Review – Bioshock Infinite: Burial at Sea

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Tanto por gameplay como narrativa es una digna expansión de Bioshock Infinite.

Llegar al final de Burial at Sea produce sentimientos encontrados, sobre todo porque cierra un ciclo en la carrera de Ken Levine y del equipo creativo de Irrational Games, quienes invirtieron más de cinco años en la creación de BioShock Infinite, juego que será recordado por generaciones como un gran ejemplo de cómo contar una buena historia y de la manera en que se nos debe llevar a un lugar ficticio del que nos sintamos parte. Después de completar los dos episodios de Burial at Sea, uno termina sintiendo que muchas de sus expectativas fueron cumplidas pues nos entregaron una conexión narrativa entre BioShock Infinite y el primer título de la serie, como únicamente ellos saben hacerlo.

Hace unos meses, el primer episodio de Burial at Sea nos dejó un sabor amargo en la boca: parecía un simple demo o una expansión forzada de lo que vimos en Infinite. Sin embargo, con el segundo episodio nos quitamos muchas de esas impresiones negativas y podemos considerarlo como un todo que presenta interesantes propuestas de gameplay y, sobre todo, un nexo narrativo que ninguna persona que se diga fan de la serie debería pasar por alto.

 

Primer episodio: una visita muy apresurada a Rapture

Uno de los aportes más interesantes de Irrational Games dentro de la industria fue su maestría en el diseño minucioso de ciudades que, tal como a un turista virtual, nos llevaron de la mano a través de un universo que prácticamente podíamos sentir vivo. Cuando jugamos el primer BioShock, quizá muchos deseamos haber visto Rapture en todo su esplendor. Fue por ello que cuando se anunció Burial at Sea, nuestras expectativas de este contenido descargable eran grandes, pensando precisamente en que Irrational nos llevaría a la ciudad viva de Rapture con el mismo toque magistral con el que se nos presentó Columbia.

En efecto, eso fue una parte del primer episodio: un pequeño túnel que reveló un poco del esplendor de la ciudad, pero su principal desventaja fue que era demasiado corto y que no dejó muy claras las pretensiones de una expansión que, hasta ese momento, se veía como una tenue y borrosa sombra del gigante que fue BioShock Infinite;  nos hizo pensar que fue un contenido que quizá únicamente había salido por el compromiso de vender un Season Pass.

No es que Burial at Sea episodio 1 no fuera una experiencia disfrutable, sino que se vio opacado por las grandes expectativas que al final no resultaron más que una visita apresurada a Rapture con elementos de gameplay que repetían exactamente la fórmula que vimos en Infinite; en pocas palabras, no presentaba motivos adicionales para ser aplaudido.

El final del primer episodio de Burial at Sea también nos dejó interrogantes positivas y sirvió para que todos los fans le dieran el beneficio de la duda al segundo episodio que, como veremos más adelante, fue toda una reivindicación de lo que significa Burial at Sea como un capítulo más de la serie.

Segundo episodio: Propuestas narrativas y de gameplay

Desde los eventos de Infinite, Elizabeth nos conquistó a muchos por su personalidad. En este segundo episodio, el poder jugar con ella trajo un cambio bastante positivo. A diferencia de Booker, Elizabeth es un personaje frágil que, desde su barra de vida o la intensidad de sus ataques, para nada es comparable con el protagonista masculino. Mientras que en el primer episodio teníamos prácticamente las mismas mecánicas de Infinite, en este segundo capítulo tenemos una aventura de sigilo, en primera persona, que realmente funcionó muy bien y le dio frescura a la serie.

Con el sello característico de Levine, el segundo episodio de Burial at Sea se presentó como un producto que combina de manera perfecta escenas narrativas y contemplativas en las que lo único que debes hacer es dejarte llevar por la historia o por los sentimientos de estar en un lugar, momentos de intensos combates en los que más te conviene estar en las sombras y huir de los fuertes enemigos a los que ahora vences con la estrategia de aprovechar las características propias de sigilo de Elizabeth.

 

A) Nuevas mecánicas de gameplay

En esta ocasión lo que más importa es el sigilo, por lo que se integró un nuevo plasmid, el cual te permite desaparecer y sorprender a los enemigos con ataques silenciosos en lugar de encarar desenfrenados combates abiertos.

Las armas también fueron cuidadosamente diseñadas. Elizabeth posee una útil ballesta con tres tipos de munición para noquear a los enemigos, distraerlos o sofocarlos en medio de una nube de gas tóxico.

Cabe señalar que todo lo anterior funciona a la perfección, incluso podrás pasar el juego sin alertar a los enemigos o interactuar con ellos, basta utilizar tus habilidades de sigilo en contra de enemigos con una inteligencia artificial avanzada que te detectarán ante cualquier movimiento en falso.

B) Exploración y rejugabilidad

En esta ocasión nos encontramos con una historia más larga: te tomará unas seis horas completarla sin ahondar en los múltiples coleccionables, que te ayudan a conocer toda la rica historia que incluye este contenido.

Los escenarios, además de ser un deleite visual, están muy bien diseñados para incitar a la exploración. Habrá zonas que podrías pasar por alto si eres de los que se centran únicamente en los objetivos principales del juego; y es probable que, en una segunda vuelta, descubras gratas sorpresas.

Para aumentar la rejugablidad existen algunas misiones extras y muchos coleccionables que te mantendrán atento a los rincones más intrincados de Rapture. Uno de los puntos que más me agradaron de este título es que mucha de la historia es contada por medio de archivos de audio dispersos por todos lados, un buen reto para los que gustan de la exploración.

C) Contemplación y narrativa

Uno de los momentos que con más cariño recuerdo en mis experiencias como videojugador es la llegada espectacular y sublime a Columbia en las primeras horas de BioShock Infinte. Sin ofrecerles detalles que arruinen su experiencia, les puedo comentar que el segundo episodio de Burial at Sea comienza también espectacularmente y que son constantes los momentos que nos invitan a contemplar. El hecho de disfrutar la presentación magistral del juego nos mueve muchos sentimientos.

Después del final ambiguo del primer episodio, la historia de esta segunda entrega sí alcanza un clímax. Este episodio habla de los orígenes de los antagonistas del primer BioShock, profundiza en la historia de las Little Sisters, los Big Daddys y aborda las conexiones entre Columbia y Rapture. Poco a poco, nuestra mente ata muchos cabos sueltos de la franquicia ligándolos a una sola historia.

El final de Burial at Sea es muy fuerte, conmovedor y, quizá, a muchos podría parecerles algo controversial pues es el antecedente inmediato a los episodios del primer BioShock. Este DLC incluye un resumen de BioShock 1 para refrescar en nuestra memoria dichos eventos y entender mejor la trama, aunque les recomiendo ampliamente que estudien bien todo lo referente a la franquicia antes de este final; de lo contrario, muchas referencias y elementos de la historia podrían sentirse complicados y hasta confusos.

Podemos resumir que Burial at Sea es un digno broche de oro que concluye los argumentos de BioShock Infinite y que posteriormente dan origen a BioShock.

Lo mejor…

• Momentos contemplativos con gran atención al detalle, que evocan sentimientos positivos en el usuario. Me quedo con la exploración de Rapture en los primeros minutos del primer episodio y la sublime introducción que nos presenta el segundo.

• Buena correspondencia narrativa entre Bioshock Infinite y el primer título de la franquicia, que además ofrece muchos detalles sobre aspectos básicos de la serie.

• Las mecánicas de sigilo y buen uso de la ballesta en el segundo episodio dan frescura al gameplay, se siente divertido y agradable.

• Excelente dirección artística de Irrational Games y un soundtrack memorable en los momentos adecuados del juego. Toda la grata experiencia que tuvimos en Infinite con sus apartados artístico y sonoro están de vuelta, sobre todo en el segundo episodio.

 

Lo peor…

• Corta duración del primer episodio.

• Algunas misiones podrían sentirse repetitivas.

Para esta reseña se usó la versión de PlayStation 3, pero también se encuentra disponible para Xbox 360 y Windows×

Comentarios finales

La historia de Burial at Sea será un tema de conversación por mucho tiempo, con sus altas y bajas. Este contenido conserva el toque especial de Irrational Games, que convirtió a Infinite en uno de los mejores títulos del año pasado y, en general, de toda una generación de consolas. Durante el gameplay (nueve a doce horas si se suman ambos episodios), conserva la minuciosa atención al detalle propia de Levine, creando así un contenido que, tanto por su gameplay como por su narrativa, puede considerarse una digna expansión para BioShock Infinite.

Esta expansión no es perfecta: algunas de sus misiones pueden sentirse repetitivas o hasta tediosas, además de que el primer capítulo dejó mucho que desear respecto a su duración y a sus propuestas que no nos dejaban muy claro hacia dónde iba esta expansión. Afortunadamente, con el segundo episodio se ofrece una experiencia que nos provoca sentimientos muy parecidos a los que tuvimos con Infinite y que bien valen los $20 dólares invertidos en el Season Pass del juego.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg