominarte. Otros, como el Liverpool de Klopp, tendrán un estilo ofensivo pero descuidado atrás. Entre más alta sea la dificultad, va a ser más difícil hallarle hoyos a las costuras de la formación, aunque a la larga las posibilidades de cada escuadra se tornan un poco previsibles. Eso sí, se adaptan y responden a cómo juegas.

El juego es tan realista que incluso el arbitraje te deja, por momentos, lugar a ciertas dudas. Entradas fuertes pero al balón llegan a ser castigadas con amarilla. La ley de la ventaja se aplica muy bien y no fallan regularmente al marcar penales. Sí, llegamos a ese punto de la historia de los videojuegos en el que debemos señalar que el arbitraje es justo o no en un título. Así hemos avanzado.

Al momento de realizar algún tiro libre o de esquina no contamos con asistencia visual por parte del juego. Podremos sorprender de manera más fácil a un rival humano al no marcar el camino del balón, pero también requerirá que te acostumbres. Puede ser una función buena o mala, de acuerdo con el punto de vista de cada jugador.

Se han mejorado, a su vez, las maneras en las que se retrata a los jugadores. En los equipos con los que tiene Konami convenio, como el Barcelona o el Liverpool, este apartado es bellísimo, especialmente en las expresiones que tienen los jugadores al caer o al disputar el balón. Sin embargo, en otros equipos este apartado luce un tanto genérico, aunque la manera en que se muestran las emociones de los futbolistas no deja de ser llamativa.

Hay estadios hermosamente logrados como el Camp Nou de Barcelona o Anfield en Liverpool, donde se puede ver hasta las localidades de visitante en plena celebración si su equipo anota un gol. Incluso ese estadio de fantasía en el intro televisivo de la Champions League está presente y luce increíble. No podemos decir lo mismo de los estadios genéricos, que no tienen casi ningún cambio respecto al año anterior. Aún así, destaca visualmente con un motor gráfico en la que la iluminación cambia de manera importante dependiendo del horario y las condiciones meteorológicas, haciendo de la experiencia visual algo muy disfrutable.

Y bueno, tienes convenios con el Barcelona y el Liverpool. Uno podría esperar escuchar cánticos característicos de estos equipos animando el ambiente en la grada, tal y como sucede en FIFA. Pero no. Sólo un público un poco apagado y genérico en sus reacciones es lo que retrata.

Con el tiempo, los comentarios realizados por Luis García y Christian Martinoli comienzan a sentirse más viejos. Les hace falta una remozada más intensa, al tiempo que por momentos se quedan buenos ratos de silencio o los tonos entre las frases y los nombres de los equipos ya no concuerdan tan bien. Sin embargo, es claro que para muchos esta narración tiene más chispa que la de Mario Kempes y Fernando Palomo, con todo y ciertos momentos graciosos. A esto hay que sumar un soundtrack sin el encanto de las colecciones Putumayo que nos da FIFA y a la falta de datos acerca del partido que se muestran en la pantalla.

El juego sigue sufriendo por las licencias. Sí, podemos jugar con todo el entorno de la Champions League, la Europa League y la Copa Asiática. Algunas selecciones nacionales de renombre como Inglaterra o Argentina, así como clubes de la talle del Borussia Dortmund o el Atlético de Madrid están licenciados. Pero eso no deja de hacer un poco chocante tener que pasar la Copa de Europa con el MD White o el Man Blue.

Es ponerse muy exigente, pero se nota que han ido perdiendo licencias con el paso de los años. Eso sí, el trabajo hecho con las licencias que posee, especialmente en el modelado de los jugadores, es notable. Sí, hay un editor con muchas posibilidades para arreglar esto, pero requiere de mucho trabajo y dedicación. No cualquier jugador está dispuesto a pasar tiempo modificando la apariencia del título.

En general, Konami se ha esforzado por entregar un juego mucho más realista que su antecesor. Un título que sea desafiante, pero a la vez se controle de manera casi intuitiva por los nuevos jugadores o por aquellos que quieran dar el salto desde la franquicia rival. ¿Pero basta esto para tener un juego triunfante ante el dominio que tienen sus oponentes?

Echte Liebe

El modo más profundo es el de la Liga Master, en el cual podrás hacerte cargo no sólo del control de tu equipo en el campo. También serás responsable de los fichajes, los contratos, el estilo de juego, los presupuestos del club, checar prospectos y alinear de manera inteligente a los jugadores. Vamos a terminar rotando jugadores de la misma forma que nos choca que los haga Juan Carlos Osorio, pero todo sea por llegar a las metas que nos propone la directiva.

Si has jugado este modo en anteriores entregas, te darás cuenta que le hace falta evolucionar. Le hace falta cambios como una gestión más profunda que le dé mayor reto. Sin embargo, es un modo muy bien realizado el cual te dará muchas horas de juego. Ya sea con un equipo real o uno que no sea licenciado.

El modo Ser Una Leyenda es el modo Carrera de este juego, en la que podremos llevar a un futbolista a lo más alto desde sus humildes inicios. Sin embargo, pese a que es divertido, no representa la profundidad que hemos visto en títulos como NBA 2K o la inventiva que ofreció el modo Historia en las más recientes ediciones de FIFA. Así que, si lo tuyo es jugar en el campo en lugar de dirigir a un equipo, estamos ante tu opción.

Además de las retas locales y los campeonatos (que van desde la Champions, la Europa League y la AFC hasta las ligas locales y copas internacionales), tenemos un interesante juego cooperativo en línea. Este puede ser de 2 contra 2 o 3 contra 3, dando oportunidad a una experiencia muy divertida en la que el rendimiento de cada jugador será evaluado. También puedes jugar torneos en línea, en una experiencia de conexión que se ha visto rápida y no muy afectada por el lag.

La modalidad myClub, en tanto, es una manera de responder al Ultimate Team de FIFA y funciona de manera muy similar. Tienes la oportunidad de armar un equipo de época con los puntos que obtienes ganando partidos. Debes de cuidar las relaciones entre los jugadores y las condiciones en las que están contratados, toda vez que puedes incorporar a jugadores legendarios a tus filas. Lo cierto es que está lejos de las posibilidades que ofrece el título de EA Sports, pero si te gusta el reto puedes invertir horas en construir un escuadrón que sea un oponente formidable para cualquier retador.

….and you’ll never walk alone

Konami le apostó al gameplay. A reducir el ritmo de juego, hacer del toque de balón la esencia del juego y a construir una propuesta con base en la estrategia en el campo. Los controles son ampliamente funcionales e intuitivos, dando el suficiente reto y diversión necesarios para cualquier juego de deportes. A esto han añadido un impresionante apartado de animación, aunque con el factor en contra de que no tiene a todos los jugadores tan pulidos como uno deseara.

Las licencias escasean, el ambiente en el juego es un poco parco y la presentación no apunta a ser tan espectacular como en otras series. Los modos de juego no evolucionaron a todo de lo que presentan otros títulos de deportes, aunque queda claro que no es esta la prioridad de esta propuesta. Konami sabe que le tira a apasionados del gameplay y eso es justamente lo que ofrece. Gameplay bien pulido con un hechura exterior que deja varios huecos.
¿Será suficiente para competir ante un monstruo? No lo sabemos. Pero la legión que ha seguido esta serie, siempre y cuando esté conforme con el tema de las licencias, quizá se muestre satisfecha. Con eso podría bastar.

Ernesto (Neto) Olicón
Colaborador en Atomix.vg. Amante de la pelea videojueguil, en cualquiera de sus presentaciones. Aventurero en mundos mágicos y contador de historias. Periodista de tiempo completo.