Review – Dark Souls III: The Ringed City

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Completando un ciclo

Una de las grandes obsesiones de todas las entregas de Dark Souls siempre ha tenido que ver con los ciclos y cómo es que cada uno de ellos se tiene que cerrar en algún momento. Cuando en febrero de 2009 FromSoftware nos dejó impactados con lo que fue Demon’s Souls, pocos vieron venir el fenómeno en el que se convertiría esta franquicia de RPGs de acción. Estamos en pleno 2017 y ha llegado el momento de finalizar (al menos por un muy buen rato) esta etapa que tantas alegrías nos regaló. The Ringed City es la segunda y última gran expansión de Dark Souls III y justo como lo esperábamos, echa mano de muchos paralelismos para dejar claro que se trata de un contenido completamente pensado para concluir con varios conceptos que vinieron a influenciar al medio como pocas veces pasa, condensando todo en un espacio muy compacto que creo, cumplió con su cometido en todos los sentidos.

En The Ringed City visitamos el mismísimo fin del mundo, el cual, está siendo consumido por el vacío, justo como muy probablemente le esté pasando a producciones de la clase de Dark Souls III ante todas las amenazas que vive actualmente este apasionante medio de entretenimiento. Este DLC es justamente lo que los seguidores más clavados de la saga estaban esperando, pues a pesar de que se mantiene muy fiel a la fórmula y de que se arriesga poco en materia de innovación en cuanto a mecánicas, sus más de 10 horas de duración llenas de sorpresas y de por supuesto, muchas, muchas muertes que a veces parecen injustas, lo convierten en un contenido que no te debes perder por nada.

¿Qué trae de nuevo?

Creo que antes de pasar a contarte cómo fue mi experiencia con The Ringed City, lo más prudente es mencionar qué es lo que trae de nuevo este DLC a la experiencia de Dark Souls III pues al final, estamos hablando justamente de contenido que busca complementar de alguna manera a un juego que luego de Ashes of Ariandel, ya se sentía sumamente robusto pero que claro, siempre es bienvenida cualquier tipo de cosa que añada horas de juego a una aventura que simplemente no podemos creer que haya llegado a su final.

Lo primero que hay que decir es que al tratarse de una expansión que busca cerrar con un ciclo, ésta está totalmente pensada para jugadores avanzados de Dark Souls. Para acceder a The Ringed City, necesitas estar justo antes del final del juego principal o luego de haber completo Ashe of Ariandel, tareas bastante complicadas. Además, se recomienda tener un personaje que supere el nivel 100 para poder sortear todos los retos que este DLC irá presentando, de lo contrario, te podemos asegurar que vivirás un auténtico infierno para sobrevivir que será casi imposible.

Sin lugar a dudas, lo más atractivo de toda expansión de Dark Souls, son las nuevas áreas que nos presenta. En esta ocasión, dos zonas que no habíamos visto antes hacen acto de presencia. The Dreg Heap sirve como introducción a todo lo que The Ringed City nos tiene guardado. Además, esta expansión viene con cuatro jefes totalmente nuevos, siendo el contenido descargable de esta serie con más guardianes originales de este tipo. Por si todo esto no fuera poco, contamos con nueve enemigos que no conocíamos, cada uno de ellos más imponente que el anterior.

Pasando al tema del armamento y equipo, más de 20 diferentes espadas y escudos nuevos te esperan en The Ringed City, mientras que 11 partes de equipo también fueron añadidos. Seis nuevos conjuros, 11 ítems y ocho anillos originales, son solo algunas de las adiciones que llegan con este contenido descargable, mismas que a pesar de que no vienen a cambiar demasiado la forma en la que ya jugábamos Dark Souls III, la verdad es que sí le dan más sabor a cómo es que cambias tu estrategia dependiendo del tipo de reto que el juego nos va poniendo enfrente.

Se nota perfectamente que todo el equipo de FromSoftware quiso despedir a Dark Souls con una expansión que viniera con una cantidad importante de contenido para todos sus fanáticos, pues vale la pena recordar que una de las principales quejas de Ashes of Ariandel, justamente tuvo que ver con que se sintió un poco falto de novedades. Como sea, te puedo asegurar que conseguir todo lo que tiene The Ringed City te llevará una buena cantidad de tiempo y a pesar de que algunas piezas de equipo no se ajustarán a tu estilo de juego, cosas como tener cuatro jefes nuevos, te harán sentir que todo ha valido completamente la pena.

En el fin del mundo

En mi opinión, a pesar de contar con un lore sumamente complejo y enemigos memorables en cada una de sus esquinas, la verdadera estrella de todo Dark Souls siempre han sido los mundos que nos pone enfrente para que los exploremos a placer, con todo y que su naturaleza está muy marcada por pasillos bien definidos. Como te comentaba, The Ringed City presenta dos zonas completamente nuevas, las cuales, ahora apuestan por un diseño mucho más vertical y compacto que lo que habíamos visto en la serie, asunto que por supuesto, hace que cada paso que demos se sienta sumamente peligroso y como si fuera el último.

Antes de llegar al fin del mundo en este DLC, tenemos que atravesar por The Dreg Heap, locación que justamente sirve como introducción al verdadero núcleo de la experiencia. Puede que las primeras tres o cuatro horas en este lugar te parezcan como algo que ya habías vivido en el pasado, y si bien comparto este punto de vista, te puedo asegurar que lo mejor es que justamente lo veas como lo que es, una mera preparación para lo que de verdad importa de esta expansión. Como sea, te puedo decir que dicha zona cumple bien gracias a que se mantiene muy apegada a lo que siempre ha funcionando con la serie, es decir, puntos interconectados por pasadizos elegantemente diseñados.

Cuando por fin arribas a The Ringed City, es imposible no sentir un hueco en el estómago por saber que justamente no sólo te encuentras en el filo del mundo, sino que estás parado en lo que muy probablemente sea el último contenido original de Dark Souls en un largo tiempo. Fue impresionante ver todas esas estructuras colocadas en posiciones imposibles que me recordaron la escena de Inception en la que una ciudad se dobla por completo. Comencé a dar mis primeros pasos en esta zona para darme cuenta que estaba frente algo sumamente especial que buscaba despedirse de una manera digna en todos los sentidos.

La verdad es que a pesar de que en cuanto a diseño de niveles, estamos frente a algo bien conocido por todos nosotros, la forma en la que fue construido todo en la parte estética y de dirección de arte, te hacen sentir que los caminos no son tan obvios. Resulta un poco extraño recorrer estas calles inclinadas que siempre te están guardando una o más sorpresas, además de que los huecos y caídas inesperadas, están a la orden del día. En más de una ocasión me tope con obstáculos que no sabía cómo superar, sin embargo, cuando te detienes un segundo a analizar las cosas, esto claro, intentando sobrevivir a toda clase de ataques, te das cuenta que todo en The Ringed City tiene una razón de ser, esto sin mencionar que los Bonfires fueron colocados muy separados el uno del otro para que nuestro paso sea mucho más complicado.

Hubiera sido devastador que en cuanto a diseño de niveles, The Ringed City no hubiera cumplido con los estándares de la serie. Creo que al estar hablando de una expansión, no tenemos por qué exigir que el desarrollador cambie por completo la fórmula de la experiencia principal en busca de innovar, pues vale la pena recordar que estos contenidos están pensados para los que más disfrutaron del juego en cuestión. Lo que te puedo decir es que en esta ocasión al igual que en las de pasados DLC, FromSoftware sí logra hacernos sentir que estamos dentro de zonas totalmente nuevas.

Imponentes enemigos

El sentimiento más importante que me transmitió The Ringed City fue que me encontraba en un lugar prohibido en el que no debía de estar, esto gracias a la forma en la que se comportan sus habitantes, los cuales, te puedo decir que son unos de los más hostiles e imponentes de toda la serie. Sabemos que los enemigos dentro de todo Dark Souls siempre han estado diseñados para acabar con nosotros y no para ser solo obstáculos, pero en este DLC, se siente que fueron pensados para no dejarnos respirar ni por un segundo.

Correr siempre ha sido un recurso eficiente dentro de Dark Souls, sin embargo, no recuerdo la última vez en la que aposté por una postura de bajo perfil y hasta stealth en ciertos momentos con tal de no ser visto y atacado por uno de los enemigos que tenía enfrente. En The Ringed City, este tipo de tácticas muchas veces son una gran idea, pues como te comentaba, algunos de sus enemigos están dispuestos a hacer lo que sea para verte morir cuanto antes. Los Murkmen, Iron Dragonslayer, Lothric Thief y hasta el Ringed Knight son una verdadera calamidad, no obstante, creo que todos recordaremos para siempre y con especial odio a los Angels.

Estos últimos enemigos que te menciono, están pensados para que te quieras arrancar el cabello siempre que te topas con uno. Lo primero es que que no pueden ser atacados de manera directa, pues normalmente se encuentran volando en lugares imposibles de alcanzar. Lo más recomendable es contar con hechizos o flechas poderosas para atacarlos a distancia. En caso de que no tengas a la mano estas herramientas, tu mejor opción es evitar un enfrentamiento directo con ellos. El verdadero problema es que cuando te ven, comienzan con una serie de ataques con rayos dorados increíblemente difíciles de evadir. Gran diseño de enemigo del que seguramente se hablará mucho.

De los jefes dentro de The Ringed City puedes esperar la frustración que tanto nos encanta y a la que Dark Souls nos tiene tan acostumbrados. Cada uno de los cuatro enfrentamientos de este tipo que tendremos en este DLC son imponentes, memorables y por supuesto, sumamente complicados de superar. Creo que el que dará más de qué hablar será el último de ellos por lo que representa para el lore de la franquicia. En mi opinión, se tomó la decisión correcta al elegir a dicho personaje para cerrar con todo. No te diré más para no arruinarte nada, pero me encantaría saber tu opinión al respecto si es que ya llegaste a dicho punto del juego.

Sin lugar a dudas, este segundo DLC de Dark Souls III supera con creces lo conseguido por su antecesor si de enemigos y jefes hablamos. También podríamos decir que estamos frente a una de las zonas más complicadas de explorar de toda la serie, pues justo como te comentaba, cada uno de sus habitantes tiene la única misión de vernos muertos cuanto antes. Estoy seguro de que los más clavados de esta franquicia agradecerán enormemente el nivel de reto con el que FromSoftware está buscando despedir todo.

Lo que sigue para la serie

Me resulta bastante complicado creer que The Ringed City será lo último que veamos de Dark Souls; sin embargo, podemos estar seguros de que este DLC sí viene a cerrar una etapa sumamente importante para los videojuegos, probablemente la más influyente de los últimos años que incluso creó un subgénero que ahora es conocido como “Souls Like”, situación que evidentemente no se ve a diario dentro de este medio. Siempre que hablamos de una expansión tenemos que tener en cuenta que el objetivo de este tipo de contenidos es el de precisamente sólo expandir y no revolucionar a una experiencia que ya habíamos conocido, lo cual, se logra de muy buena manera en este caso especifico.

Decir cuál será el siguiente paso de FromSoftware es bastante complicado, pues para muchos, su amada fórmula se empieza a quedar sin piernas. Una secuela para Bloodborne parece ser lo más lógico, pero puede que este desarrollador japonés nos sorprenda con una idea completamente distinta que busque una vez más cautivarnos. Como sea, el nombre de Dark Souls ha quedado escrito con letras de oro en la historia de los videojuegos sin importar lo que pase con ella en el futuro y creo, The Ringed City es el cierre correcto que se merecía, por más sobrio que éste le pueda parecer a algunas personas. Larga vida a esta maravillosa franquicia.

Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!