Review – Assassin’s Creed Origins: The Curse of the Pharaohs

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Assassin’s Creed Origins fue uno de mis juegos favoritos del 2017; después de 10 años de historia, la franquicia por excelencia de Ubisoft renacía entre las cenizas tras varios años de críticas y, sin duda, en un momento crucial donde buscaba recuperar la confianza del consumidor. A nuestros ojos, la compañía franco canadiense hizo todo lo anterior con creces, mientras que la inclusión de su nuevo protagonista, Bayek, así como el encanto de la civilización egipcia forjaron una mezcla que sería un deleite para los amantes de las culturas más antiguas; artísticamente hablando, quizás sería su entrega más compleja y hermosa hasta ahora. En el juego original, experimentamos batallas impresionantes que rozaban en lo onírico, por lo que su segundo DLC, The Curse of the Pharaohs, tenía un estándar difícil de alcanzar.

Como parte de los diversos contenidos descargables para Origins, The Curse of the Pharaohs viene a expandir nuestros horizontes en el mundo de Bayek, después de la llegada de The Hidden Ones, el DLC previo y que nos llevaba a la región del Sinaí, sin marcar una diferencia significativa respecto al juego original. En The Curse of the Pharaohs, Bayek se adentra en Thebes en lo que parece ser la desaparición de un artefacto en la región, para toparse con una maldición que azota a todos los pobladores y pronto habrá de llamar su atención. Como buen defensor de la zona y seguidor del Credo de los Asesinos (o creador, mejor dicho) Bayek pronto se da cuenta que la maldición es más poderosa y amenazante de lo que aparenta, pues constantemente se verá acechado por un enemigo llamado The Pharaoh’s Shadow, una especie de contrincante que se muestra de manera aleatoria por todo el mapa e intentará complicar tus batallas.

En el juego original, tenemos un tipo de enemigo llamado Phylake, los cuales te superan por mucho en nivel y te acecharán muy seguido; aunque creemos que el equipo de Ubisoft Montreal intentó repetir esta sensación, lo cierto es que fácilmente puedes evadirlos con cambiar el rumbo tan pronto la música te anuncie a The Pharaoh’s Shadow. Así, este contenido combina varios elementos del juego original, como la clásica exploración, investigación y hacer mandados a otros NPC para desarrollar la historia, mientras que las batallas contra los faraones caídos y una nueva moneda dentro del juego para mejorar tu equipamiento se muestran en el panorama.

LA IRA DE LOS FARAONES AZOTA A SU PUEBLO

De Origins nos queda un gran sabor de boca de varias de sus peleas contra jefes y subjefes, las cuales contaban con mucha personalidad y te llevaban a lugares impresionantes que solo podrían existir en un juego de este tipo. Por supuesto que gran parte de ello se lo deben a los elementos que conforman la filosofía de la civilización egipcia, pues sus conceptos de vida y muerte se prestan por completo para estos paisajes, tanto oscuros como hermosos. Bayek desvela que esta maldición solo puede detenerse una vez que se enfrente a los viejos regidores de Egipto, sus Faraones, todos con su propio concepto de lo que hay más allá de la vida, tal y como la conocemos.

Ubisoft Montreal ha hecho una labor impresionante al plasmar el carácter y percepción del “más allá” que cada Faraón tendría, pues tenemos campos de lirios, escorpiones gigantes, columnas impresionantes, donde la escala juega un papel importante; Bayek es el intruso en cada una de sus visiones y el juego te lo dejará bien claro. Para el que usuario que viene de jugar The Hidden Ones, le gustará saber que este segundo contenido es mucho más sustancioso, pues se incluye las Shards of a Star, un nuevo elemento que te servirá para mejorar todavía más todo tu equipamiento en el juego. Debemos mencionar que The Curse of the Pharaohs te pide, como mínimo, un personaje nivel 45; esto no debería ser un problema si ya cuentas con The Hidden Ones, pero en dado caso de no contar con el, Ubisoft ofrece un “boost” donde copia todo tu avance de historia, exploración y armamento y te lleva automáticamente al nivel 45.

Lo anterior suena bien en un inicio, pero debes tomar en cuenta que esto simboliza que tus armas y demás objetos permanecen con las mismas estadísticas de tu nivel previo, por lo que podrías pasar uno que otro mal rato a la hora de realizar tus atracos en esos difíciles y complejos centros de comando. Aunque la zona de Thebes aumenta su expansión en este DLC, lo cierto es que los paisajes continúan la misma línea de la campaña original, por lo que toda la unicidad se queda en los viajes al “más allá” de los Faraones. Y si te preocupaban los errores y glitches de Assassin’s Creed Origins, aquí sí nos atoramos unas cuantas veces que nos llevaron a la desincronización automática, por lo que, a nuestro parecer, no se salva de esta “maldición” que acecha a los juegos de mundo abierto.

VEREDICTO: BATALLAS IMPRESIONANTES, POCAS ADICIONES A SU COMPLEJIDAD

Ubisoft se redimió de muchos de sus errores con Assassin’s Creed Origins; no solo sus locaciones y exploración eran impresionantes, sino que el trasfondo de Bayek, junto al nacimiento de su lucha y retomar elementos tan grandiosos de entregas pasadas como las batallas navales, a la par de una historia sólida y rica en elementos místicos propios de la filosofía egipcia, pusieron a la franquicia de nuevo en el mapa por razones positivas.  En su DLC anterior, The Hidden Ones, el jugador se encontraba con la zona del Sinaí, más contenido, misiones y equipamiento, pero que no cambiaba mucho lo que ya se había visto en la campaña principal. Ahora, The Curse of the Pharaohs es un festín de batallas impresionantes, todas y cada una de ellas con muchísima personalidad y que denotan un extenso trabajo artístico y de investigación, mientras que las Shards of a Star llevan tu equipamiento a un nuevo nivel.

Quizás la decisión de incluir un “boost” que te lleve de forma automática al nivel sugerido para este DLC, el 45, suene como una entrada fácil, pero si no te esforzaste en tener buenas estadísticas de tu equipamiento y demás objetos a lo largo de Origins, probablemente te topes con la pared en cuanto entres. The Pharaoh’s Shadow, un enemigo que te acechará una y otra vez suena bien en teoría, aunque es mucho más fácil de evadir en comparación a los phylakes de la campaña, por lo que en algún momento de sus cerca de 11 horas de duración ya ni te preocuparás por él.

Assassin’s Creed Origins: The Curse of the Pharaohs se puede adquirir por $20 dólares de forma individual; si tienes su Season Pass, no tienes más que contar con la versión más reciente de Assassin’s Creed Origins.