Reseña: Toki Tori [con amor]

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Imagina que un día despiertas y te dicen que ya casi no quedan huevos sobre la tierra. Ahora imagina que se convierten en un producto muy caro y difícil de conseguir. En este juego de imaginación, tienes una dieta donde el huevo forma parte del 40% de tu pirámide alimenticia. ¿Ya te formaste un panorama? Pues bien, dime: ¿no lucharías y buscarías por todos los lugares, aunque fueran complicados, para encontrar estos preciosos huevos?

En este mundo, no sólo tú perdiste una parte de tu dieta diaria. También hay un pollito llamado Toki, el cual perdió a sus hermanos y primos. Toki observa cómo un ente malvado (que llamaremos gripe aviar) intenta robar todos los huevos de una granja. Y digo “intenta”, porque logra sobrevivir uno: un huevito especial del que sale Toki. El pollito se siente impotente al ver cómo sus hermanos son enviados a un castillo lejano. Pero, entonces, todo explota y este acontecimiento logra esparcir los demás huevos por la tierra. Es aquí cuando el ave Toki deja a un lado todo y decide ir en busca de sus hermanos. Ocho punto cinco.

Two Tribes es un estudio liderado por Collin van Ginkel y ubicado en los Países Bajos. Este pequeño grupo decidió embarcarse en un arriesgado proyecto y hacer uno de los mejores juegos que tiene el Game Boy Color. Publicado originalmente en el 2001, Toki Tori pertenece a ese 10% de juegos buenos de la consola. Ostenta el título junto a Wario Land 3, Mario Golf, Mario Tennis, Legend of Zelda Orcale of Ages/Seasons y Metal Gear Solid: Ghost Babel, entre otros pocos.

Gráficamente, Toki Tori fue juego capaz de llevar transparencias a el Game Boy Color, algo que muchos no lograron con éxito o incluso ignoraron. Las gráficas del juego y su introducción son impecables. Es un gran placer ver hasta qué punto Two Tribes llevó al sistema de 8 bits. Toki Tori empuja mucho más detalles en pantalla que casi cualquier otro juego: colores, animaciones, sprites, etcétera. De hecho, cuando tengan la oportunidad de jugarlo, podrían jurar que es un juego para el Game Boy Advance. Cada elemento tiene su propio efecto distintivo. Por ejemplo, cuando Toki usa la habilidad de congelar, muestra una actitud más segura e incluso un poco vengativa. Este tipo de detalles sólo fueron superados por los maestros de WayForward y su estupendo juego Shantae.

Al principio, uno puede notar un modo de juego heredado de Lemmings o Donkey Kong (Game Boy), pero mientras más niveles juegas te das cuenta que es un puzzle sencillamente brillante. Cada nivel está lleno de trampas, obstáculos y trucos. No sólo tienes que utilizar las habilidades especiales, sino que también hay niveles tan complejos que te tendrán utilizando tu cerebro al máximo, pues un movimiento equivocado terminará con tu vida y con la esperanza de recuperar esos preciados huevos.

La curva de aprendizaje es un poco empinada. El juego comienza de una manera suave, pero rápidamente se pone difícil; sin embargo, si utilizas bien los recursos y te centras en anticipar tus problemas, no tardarás en dominar los niveles posteriores.

En Toki Tori hay cuatro mundos. Cada uno viene con diez niveles normales y cinco niveles más en dificultad experta. Esto da un total de sesenta niveles y, dado que éste es un juego que no sólo se termina dedicándole tiempo, te aseguro que encontraras con una aventura enorme. Hace 10 años que lo jugué y me tomó unas treinta horas terminarlo. En esta entrega para el 3DS seguro me tomará más, pues mi cerebro ya fue triturado por esa aplanadora llamada tiempo.

Two Tribes no sólo logró tener un juego completo en el apartado gráfico: también consigue sacar el mejor rendimiento al audio del Game Boy Color. Toki Tori contiene música con melodías alegres y atmosféricas que con toda seguridad te mantendrán atrapado en el juego.

El port llevado a 3DS funciona muy bien. Los controles son fluidos y si lo juegas en resolución 1:1 se ve muy bien. Si eres de los afortunados poseedores de un 3DS XL o un 3DS normalito, podrás jugar uno de los últimos juegos en 8 bits de principios de siglo. Que no te desanime la estética infantil del juego: si quitas esos rasgos superficiales te encontrarás con un infierno en la palma de tu mano. Nueve.